El León y el Ratón: Estaba un ratoncillo aprisionado en las garras de un león; el desdichado en la tal ratonera no fue preso por ladrón de tocino ni de queso, sino porque con otros molestaba al león.

Pide perdón, llorando su insolencia.

Al oír implorar la real clemencia, responde el rey en majestuoso tono: "¡Te perdono!" Poco después cazando el león, tropieza en una red oculta en la maleza. Quiere salir; mas queda prisionero. Atronando la selva ruge fiero. El libre ratoncillo, que lo siente, corriendo llega, roe diligente los nudos de la red, de tal manera, que al fin rompió los grilletes de la fiera.

Conviene al poderoso para los infelices ser piadoso; tal vez se puede ver necesitado del auxilio de aquel más desdichado.

* * * * * El Hombre Ciego y la Serpiente: Dos amigos, uno de ellos ciego, emprendieron un viaje atravesando desiertos, praderas y sierras. Una mañana el hombre ciego, que se había levantado antes que su amigo, empezó a buscar su bastón. Pero en lugar del bastón, cogió a una serpiente que estaba durmiendo, con el cuerpo casi congelado a causa del frío nocturno.

"He perdido mi bastón pero el Cielo me ha regalado otro mejor", dijo el ciego con regocijo. Y con la serpiente en la mano despertó a su compañero. Su amigo, refregándose los ojos, al ver al reptil, gritó: -¿Qué llevas en la mano, hermano? -Un nuevo bastón, contestó el ciego.

-Pero eso no es un bastón, ¡es una serpiente y muy venenosa! ¡Tírala de prisa o te picará! Pero el hombre ciego no le creyó. "Es la envidia que te incita a decirme eso. Tú lo que quieres es apoderarte de mi bastón. No creo lo de la serpiente".

Y con su nuevo bastón, es decir, con la serpiente en la mano, se puso en marcha, reanudando su viaje. Mientras tanto, el sol salía del horizonte y con sus cálidos rayos apartaba lentamente el frío nocturno. Y con el agradable calor del rey del cielo, la serpiente se fue despertando poco a poco, enrollándose sobre el brazo del hombre ciego, y antes de que él pudiese reaccionar y desprenderse de ella, le clavó sus afilados colmillos...

-Sacad vosotros mismos la conclusión-

* * * * * Las Razones de la Gallina: Un águila rapaz reprochaba a una gallina del corral. -¡Qué criatura más desagradecida eres tú! Tu dueño te mantiene durante toda tu vida, te protege de las bestias, te alimenta, y ¿qué es lo que tú haces? Cuando él te llama empiezas a correr de un tejado a otro, aleteas por aquí y por allá, y no dejas que te coja. ¿Qué clase de comportamiento es ese? Mírame a mí. Yo hace poco tiempo que estoy aquí, y ya sé cómo debo portarme, y demuestro mi gratitud por los cuidados que me da el amo. Cuando él me llama, me poso en su brazo y hago todo lo que me pide.

Entonces, la gallina, mirándole con una sonrisa, respondió: -Quizá tengas razón, amigo mío. Pero dime una cosa, ¿has visto alguna vez un águila asada?

-De cómo arreglamos siempre mejor la vida de los demás, que la nuestra-.

* * * * * Presentación: Estas fábulas, entre otras, son una readaptación de los milenarios cuentos de origen sánscrito, recogidos en el libro Panchatantra "Cinco caminos de sabiduría" introducidos en Persia en la época del emperador sasánida Khosro Anoushirvam (531 al 578). Traducidos al pahleví -el persa medio- por Borzuyé, visir y médico de la corte, bajo el título de "Calila y Dimna".

Sin duda, las fábulas recogidas en el libro "Calila y Dimna" tienen poco parecido a las fábulas originales hindúes, pues se adaptaron a la cultura, al pensamiento, a la ética y a las maneras de vivir persas. "Calila y Dimna" es un libro didáctico, cuya principal función fue transmitir el saber y la sabiduría, de forma grata, sencilla y amena, a los príncipes y gobernantes, en un contexto donde entran en contacto las realidades generales con los ejemplos concretos, vinculando el saber con el actuar.

A finales del siglo VI, este valioso libro fue traducido por los iraníes al soriano -lengua del norte de Persia-. Su traducción al árabe, en el siglo VIII, por lbn al Muqaffa, otro erudito persa, facilitó su difusión, primero en el mundo islámico, y más tarde en Europa, y concretamente en España. Fue en 1.263, cuando Johannes de Capua se encargó de traducirlo al latín con el título "Directorium humanae vitae". De esta manera, "Calila y Dimna" se da a conocer en las culturas turca, griega, egipcia, italiana, alemana, rusa, inglesa y mongola, al tiempo que proporciona un ingenioso modelo de narrar cuentos dentro de una estructura determinada, respetando la unidad del conjunto.

Fuente: Nazanin Amirian. * * * * *

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