Investigadores localizan la zona del cerebro que evita la memoria emocional.
La persona puede entrenarse en suprimir ciertos episodios de su pasado.

Nuestra mente puede controlar la memoria relacionada con las emociones. Un estudio, publicado en 'Science', ha localizado las áreas del cerebro relacionadas con la supresión de los malos recuerdos. Los investigadores señalan que este hallazgo podría ser útil para desarrollar terapias dirigidas para paliar trastornos en los que la persona se siente incapaz de eliminar ciertos pensamientos emocionalmente estresantes, como ocurre en la depresión o en las fobias.

"Creemos que ahora tenemos un mayor conocimiento de cómo funciona el mecanismo neuronal, y esperamos que estos resultados y futuras investigaciones conduzcan a nuevas vías terapéuticas y farmacológicas para tratar una gran variedad de trastornos emocionales", señala Brendan Depue, principal autor del estudio e investigador de la Universidad de Colorado (EEUU).

Depue y sus colaboradores han demostrado lo que quizás muchas personas ya sabían en la práctica: que si se insiste en olvidar algún momento molesto de la vida, se consigue. Además, han identificado el área del cerebro involucrada en ese proceso, una zona del córtex prefrontal.

Entrenamiento y mapa del cerebro

Para ello, entrenaron a 16 participantes en intentar recordar u olvidar una serie de imágenes. Estos individuos o bien pensaban repetidamente en la imagen, o no la dejaban entrar en su pensamiento de forma consciente. Después, tuvieron que memorizar 40 parejas de fotografías cada una de las cuales consistía en rostros humanos 'neutros' y fotografías desagradables como accidentes de coche, soldados heridos, escenas de crímenes violentos, etc.

Posteriormente, les pusieron unas gafas especiales y les colocaron en una máquina de resonancia magnética. Una vez allí, les mostraron los rostros (asociados a las fotografías desagradables) y se les pidió que las recordaran o que evitaran pensar en ellos.

Las imágenes del cerebro obtenidas con la resonancia magnética mostraron que un área del córtex prefrontal (la circunvolución frontal media derecha y la inferior derecha) suprime las regiones del cerebro involucradas en el proceso de memoria (hipocampo y amígdala) al igual que aquellas áreas que respaldan las asociaciones de la emoción y la memoria.

actualizar los miedos-b"Nuestros resultados sugieren que la supresión de la memoria emocional involucra al menos dos vías con fases escalonadas [...] por un lado influye en el control cognitivo, sobre los componentes sensoriales de la representación de la memoria [...] y la segunda vía implica a los componentes emocionales relacionados con la memoria", señalan los autores.

Dudas sobre los recuerdos traumáticos

Estos investigadores señalan que la actividad observada en la zona del córtex prefrontal, junto con la inhibición generada sobre el hipocampo y la amígdala, "sugiere que la memoria emocional puede utilizar mecanismos similares a aquellos empleados en la regulación de las emociones".

Aunque los resultados demuestran que las personas somos capaces de eliminar aquellos recuerdos molestos, no está tan claro que podamos lograr lo mismo con episodios extremadamente traumáticos como los que se dan en las guerras o en los accidentes de tráfico. "En casos como estos, una persona requeriría miles de repeticiones de entrenamiento para evitar y suprimir esos recuerdos. No lo sabemos todavía", reconoce Depue.

Por lo que sí apuestan estos investigadores es por que con estos datos se abre la puerta a la búsqueda de nuevas vías terapéuticas, que pasen por la intervención de esas áreas del cerebro. Estarían dirigidas al tratamiento de aquellas personas que no tienen la capacidad para evitar ciertos pensamientos, como las afectadas por depresión, síndrome de estrés postraumático o trastorno obsesivo compulsivo.

Actualizar los miedos para que desaparezcan

Un grupo de investigadores elimina miedos sin necesidad de técnicas invasivas.
La terapia podría ser útil en el tratamiento de trastornos de ansiedad.

La terapia funciona sin necesidad de fármacos.

