El mobbing es un comportamiento continuo y deliberado de maltrato verbal y modal hacia un trabajador, por parte de unas o varias personas de su entorno laboral.
No siempre es fácil identificar un caso de mobbing, ya que en ocasiones se confunde con una simple mala racha laboral o incluso el propio trabajador llega a creer que es culpable del acoso que sufre.
Las víctimas tardan entre 6 y 15 meses en darse cuenta de que lo son.
Características del mobbing
1-Comportamiento hostil hacia el trabajador de forma continuada y reiterada.
2-Actitudes o palabras que lesionen la dignidad de la víctima y difamar a la víctima extendiendo rumores maliciosos o calumnias
3-Que se ponga en peligro su empleo o se denigre su puesto de trabajo
Que se cree una especie de vacío en torno a la víctima
4-Ignorar la presencia del acosado dirigiéndose únicamente a terceros
5-Criticar su vida privada o invadirla
6-Proferir gritos e injurias hacia él delante de más gente
7-Asignarle puestos aislados o de menor categoría
8-Prohibir a los compañeros que le hablen o que reciba llamadas externas
9-Ocasionar desperfectos en su puesto de trabajo
10-Entregarle trabajo demasiado fácil o demasiado difícil para humillarle
11-Asignarle proyectos con plazos inalcanzables y sobrecargar a la víctima con mucho trabajo
Hay dos tipos de acoso laboral:
Mobbing: compañero---compañero
Bossing: jefe--------trabajador
La envidia es la causa más frecuente de acoso laboral entre compañeros.
El mobbing (acoso entre compañeros) se da cuando una persona egocéntrica ,con una imagen muy inflada de sí misma y muy competitiva, encuentra en su camino a alguien realmente válido, alguien que pueda frenar sus ascensos en la empresa…..un competidor; entonces es cuando lanza su tela de araña sobre él para quitárselo de encima
La táctica escogida es tantear a los compañeros para ver si cuenta con apoyos mientras va difundiendo rumores maliciosos sobre él, con el fin de aislarle, no dejándole así ningún arma para que se defienda.
En el caso del acosador jefe, el motivo son los celos profesionales, el jefe no quiere que nadie le haga sombra, por eso intenta que el trabajador abandone voluntariamente su puesto de trabajo sin indemnizarle (por despido improcedente).
Esto puede ser debido a su propia mediocridad, todo ello debido al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias carreras profesionales. La mera presencia de la víctima en el lugar de trabajo desencadena, debido a sus características diferenciales, una serie de reacciones inconscientes,
Con todo, los agresores abusan y se prevalen corrientemente de su posición de poder jerárquico formal, pero del mismo modo recurren a su poder de tipo informal (los poderes fácticos) dentro de la organización para remediar sus frustraciones a través de la violencia psicológica sobre otros, compensar sus complejos o dar rienda suelta a sus tendencias más agresivas y antisociales.
El perfil de las víctimas
Es muy frecuente que se seleccione a las víctimas entre personas que presenten un factor de mayor vulnerabilidad personal, familiar o social (inmigrantes, discapacitados…). En estos casos la posibilidad de hacer frente a los acosadores disminuye, viéndose facilitada la impunidad de éstos.
Otro perfil es el de aquellos que presentan un exceso de ingenuidad y buena fe y que no saben hacer frente desde el principio a aquellos que pretenden manipularlos o perjudicarlos.
También se elige a la víctima debido a su juventud, orientación sexual, ideología política, religión, procedencia geográfica, etc.
Las víctimas, pues, suelen ser personas con elevada ética, honradez y rectitud, así como con un alto sentido de la justicia. Personas con alguna característica que los distingue, como las ya apuntadas (jóvenes, mujeres, minorías...). Personas altamente capacitadas. Personas populares, líderes natos. Personas con una elevada capacidad empática, sensibilidad o comprensión del sufrimiento ajeno. Personas con situaciones personales o familiares altamente satisfactorias. Personas en situaciones de alta vulnerabilidad, etc.
Al estar sometidos a una presión psicológica constante, se deteriora gravemente su salud física y mental. El mobbing lleva consigo estrés depresión, falta de autoestima, trastornos del sueño, dolores gástricos y musculares, sentimiento de culpabilidad, inseguridad, indecisión, desvaloración profesional, etc
Nuestros jueces suelen acogerse al vigente código penal (artículo 173, sobre maltratos morales y trato degradante, en relación al artículo 177, sobre lesiones y daños) para establecer sanciones a los culpables.
La primera sentencia penal por un caso de mobbing tuvo lugar en Valencia en septiembre del año 2000, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana condenó al maître de un balneario a cumplir un año y dos meses de prisión por acoso laboral. Esta primera sentencia sentó jurisprudencia.
Si es usted víctima de un acoso laboral, lo primero es agenciarse un psicólogo y un abogado laborista. Es fundamental que el entorno más cercano a usted sepa lo que le está ocurriendo y le respalde. Además deberá devolver todas las pelotas que pueda, es decir si un compañero le insulta, hágale ver que usted no merece ese trato. No ponga en duda su valía personal, recuerde otros trabajos que llevó a cabo. Si sus compañeros le hacen el vacío, busque el momento oportuno a la salida del trabajo y de uno en uno trate de salvar las distancias que les separan, si no tiene tiempo para escuchar sus confidencias, búsquelo; vuelva a crear los lazos de amistad que el mobbing ha destruido. Lo peor es quedarse parado sin hacer nada, ir recomiéndose por dentro, no presentar batalla, ……………sentirse culpable.
El retraso en el afrontamiento activo del problema, así como la llamada "reacción poliánica" ('no querer ver el mal', 'no pensar mal', 'no criticar', 'no hacer daño a nadie') lo único que consiguen es facilitar el camino al acosador hacia nuevas agresiones y nuevas víctimas. Está en nuestras manos poner fin.
Fuente: artículo redactado por Mª Ángeles Rocher.