"De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero" (Benjamín Franklin).

Usted no lo sabe, pero depende de ellos.

 

Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran... tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla “intro” del computador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes le van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street y dicen en inglés cosas como "long-term", “capital”, "management", y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarle el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros.

Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo.

Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan.

Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva.

Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder.

El riesgo es mínimo.

Los avalan premios nobeles de economía, periodistas financieros de prestigio y grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y, entonces, el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del bancolatinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación, ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días.

Mano extendidaY aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas.

Y esto, señores, es Jauja.

Y, de pronto, resulta que no.

De pronto, resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase, sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y, entonces, todo el tinglado se va a tomar por el saco.

Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro.

Y, entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos “pijolandios” que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que, mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.

Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo.

Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

¡Así que podemos ir amarrándonos los machos!

Ese es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

(Artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998, en el que 'vaticinaba' el derrumbe del sistema financiero mundial y alertaba, con su particular estilo literario, del peligro del neoliberalismo especulativo y depredador.

Ahora, más de diez años después, más que profecía –ya que parece una visión de Nostradamus–, es raciocinio).

¡Pero no, no son visiones!

Es, sencillamente, la reflexión de un hombre lúcido, sagaz y que no se deja engañar por las aparentes bonanzas de este mundo y por las actitudes de ciertos "personajillos", que –lamentablemente– tienen mucho, muchísimo poder en sus manos.

¡Más pobreza aún!

Luis Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, y uno de los autores del VI Informe FOESSA:

"Algo falla cuando, después de un período prolongado de crecimiento económico, las cifras de pobreza apenas han cambiado".

El VI Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España revela pocos datos positivos.

A pesar del crecimiento económico sostenido experimentado entre 1994 y 2007, las tasas de pobreza se han mantenido inamovibles en este periodo.

La tercera edad, los niños, las mujeres, las personas desempleadas y los inmigrantes son, una vez más, los grupos más vulnerables.

La historia se repite e, incluso, empeora. Ahora se habla también de pobreza transitoria y excluidos con dinero. Se rompen los tópicos.

¿Hay solución?

"Los países con mayor nivel de gasto social son los países con menor desigualdad y pobreza", asevera Luis Ayala.
Luis Ayala

La pobreza severa afecta desde hace tiempo a un porcentaje de la población entre un 3% y un 4%.

¿Se puede pensar que algo falla en la redistribución de la riqueza para que se mantengan estas cifras?

¡Sí! La pobreza está muy ligada a la distribución de los recursos económicos, con lo cual, algo falla cuando, después de un período prolongado de crecimiento de la economía y, sobre todo del empleo, las cifras de pobreza moderada y severa apenas han cambiado.

En mi opinión, los que fallan son los canales que deberían haber traducido esa mejora de las rentas en una igualdad mayor.

"La desigualdad no ha aumentado, sino que se ha quebrado una tendencia de reducción continuada".

Es decir, estamos en una situación de desigualdad.

De hecho, se estima que las rentas de los hogares ubicados entre el 80% de la población más rica española son 5,3 veces superiores a las del 20% más pobre.

Hay que hablar de una mezcla de circunstancias, que ha dado lugar a un truncamiento del proceso de reducción de la desigualdad.

Esto es, la desigualdad no ha aumentado, sino que se ha quebrado una tendencia de reducción continuada desde los años 70 u 80, aproximadamente.

Las causas más importantes de esta situación son los cambios que se han producido en el mercado de trabajo, ya que buena parte del empleo generado ha sido temporal e inestable y los salarios han crecido muy poco.

Por otro lado, una clave fundamental para explicar lo que ha pasado es también la gestión de las políticas sociales, que han sido mucho menos expansivas que en etapas anteriores.

¿Un indicio de la crisis económica que se avecinaba?

Los resultados dan algunas pistas de que podía ocurrir lo que está pasando estos días en términos de desigualdad, pero nuestro informe no considera el último año y medio, sino que ha coincidido con una etapa de crecimiento económico que se ha cerrado muy bruscamente.

Si en un período de crecimiento económico tan intenso no hemos conseguido reducir la desigualdad, lógicamente, cuando cambian las condiciones y cada vez es más difícil acceder a un empleo para muchas familias, que además están hipotecadas, es lógico que los problemas se agudicen.

"No sabemos qué pasará en el futuro más inmediato, aunque algunos datos nos hacen ver que realmente habrá problemas serios".

¿Es previsible que el próximo informe FOESSA tenga unos datos más alarmantes?

Estos informes se centran en períodos muy amplios, de unos 15 años, por lo que no sabemos qué pasará en el futuro más inmediato, aunque algunos datos nos hacen ver que realmente habrá problemas serios.

Hay una variable muy importante para conocer qué va a ocurrir: la tasa de paro de los sustentadores principales de la familia.

Este factor es más importante que la tasa de paro del conjunto de la sociedad. Basta fijarse en este último dato.

En un año, desde el tercer trimestre de 2007 al tercer trimestre de 2008, la tasa de paro de los cabeza de familia pasó de un 6% a un 8,7%, un crecimiento muy grande.

Hace varios días, Cáritas avanzó un aumento superior al 40% en las demandas de ayudas de emergencia que ha recibido en toda España y aseguró que, para finales de año, la cifra ascenderá al 50%.

Estas ayudas se solicitan para gastos de vivienda, alimentos, ropa, calzado, educación, transporte y gastos sanitarios.

Cuándo se solicitan bienes de primera necesidad, ¿hablamos de familias en riesgo de pobreza o de una verdadera situación de pobreza?

Este es un tipo de demanda cuya mayor singularidad se encuentra en que quien lo solicita es gente "muy normal".

Son personas socialmente integradas, que tienen unas dificultades financieras que no habían conocido durante bastante tiempo.

Son personas que han estado durante mucho tiempo en la frontera de la pobreza, entrando y saliendo.

La pobreza en España es muy dinámica, muy recurrente, debido a que hay gente que sobrevive con un empleo relativamente precario, inestable, lo pierde, vuelve a otro...

Y en un momento de estancamiento de la actividad económica, se produce un acceso más limitado al mercado de trabajo, y las familias, en muchos casos con niños, entran en situación de pobreza.

"Hay una mayoría de familias que perciben rentas muy cercanas a los umbrales de pobreza".

De hecho, el propio Informe FOESSA destaca el redescubrimiento de la pobreza infantil, con una de las tasas más altas de la Unión Europea: uno de cada cuatro niños vive con rentas por debajo del umbral de pobreza.

¿Por qué se ha producido ese distanciamiento de la UE?

Hay dos factores muy claros

En primer lugar, el bienestar de los niños depende de la situación económica de los padres y hay una mayoría de familias que perciben rentas muy cercanas a los umbrales de pobreza.

Por lo tanto, el primer factor relevante es la dificultad para que el empleo se traduzca en un nivel suficiente de rentas.

En segundo lugar, a la hora de evaluar los factores que nos diferencian de otros países europeos hay un hecho diferencial: el bajísimo nivel que tienen las prestaciones familiares en el caso español.

Esto ya lo sabíamos al hacer el informe, pero no teníamos un conocimiento tan claro de que este hecho diferencial explicase una tasa tan alta.

Habla continuamente de pobreza y empleo.

¿No se puede superar una sin resolver el otro?

Desde luego, si algo influye en la renta de los hogares es su participación en el mercado de trabajo y, ahí, hay mucho camino por recorrer.

Hace falta una regulación que proteja más los trabajos, crear empleos estables y mantener una ecuación muy básica que defiende que los países con mayor nivel de gasto social son los países con menor desigualdad y pobreza.

¡Eso es así!

No quiere decir que todo el gasto se redistribuya, pero sí que los países que más gastan en servicios y prestaciones sociales tienen menores niveles de desigualdad y pobreza.