Cuando un recuerdo se evoca, se abre una ventana temporal en la que es posible alterarlo. Así, al reactivar un miedo, es posible hacerlo desaparecer mediante una sencilla técnica de condicionamiento. Esto es lo que un grupo de científicos ha demostrado en un experimento detallado en las páginas de la revista 'Nature'.

"Nuestro trabajo sugiere que durante la vida de una memoria existen ventanas de tiempo en las que se vuelve susceptible para ser cambiada de forma permanente", ha explicado Daniela Schiller, autora principal del trabajo, procedente de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). "Comprendiendo la dinámica de la memoria podremos, a largo plazo, abrir nuevas vías para el tratamiento de trastornos causados por recuerdos emocionales anormales", concluye.

John Watson, fundador del conductismo, llevó a cabo un controvertido experimento en el que un niño adquirió miedo hacia las ratas mediante las técnicas de condicionamiento clásico. Cada vez que el pequeño Albert acercaba su mano para tocar al animal, Watson y su ayudante, Rosalie Rayner, emitían un sonido atronador. Al cabo de ciertas repeticiones, el niño exhibía una reacción miedosa ante la simple visión del roedor, al asociarla al incómodo ruido.

En los planes de Watson y Warner estaba llevar a cabo el descondicionamiento de este miedo, pero el experimento nunca se realizó ya que el pequeño Albert recibió el alta del hospital. La cuestión de si es posible o no borrar, bloquear o alterar las memorias de miedos sigue despertando el interés de médicos y científicos, especialmente por su utilidad a la hora de tratar trastornos de ansiedad o postraumáticos.

El conocimiento sobre los mecanismos de la memoria ha avanzado en las últimas décadas. Los recuerdos no son elementos inamovibles, como sugiere la visión tradicional. Al contrario, según señala la teoría de la reconsolidación y tal y como han demostrado varios estudios, los recuerdos se consolidan -casi se vuelven a formar- cada vez que se evocan.

Durante este periodo de reconsolidación, que dura unas seis horas, las memorias se pueden actualizar. Es decir, es posible incorporar nueva información a las mismas, un fenómeno que desde el punto de vista evolutivo sería útil como mecanismo adaptativo. De hecho, numerosos experimentos confirman que este proceso es compartido por distintas especies, como los humanos y los roedores.

Seis horas para cambiar los recuerdos

Siguiendo esta senda, Schiller y su equipo diseñaron un experimento para comprobar si es posible interferir en la reconsolidación de los recuerdos para cambiarlos y hacer que los miedos dejen de ser tales. Se trataba de un condicionamiento clásico. Los participantes observaban varios objetos, uno de los cuales se asociaba con un estímulo doloroso (una descarga eléctrica). Tras varios intentos, los sujetos mostraban una reacción de miedo ante ese elemento sin necesidad de sufrir una descarga.

Un día después de creado ese miedo, se procedió a su reactivación (es decir, se inició su reconsolidación). Se presentó de nuevo el objeto pero esta vez no estaba asociado a un estímulo incómodo para tratar así de alterar esa memoria, de actualizarla. Al tercer día, el objeto que antes les provocaba aversión ya no causaba reacción alguna en los participantes. El miedo había desaparecido, pero sólo en aquellos en los que el entrenamiento de extinción, como se conoce este procedimiento, se realizó en las seis horas posteriores a la reactivación.

"Esta visión capta la fluidez de la memoria y sugiere la existencia de un proceso dinámico a través del cual los recuerdos se forman, actualizan y mantienen", explican los autores en las páginas de 'Nature'.

Hasta ahora, ha sido posible detallar los mecanismos moleculares que están involucrados en la reconsolidación de la memoria emocional, lo que ha permitido alterar este proceso mediante fármacos, tanto en roedores como en humanos. El problema es que algunas de estas sustancias no son seguras y no se pueden emplear en personas, y otras, las que sí, obtienen resultados dispares en función del individuo.

Fuente:
http://www.elmundo.es/
http://www.elmundo.es/

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra página web. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies.