María de la Concepción Jesusa Basilisa Espina Tagle, más conocida como Concha Espina, nace en Santander el 15 de abril de 1879.

Murió el 19 de mayo de 1955.

Autodidacta, de fuerte personalidad y

 muy femenina.

Dedicamos estas líneas a una de esas figuras que pertenecen al grupo de "los olvidados", la escritora santanderina Concha Espina, cuya obra literaria bien merece una especial atención…

La imagen de la portada es una obra de Eberhard Schlotter

"Ninguna gracia de la ribera
donde se miente lo que se jura;
es más benigna la mar señera;
es más piadosa la noche oscura...".
Concha Espina





La voz de la cordialidad humana
Cabeza de una lúcida estirpe de escritores, Concha Espina desarrolló una copiosa producción que ni siquiera la ceguera pudo interrumpir en los últimos años.

La nota dominante de su obra de creación es la discreción estilística, que alcanza a veces valores humanos, y la cordialidad humana que se desprende de sus páginas.

Por su temática, como por el escenario natural de sus obras, pudiera pensarse en una versión modernizada de Pereda, aunque en la Espina prevalezca el factor humano sobre la naturaleza.
FUENTE

 

 

Fuente en honor a Concha Espina situada en

los Jardines de Pereda de Santander (Cantabria).

 

 

Como ejemplo del estilo delicado y emotivo de Concha Espina puede servir esta descripción del urbanismo recoleto de sus tierras, de "La rosa de los vientos":

"Allí estaba, enfrente del casino, la antigua y majestuosa iglesia, con su atrio postizo embadurnado de cal; la plaza Mayor, con los soportales, donde el comercio luce vidrieras y tenderetes: carne, drogas, dulces, baratijas, telas y zapatos, pan y vino; de todo esto y mucho más se vende en los 'portalones', como solemos llamar a la arquería de la plaza".

Hija de Víctor Rodríguez Espina y Olivares y de Ascensión García Tagle y de la Vega, es la séptima de diez hermanos. Tenían la casa familiar en la calle de Méndez Núñez de Santander, en el barrio de Sotileza.
El 14 de mayo de 1888 publicó por primera vez, en "El Atlántico" de Santander, unos versos usando el anagrama Ana Coe Snichp.

Casó con el también escritor Ramón de la Serna y Cueto, en Mazcuerras, Cantabria, y se trasladaron a Valparaíso (Chile).

En 1894 nació Ramón y, en 1896, Víctor. En 1898 regresaron a España y, en 1900, en Mazcuerras, nació su hijo José, fallecido siendo niño; en 1903, su única hija, Josefina y, en 1907, su último hijo, Luis.

Abandonada por su marido, tiene que ganarse la vida colaborando en revistas y periódicos. Se establece en Santander primero y luego en Madrid (1908) con sus cuatro hijos.

En sus últimos años pierde completamente la vista. En estos años, Concha Espina escribía sobre unas falsillas especiales, para que no le temblara el pulso.

En 1927 recibió el Premio Nacional de Literatura por su obra "Altar mayor". Asimismo, llegó a ser candidata en tres ocasiones consecutivas al Premio Nobel de Literatura (1926, 1927 y 1928).

El primer año perdió por un solo voto, siendo el galardón para la escritora italiana Grazia Deledda.

Toda su literatura está motivada por los tipos, costumbres y paisajes de su tierra natal, el folclore, la mentalidad campesina o marinera en contraste con la civilización urbana, normalmente portadora de desgracias y amargura en el idílico mundo natural.

En cierto modo, siendo muy otra su impronta, mantiene una postura ideológica semejante a Pereda. También se percibe el eco de una retórica que procede de la última generación del siglo XIX.

La intensidad de pasión y la belleza del estilo alcanzan dignas cimas de perfección. Cuidada y sensible, Concha Espina es hábil en la narración, logra amenidad fácil e interesa con algunos caracteres y descripciones regionales.

Entre sus últimas obras se hallan "Copa de horizontes" y "Retaguardia".

 

DETALLE DE LA FUENTE



Hacia la mitad del siglo aún continuaba su actividad fecunda e intensa con sus novelas "Victoria de América", "El más fuerte" y "Una novela de amor".

