Unas 300 obras y documentos recorren 600 años de historia de la antigua Corona de Aragón. El poder y la imagen de la Edad Media a la Edad Moderna, que se inauguró en el antiguo Convento de El Carme, en Valencia.

La elección de Valencia para ser la sede de exposición partió en 2.003 del Seacex, decisión que su primer promotor, el historiador valenciano Ernest Belenguer, consideró adecuada dado el papel de Valencia en el siglo XV.

Un manuscrito de 1.137 atestigua cómo Ramiro II, Rey de Aragón, entregó a Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, a su hija Petronila como esposa junto con todo su reino. Es el origen de una unión y del recorrido de la gran exposición “La Corona de Aragón”.

El final de la Corona y de la muestra sigue de relieve a través de un gran lienzo, “La batalla de Almansa” de 1.707 y de los Decretos de Nueva Planta de 1.715 que significa la extinción legal de la unión.

La exposición, que se exhibe hasta el 17 de abril de 2.006 en la subsede del Museo de Bellas Artes, contiene un total de 270 objetos procedentes de un centenar de instituciones nacionales e internacionales.

La mayor parte de los préstamos procede de los territorios que formaron la Corona de Aragón, las actuales comunidades de Valencia, Baleares, Aragón, además de Sicilia y Nápoles, entre otros.

Pero también se incluyen obras como: - El lienzo de Buonaventura de “La Batalla de Almansa”, del Museo del Prado. - La espada de Jaume I, de la Real Armería del Palacio Real de Madrid. - El cáliz del conde de Mallorca, del Louvre (Paris). - El escudo de piedra de Pedro El Ceremonioso, prestado por el Museo de Bellas Artes de Valencia. - El lienzo de Vicente Lluch que refleja la boda de Felipe III y Margarita de Austria, celebrada en la Catedral de Valencia. -

Un frontal del siglo XIII sobre San Vicente Mártir, un relieve de Pere Oller, obras de Paolo San Leocadio, José Ribera, los retratos de Juan Luis Vives, Fernando el Católico y Germana de Foix, o la colaboración del Ayuntamiento de Mallorca con los retratos de los reyes del siglo XVII de esta localidad balear.

- Así como los retablos de San Jorge, del Museo Municipal de Jérica (Castellón) y de los Sagrados Corporales, aportados por el Arzobispado de Zaragoza. - Pinturas, esculturas, tapices, códices, mapas, piezas de orfebrería, heráldica, numismática (monedas) o sigilografía (sellos).

- Un retrato de Fernando el Católico, un báculo del Papa Luna, o incluso piezas en litigio, como el frontal y el cuenco árabe de la diócesis de Lleida que son reclamadas por la de Barbastro-Monzón, componen la muestra.

Los objetos canalizan el simbolismo del poder y de las principales fuerzas sociales y espirituales del proceso histórico. Organizada por la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Cultura, en colaboración con la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex) y la Fundació Jaume II el Just, la exposición “de carácter científico, reivindica la identidad plural de España y la configuración histórica del Mediterráneo y de Europa”.

La comisaria Carmen Morte, historiadora de la Universidad de Zaragoza, explicó la división en cuatro bloques cronológicos de la exposición que ocupa las dos salas temporales (además de un altillo practicado en la planta baja), del antiguo Convento de El Carme.

El montaje es ambicioso y complejo, quizá por momentos laberíntico. El primer periodo atiende a los orígenes y abarca de 1.137 a 1.213, a partir de la unión dinástica entre el Reino de Aragón y el Condado de Barcelona. El segundo, la expansión (1.213-1.412), refleja la conquista de Mallorca, Valencia y Sicilia, y concluye con la incorporación de Cerdeña.

El tercer bloque, esplendor y conflictos (1.412-1.516), repasa la introducción de la dinastía de los Trastámara y el liderazgo de la Corona de Aragón, como primera potencia mediterránea y de los principales estados europeos.

En el siglo XV, Valencia (con 70.000 habitantes) llegó a duplicar a la población de Barcelona (entre 30.000 y 35.000), recordó el valenciano Ernest Belenguer, historiador de la Universidad de Barcelona, director científico y promotor del proyecto.

Finalmente, la exposición concluye con el cuarto periodo, dedicado a la pervivencia de la monarquía de los Austria, entre 1.516 y 1.715, que finaliza con la Corona de Aragón y el decreto de Nueva Planta de Felipe V, al final de la guerra de Sucesión Española. Es la primera muestra “que abarca toda la complejidad del poder político y la cultura en el periodo de la Corona de Aragón, y la única en finalizar su recorrido en 1.715”.

Seiscientos años de legado político, cultural y artístico. Es una exposición pictórica que analiza la sociedad de la época, a través del arte.

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