“Las Abejas”. Este es un cuento favorito de los derviches de los Balcanes; se atribuye a Sayed Jafar (fallecido en 1.598, en Éfeso), quien fue el sucesor de Ibrahim Gulshani de El Cairo (fallecido en 1553), fundador de la Orden Gulshani.

La Orden Gulshani es una combinación de los Cuatro Senderos del sufismo. Según la creencia popular, Jafar visitó las estrellas, como una especie de precursor de los astronautas actuales, en un vehículo luminoso sin fuerza motriz aparente. Los Gulshani devolvieron su legado metafísico en un cofre de bronce, plata y cobre a la Hermandad Azamia (La Mayor) en el siglo XVII, conservando tan sólo, según se dice, los poderes de entrevistarse con ciertas figuras históricas fallecidas tiempo atrás.

A Sayed Jafar, Gran Maestro de los Cuatro Senderos, se le preguntó: - ¿Cuál es el mejor de los Senderos y por qué hay tantos grupos de gente ansiosa alrededor de las instituciones que imparten la iluminación? 

Sayed Jafar respondió: - Hubo una vez un bosque que surgió de semillas, estas crecieron hasta convertirse en árboles. Estos árboles vivieron hasta el tiempo predeterminado, dando fruto y cobijo, y manteniendo a muchas criaturas. Luego, oportunamente, cuando su tarea se hubo completado, los árboles murieron y el bosque quedó sin vida, excepto por cierto número de abejas que buscaban un hogar, así como un lugar donde establecer vida comunitaria. Descubrieron que muchos de los troncos muertos estaban huecos, y en ellos construyeron sus colmenas. - Los troncos fueron de utilidad durante muchas generaciones de abejas. Luego, uno por uno, siguiendo el curso normal de deterioro, los troncos comenzaron a caer. Aquellas abejas que se encontraban en árboles aún sólidos se refirieron a sus compañeras menos afortunadas, diciendo: - ¡Mirad qué perversas son! Esto es un castigo para ellas. Otras decían: - Démosles cobijo en nuestras colmenas, ya que se encuentran desvalidas y se les debería ayudar. Esta desgracia nos podría haber ocurrido a nosotras. Otras opinaban: - ¡Qué deficientes eran sus colmenas!, que se derrumbaron de ese modo. Tomemos precauciones para evitar que esto les ocurra a las nuestras. - A pesar de todo lo que dijeron, poco a poco todos los árboles se desmoronaron y, paulatinamente, todas las abejas se quedaron sin hogar. - Las abejas reflexionaron de un modo obvio acerca de los acontecimientos. Muchas de ellas no se dieron cuenta de que las colmenas se crearon deliberadamente tan sólo para darles cobijo y producir miel. Muchas no admitieron que deberían haberse aprovechado de las ventajas de los árboles y apresurar su trabajo antes de que se cayesen. Esta última dificultad se debía a que las abejas no se preocuparon de destinar parte de su tiempo y esfuerzo a estudiar la naturaleza de su entorno.

- - - - - - - -La Historia del Ratón- (Con moraleja) Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y a su esposa abriendo un paquete. Pensó qué tipo de comida podía haber allí. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones. Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: “¡hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!” La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo: “Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, no me incomoda”. El ratón fue hasta el cordero y le dijo: “¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!” “Discúlpeme Sr. ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones”. El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le respondió: “Pero, ¿acaso estoy en peligro...? Pienso que no”, dijo la vaca. Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la obscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre alta. Todo el mundo sabe que para reconfortar a alguien nada mejor que una nutritiva sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la mujer continuaba grave, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para agasajarlos y darles de comer, el granjero mató al cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral. Moraleja: La próxima vez que escuches que alguien tenga un problema y creas que, como no te afecta no es tuyo y no le prestes atención... piénsalo dos veces.

* * * * * “El mundo no anda mal por la maldad de los malos, sino por la apatía de los buenos”.

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