Su primer éxito lo obtuvo con "La niña de Luzmela" (1914), edificante relato. Es la extraña y angustiada narración de la vida retorcida de pueblo; de evidente intención moralizadora.

Una cumplida denuncia social de la situación de la mujer en tierras leonesas la constituye "La esfinge maragata" (1914), una de las mejores novelas.

Su otra obra más importante es "El metal de los muertos" (1920), revalorizada posteriormente como una de nuestras primeras novelas sociales en el tiempo.

La novela, situada en la zona minera de Riotinto (Huelva), presenta el conflicto laboral planteado por los mineros. Esta novela mereció encendidos elogios de Unamuno y de Maeztu.

La crítica saludó su aparición como una de las obras más logradas de la narrativa española.

Las estructuras injustas en que viven sus personajes le sirven, en vez de denuncia, de marco para su narración sentimental. Por desgracia, el tono de redención cristiana adoptado por la autora y la limitación de sus puntos de vista sociales privan a la novela de su gran dimensión en potencia, quedando en una vaga sensación de simpatía y piedad.

Y es que, como dijo nuestra escritora:

"Y las criaturas de mi paisaje, / bestias menores, nunca son malas; / con la inocencia de lo salvaje / de los querubes tienen las alas".

Escritora ilustrada y una de las mentes más preclaras de la literatura española de la primera mitad del siglo XX, celebraba los viernes un salón literario en la calle Goya de Madrid, donde asistían personajes de la alta burguesía e intelectuales, como la esposa de Antonio Alcalá Galiano, el crítico Luis Araujo Costa, el Dr. Carracido, los dibujantes Bujados y Fresno, también escritores hispanoamericanos como Andrés Eloy Blanco, Max Jiménez y un buen número de poetisas noveles.

También era asiduo Rafael Cansinos que, en 1924, publicaría una amplia obra crítica, "Literaturas del norte", dedicada a la obra de la escritora.

Concha Espina también fue colaboradora de diversos periódicos, como El Correo Español de Buenos Aires y, en España, de La Libertad, La Nación, ya desaparecidos, y El Diario Montañés de Cantabria.

Entre muchos otros premios y honores, en 1914 y en 1924 recibió premios de la Real Academia Española por "La esfinge maragata" y "Tierras del aquilón" respectivamente.

Además, en este último año, fue nombrada hija predilecta de Santander, erigiéndose a tal efecto en el año 1927 un monumento diseñado por Victorio Macho e inaugurado por Alfonso XIII, que también le otorgó la Orden de las Damas Nobles de María-Luisa.

En ese mismo año le fue concedido el Premio Nacional de Literatura.

En 1948 el pueblo de Mazcuerras adoptó oficialmente el nombre de Luzmela cuando se celebró allí, en su casa, la ceremonia de imposición de la banda de Alfonso X el Sabio.

El 8 de febrero de 1950 recibió la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo. Sin embargo, la Real Academia Española era entonces inaccesible para las mujeres.

Concha Espina muere en Madrid el 18 de mayo de 1955, y sus restos reposan en el cementerio de la Almudena de Madrid.

El metro de Madrid le ha dedicado una estación en la línea 9.

Además, en la localidad cántabra de Torrelavega se inauguró, en enero de 2007, un teatro municipal que lleva su nombre.

Anteriormente y en el mismo solar se encontraba el Cine Concha Espina, cerrado a finales de los años 80 del siglo XX.

"Mujeres del Quijote"
Un estudio de Concha Espina evoca las voces femeninas que aparecen en el "Quijote".

Se reeditó el estudio que la escritora publicó en 1916 sobre la obra de Cervantes.

Aparecido por vez primera en 1916, "Mujeres del Quijote", de Concha Espina (Santander, 1877-Madrid, 1955), es un estudio en torno a las voces femeninas que aparecen a lo largo de la novela de Miguel de Cervantes.

Reeditado ahora por la nueva editorial Trifaldi, la obra muestra la singular mirada de la escritora, de quien este año se celebran los cincuenta años de su muerte.
Marcela, Luscinda, Zoraida, Quiteria, Dorotea, las labradoras del Toboso, Teresa Panza o "la ruin Maritornes" van apareciendo en el libro.

