Lázaro Carreter: 'La solución para mejorar el lenguaje es una buena formación en la escuela'. En "El nuevo dardo en la palabra", él reflexiona con ironía sobre los errores...

lingüísticos más comunes en una sociedad que ensalza la vulgaridad. Cuando este insigne escritor y filólogo, presentó su último libro en el año 2.003, en la Biblioteca Nacional, esta se encontraba rebosante de público. Resumimos a continuación, por la importacia de su contenido, algunas de las ideas expuestas por este ilustre académico, fallecido el 4 de marzo del 2.004: Fernando Lázaro Carreter explicó que su obra tiene un objetivo claramente didáctico: concienciar a los hablantes y escritores de la importancia del buen uso y empleo del lenguaje. Un objetivo fundamental, ya que "quien habla o escribe mal piensa mal, poco o nada", afirmó. El académico, ofreció una exposición ingeniosa y con sentido del humor. Denunció los cientos de picotazos que recibe el idioma en la radio y en la prensa, y sobre todo, la pobreza mental lingüística que reflejan muchos programas televisivos.

Ironizó diciendo que ese lenguaje refleja un "ablandamiento del mucílago cerebral colectivo" y llamó "guirigay" a la nueva lengua que emerge entre los hispanohablantes como consecuencia de la actual anemia idiomática. La causa de esta guerra abierta contra el idioma podría estar en las prisas del mundo moderno, que son un "criadero de errores", pero sobre todo está en la escasa formación lingüística de los periodistas. Estos profesionales utilizan una jerga que "consagra o sacrifica" muchos vocablos y expresiones de la lengua. También son responsables del deterioro idiomático los profesores, los políticos y todos aquellos profesionales que pretendiendo utilizar el lenguaje de la calle, eligen el de la "calle de la ignorancia", según Lázaro Carreter.

El académico lamentó que la sociedad actual no valore adecuadamente el castellano, y por eso no parece importar que se escriba bien o mal. Consideró imprescindible "crear una conciencia crítica sobre lo que se dice y se escribe en la escuela", y afirmó que la clave para escribir bien está en leer bien.

* * * * * -Prohíben la vulgaridad hecha música- La Fundación Santa Lola aplaudió la decisión de la CNEPR (La Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía de la República Dominicana), porque son principalmente los niños, niñas y adolescentes los perjudicados al escuchar tanta vulgaridad, tanta morbosidad e incitación al sexo, la droga y a la perversidad, que como hemos visto a través del tiempo no ha dejado nada positivo. La CNEPR prohibió varios “reggaetones” por su contenido inmoral y destructor de los valores de la sociedad. Una sociedad con un conjunto de principios que han que ser respetados por todos, y cuya misión esencial es el crecimiento de cada persona comenzando con los niños. “Nos preocupamos por los niños de nuestro mundo y en especial, por los niños de la República Dominicana, y no estamos en contra del ‘reggaeton’ en sí, sino de las letras que estos contienen, porque van en detrimento de la dignidad de la mujer y de las buenas costumbres del pueblo dominicano”, expresó Claudio Cordero, Presidente de la Fundación Santa Lola. Si bien es cierto, que casi toda la población escuchó a cantidades incontables estos reggaetones, también es de subrayar que ningún medio de comunicación, medios electrónicos o establecimiento público podrán difundir estas letras destructoras de una decencia que se construye día a día.

Las letras indicaban que la droga y el sexo son algo normal, y que todos tienen que vivir la experiencia. Al menor que escuche esto se creará en su mente que lo más pronto posible necesita consumir drogas o tener relaciones sexuales, además, a la mujer se la denigra a tan alto punto que la degrada. Es hora de frenar a estas músicas juveniles sin control, que ayudan al aumento de la delincuencia, la bajeza y la falta de valores y moral los jóvenes. Fundación Santa Lola. “Por un Globo Infantil más Humanizado”.

-Vulgaridad y futuro- Durante su discurso de inauguración de un Festival de Cine Latinoamericano, Alfredo Guevara expresó: “No será fácil para Cuba defenderse si la batalla de ideas que hoy nos define, no alcanzara el despliegue necesario, si no lograra desterrar ese otro oleaje de maloliente marea resaquera que es la chusmería disfrazada de idiosincrasia popular. Ignorarla no será prudente”. Son palabras para reflexionar. Una alerta sobre esa lepra que invade segmentos de la nervadura social cubana: la vulgaridad, la ausencia de educación formal, la falta de clase y distinción en las relaciones sociales, la insolencia en la comunicación... La vulgaridad pasó progresivamente del entorno solariego, de ciertas franjas sociales vinculadas a la marginalidad y la delincuencia, a ocupar mayores espacios sociales. Desde el trato entre las personas hasta la vestimenta; desde el lenguaje hasta las expresiones corporales (gestos, formas de caminar); desde, la engolación de la voz hasta los marcos de convivencia intervecinales.

Una vulgaridad revestida de un componente de violencia y zafiedad cobra fuerza en el diálogo, en los modos de obrar. En tanto, la mofa al derecho ajeno, quizá una de las muestras más claras de la ignorancia, gana márgenes en las calles: los gritos de esquina a esquina, las malas palabras a voz alta delante de niños y personas mayores, las músicas en el cenit sonoro, de la mañana a la noche, los grupos de personas ebrias en los portales... Son pocos los adolescentes masculinos que mantienen su voz normal al conversar (sobre todo cuando lo hacen con sus compañeros), pues por lo general le incorporan al habla un nivel de afectación callejero, calcado de los modelos de delincuentes, buscando un supuesto incremento de su masculinidad. Las interjecciones tradicionales y los vocativos desaparecen en esta franja etérea, ante el surgimiento de vocablos reemplazadores, desprovistos de un mínimo sentido de comunicación. Chama es el apelativo común más suave con que se dirigen lo mismo a un ingeniero, que a un científico, que a un contemporáneo.

Estamos en medio de una circunstancia social donde es fundamental, ineludible, el diálogo. Donde las personas con un mayor grado de instrucción y educación deben reciprocar esas enseñanzas adquiridas con quienes no la recibieran o la desvirtuaran. Mostrarles sutil, cordial, incluso diplomáticamente en aras de sortear molestias o posibles complejos, las formas de comportarse correctamente en la sociedad. Aunque a alguien pudiera parecerle exagerado, Guevara no se equivoca en cuanto a lo pernicioso del fenómeno de cara al futuro. Si lo vulgar y lo chusma se imponen, adiós sentido del diálogo, adiós delicadeza, adiós a esos prismas tan básicos para la capacidad de selección y discernimiento humano. Todo sería gris y desesperanzador. La familia, en primerísimo orden, no puede desaprovechar la oportunidad histórica que tiene en sus manos: de la almendra que para ese árbol se poblarán los bosques del mañana.

Fuentes: http://www.lengua.profes.net http://www.jrebelde.cubaweb.cu http://www.santalola.galeon.com FundacióEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. http://miarroba.com

* * * * * “Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad”. -Thomas Hobbes-

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