El caso español es muy llamativo en este sentido, porque nuestro nivel de gasto social es más bajo que el de la Unión Europea y ahora mismo existe una tendencia a la baja.

Estamos a un nivel muy por debajo de lo que deberíamos estar de acuerdo con nuestro PIB.

¿Cómo influye esto en la situación de las personas mayores e inmigrantes?

En los últimos años, ha aumentado la preocupación por ambos grupos, ya que el primero tiene más riesgo de caer en una situación de pobreza, mientras que el segundo ha recuperado formas de pobreza que parecían controladas.

Hay muchos flancos abiertos. En el caso de las personas mayores, el problema está bien diagnosticado si solo nos fijamos en sus recursos económicos, en sus ingresos.

Hay un problema de adecuación de las prestaciones. Habría que mejorar el nivel de las prestaciones sociales para mejorar la situación de las personas mayores.

En el caso de los inmigrantes, el problema es mucho más complejo, porque se cruzan factores culturales, familiares y demográficos.

No obstante, hay una serie de elementos sobre los que sí se puede actuar.

Se pueden garantizar trabajos más dignos, un acceso más completo a los derechos sociales e intentar pequeñas cosas.

Por ejemplo, una de las fuentes de "desahorro" de la población inmigrante son las remesas.

Simplemente, buscando estrategias que rebajen los costes de las transferencias, se avanzaría algo.

Sería un peldaño pequeño, pero la suma de varios peldaños puede hacer que la situación mejore notablemente.

En lo que respecta a las familias, en general, el endeudamiento ha crecido debido al aumento de las hipotecas, del paro y de los precios de productos alimentarios.

Se habla, incluso, de excluidos con dinero. ¿Son estos los factores que determinan la entrada o salida de las bolsas de pobreza?

Este es un aspecto que hemos estudiado con detalle.

Una de las cuestiones que más nos preocupa es saber por qué en un momento dado una familia entra o sale de una situación de pobreza.

En este sentido, creemos que el factor que mejor explica esto es el mercado de trabajo.

Los niveles de desigualdad y pobreza en nuestro país son mucho más sensibles al mercado de trabajo cuando va mal que cuando va bien.

El empleo no se traduce directamente en reducción de desigualdad y pobreza, pero el desempleo sí.
Nuestros

¿Buscando soluciones?

Este factor explica las transiciones, sobre todo, en hogares de cualificación media o baja con cargas familiares y que están por encima o justo por debajo del umbral de pobreza.

En el Congreso sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, en el que han participado más de doscientos expertos, entre ellos usted, advirtió sobre la "emergencia de nuevos riesgos y la transformación de otros".

¿Podría concretar cuáles son estos riesgos?

Estos riesgos tienen que ver, sobre todo, con una caracterización que se hacía en informes anteriores, y que planteaba una dicotomía entre nuevos y viejos pobres.

Con el paso del tiempo, se ha demostrado que esa dicotomía es poco útil.

Como viejos pobres se caracterizaban las familias numerosas, las personas mayores y las personas que viven en un entorno rural.

Gracias al sistema de transferencias, parecía que todas ellas iban corrigiendo esa situación.

Sin embargo, algunos de esos riesgos han cambiado; lo que parecía que estaba controlado no lo está tanto.

Por otro lado, han emergido otros riesgos como la inmigración, las familias monoparentales o las nuevas necesidades en los ámbitos rurales, de las que a menudo nos olvidamos.

Son muchas realidades para las que no tenemos una respuesta eficaz por parte de las políticas sociales.

"Sin una inversión mayor de recursos es muy difícil que cambie la situación de pobreza en España".

En este marco, ¿han sido optimistas los participantes respecto al fin de la pobreza?

El fin de la pobreza es un objetivo muy complejo, muy complicado.

El contexto actual nos hace ser relativamente pesimistas, pero lo cierto es que hay países que han evolucionado peor que España en cuanto a crecimiento económico y, sin embargo, han mejorado sus cifras de pobreza, en algunos casos espectacularmente, como el Reino Unido en materia de pobreza infantil.