Según Concha Espina, el Quijote revela cómo Cervantes penetraba en el alma de la mujer, "con qué viva misericordia sabía amar sus virtudes y perdonar sus yerros".

"Mujeres del Quijote" se presentó en Madrid en la sede del "Middlebury College", una universidad estadounidense cercana a Vermont, a la que Concha Espina estuvo ligada, en la conmemoración de los cincuenta años de la muerte de Concha Espina.
Participaron Alfonso de la Serna, nieto de la escritora; Máximo Higuera, asesor de la editorial Trifaldi; Kim Griffin, directora del "Middlebury College" en España, y los profesores de Literatura Francisco Layna y Roberto Vegez.

Mientras este último expuso la relación de la autora de “La rosa de los vientos” con la institución norteamericana (que en 1929 invitó a Concha Espina a dar una serie de conferencias para sus profesores y alumnos de español), Layna se detuvo en el mencionado libro, "Mujeres del Quijote".

"En el Quijote, lo que sorprende es la cantidad de voces femeninas", señaló Layna, que recordó que Concha Espina no se detiene en todas ellas, sino que escoge solo a unas cuantas.

Layna destacó ("porque no hay en todo el Quijote de más y mayor compromiso") las líneas que la escritora dedica a Teresa Panza:

"La esposa, noble y fiel, abarcó de una sola mirada penetrante aquella única realidad y la tuvo por feliz, a despecho de las fantasías que la turbaron otras veces.

Dio la bienvenida a Sancho con las más animosas y conformes palabras, y por su buen arribo dio las gracias a Dios llena de gratitud.

La vida se cerraba de nuevo para ella dentro del sacrificio y la aridez en el áspero terruño manchego, campo sediente, llanura triste, huraño solar".

Alfonso de la Serna señala en el prólogo del libro:

"Al leer estas 'Mujeres del Quijote' habrá de tener en cuenta el lector cuáles eran los usos literarios del primer tercio del siglo pasado; y, sobre todo, cuál era el estilo de Concha Espina, un estilo que llevaba detrás el realismo y el modernismo de sus predecesores literarios, pero que no era, exactamente, ni una cosa ni otra, aunque algo tuviera de ambas".

De la Serna añadió ayer que en el personalísimo estilo de Concha Espina había una "furia" poética.

Para Máximo Higuera, esta obra, escrita hace casi noventa años, muestra la originalidad de su autora.

"La especial sensibilidad y fortaleza de sus mujeres, símbolos perennes de gallardía, amor y capacidad de sacrificio. Cualidades que poseía la propia autora, según nos la retrata César González Ruano en sus memorias".

Higuera explicó que la editorial Trifaldi pretende recuperar una serie de obras que aborden desde diferentes ópticas el "Quijote" y otras obras de Cervantes.

Así, se está preparando la edición de la obra de Marthe Robert "Lo antiguo, lo moderno: de Cervantes a Kafka", una comparación entre el "Quijote" y "El castillo" y el ensayo del profesor de la Universidad de Columbia Anthony Cascardi "Los límites de la razón: Cervantes, Flaubert, Dostoievski”.

Sentimiento
Volviendo al libro "Mujeres del Quijote", este recrea, en palabras de Gerardo Diego, a las mujeres que aparecen en la obra cervantina, "con delicada sensibilidad y partidario feminismo".

Según recuerda el profesor Rodolfo Cardona en el libro, "Mujeres del Quijote" ha sido una de las obras más reeditadas de Concha Espina.

En ella están desde Dulcinea del Toboso (Aldonza Lorenzo) a Ana Félix, la doncella capitana. Mujeres de todo tipo: desde las apacibles, domésticas y sedentarias a las errantes, tempestuosas y apasionadas.

"En todas ellas –escribe Concha Espina–, predomina el sentimiento, viven casi todas para el amor con más o menos decoro y pulcritud, como en el mundo sucede, pero en las altas y escogidas, en las que puso Cervantes mayor cariño y esmero, brillan a la par de la ternura y de la gracia, los resplandores de la inteligencia, los rasgos firmes, briosos y ejemplares de la mujer ideal, a un tiempo fuerte y dulce, apasionada y honesta, inteligente y sensible, llena de fe y abnegación".

 

IMAGEN DE CONCHA ESPINA JOVEN
OBRAS PRINCIPALES
La eterna visita, artículos periodísticos.
Mujeres del Quijote, 1903. Ver ensayo.
El rabión, 1907. Cuento.
Trozos de vida: cuentos originales de Concha Espina de Serna, 1907.
La niña de Luzmela, 1909.
La ronda de los galanes, 1910.
Despertar para morir, 1910.
Agua de nieve, 1911. Novela.
La esfinge maragata, 1914. Novela. Premio Fastenrath de la Real Academia Española.
La rosa de los vientos, 1915. Novela.
Al amor de las estrellas (Mujeres del Quijote), 1916.
El Jayón, 1916. Teatro. Premio Espinosa y Cortina de la Real Academia Española.
Ruecas de marfil, 1917.
Simientes.
Naves en el mar, 1918. Novela.
Talín. Novela inédita, 1918.
Pastorelas, 1920. 42 Cuentos.
El metal de los muertos, 1920. Novela.
Dulce nombre, 1921. Novela.
Cuentos, 1922. Cuentos.
Cumbres al sol, 1922.
El cáliz rojo, 1923. Novela.
Tierras del aquilón (Viajes), 1924. Relatos. Premio Castillo de Chirel de la Real Academia Española.
Arboladuras, 1925. Novela.
Cura de amor, 1925. Novela.
El secreto de un disfraz, 1925. Novela.
Altar mayor, 1926. Novela. Premio Nacional de Literatura 1927.
Llama de cera, 1927. Novela.
Las niñas desaparecidas, 1927. Novela.
El goce de robar, 1928. Novela.
Huerto de rosas, 1929. Novela.
La virgen prudente, 1929. Novela.
Marcha nupcial, 1929. Novela. Ilustraciones de Vázquez Calleja.
El príncipe del cantar, 1930. Novelas y cuentos.
Copa de horizontes, 1930. Novela.
Siete rayos de sol (cuentos tradicionales), 1930.
El hermano Caín, 1931. Novela.
Singladuras. Viaje americano (Cuba, Nueva York, Nueva Inglaterra), 1932. Libro de viajes.
Entre la noche y el mar, 1933. Poesía.
Candelabro, 1933. Novelas.
La flor de ayer, 1934. Novela.
The Woman and the Sea, 1934. Novela.
Vidas rotas, 1935. Novela.
Nadie quiere a nadie, 1936. Novela.
Retaguardia (imágenes de vivos y muertos), 1937. Novela.
Casilda de Toledo. Vida de santa Casilda, 1938. Biografía.
El desierto rubio, 1938. Novela.
Esclavitud y libertad, diario de una prisionera, 1938. Novela.
La carpeta gris, 1938. Novela.
Las alas invencibles. Novela de amores, de aviación y de libertad, 1938.
Reconquista, 1938. Novela.
Cazadoras de sueños, 1939. Novela.
Luna roja: novelas de la revolución, 1939. Novela.
El hombre y el mastín, 1940. Novela.
Princesas del martirio, 1940. Novela.
La tiniebla encendida, 1940. Teatro.
El fraile menor (cuentos), 1942.
Moneda blanca. La otra, 1942. Teatro.
La segunda mies: versos, 1943. Poesía.
Obras completas de Concha Espina, 1944. Prólogo de Víctor de la Serna.
Victoria en América, 1944. Novela.
El más fuerte, 1945. Novela.
Alma silvestre, 1946. Novela.
Un valle en el mar, 1949. II Premio Miguel de Cervantes Saavedra de Periodismo concedido por el extinto Ministerio de Información y Turismo.
De Antonio Machado a su grande y secreto amor, 1950.
Una novela de amor, 1953. Novela.
Aurora de España, 1955. Novela.
(Francisco Arias Solis)

Fuentes:
http://blogs.diariosur.es/franciscoarias
http://www.elpais.com/articulo
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"Será vano el intento de humanizar las guerras. Lo humano es evitarlas" (Francisco Arias Solis).

 

 

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