Cuando hay un compromiso público y es aceptado por los ciudadanos, cuando se ponen recursos encima de la mesa, hay situaciones que se pueden mejorar.

Pero sin una inversión mayor de recursos es muy difícil que cambie la situación.

Se necesita otro tipo de actitud política, de cambio social.

Creemos que nuestra sociedad es mucho menos madura en temas de solidaridad y sacrificio que otras sociedades, porque con mayor gasto se reduciría la desigualdad y la pobreza, pero mayor gasto significa mayores impuestos, mayores costes para los ciudadanos y, sinceramente, tenemos dudas de que en el actual contexto haya ese deseo generalizado de mejora de los derechos sociales.

Azucena García

EL AÑO PASADO...
"Los hechos no dejan de existir solo porque sean ignorados" (T. H. Huxley).

"Los años arrugan la piel, pero el corazón lo arruga el egoísmo" (anónimo).

Los diputados se autoconceden una indemnización en caso de NO ser elegidos en las próximas generales.

Muy curioso, ¡en esto sí que se pusieron de acuerdo a la primera!

Por primera vez, el Parlamento indemnizará a los diputados y senadores que no salgan elegidos en las próximas elecciones, siempre que lleven al menos dos años en el escaño.Congreso de los Diputados

El presupuesto del Congreso de los Diputados para 2008 tiene previsto un total de 3,2 millones de euros para afrontar estos "despidos", que se producirán cuando los españoles voten en las elecciones generales de marzo.

La Cámara baja prevé que tendrá que indemnizar a 116 diputados, con una media de ocho años de servicio, porque no serán reelegidos.

Sin embargo, se trata de una previsión al alza, por cuanto es la primera vez que se aprueba una indemnización de este tipo en España.

En la Memoria del Presupuesto se especifica que esta cifra ha sido calculada a partir de proyecciones estadísticas.

Las indemnizaciones están incluidas en el capítulo II del Presupuesto (el que agrupa los gastos corrientes en bienes y servicios) y, en concreto, en su artículo 23, que se ha incrementado en un 34,45% por esta causa.

Este apartado ha crecido de 9.459.263,48 euros presupuestados para este año hasta los 12.717.670,78 euros para 2008, según la Memoria del Presupuesto a la que ha tenido acceso este diario.

La indemnización media por cada diputado es de 28.000 euros.

La decisión de indemnizar a los diputados fue aprobada en julio de 2006, a través del Reglamento de Pensiones Parlamentarias y otras prestaciones económicas a favor de los ex parlamentarios.

En su exposición de motivos, se justifica esta decisión en que la actividad política obliga a los parlamentarios a abandonar su ocupación habitual y que, cuando cesan, estos carecen de cobertura por desempleo.

"Pero no hay que desdeñar la necesidad de reciclaje profesional, de reanudación de las actividades industriales o mercantiles y otras circunstancias semejantes".

También se resalta que este tipo de indemnizaciones se dan en la mayoría de los parlamentos de los Estados de nuestro entorno.

Sus señorías se suben el sueldo más que el IPC.

La cuantía a pagar a cada parlamentario equivale a "una mensualidad de la asignación constitucional por cada año de mandato parlamentario en las Cortes Generales o fracción superior a seis meses, y hasta un máximo de 24 mensualidades.

Esta indemnización se abonará mensualmente".

Los presupuestos del Congreso y del Senado también incluyen una subida salarial para los parlamentarios y empleados del 3,5%, un porcentaje superior a la inflación prevista para 2008 y que el Gobierno ha situado en el 3%.

Desde el inicio de la legislatura, los aumentos salariales del Parlamento han sido del 3,5% anual, cuando para este año la subida real del IPC está calculada en el 2,4%.

Julia Pérez

Fuentes:
http://www.solidaridad.net
El Semanal
http://www.consumer.es
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"Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio..." (Don Quijote).