La decoración en el hogar exige no solo una agradable visión, fruto de la combinación de texturas, objetos y colores, sino también unos aromas agradables que hagan de la estancia en la vivienda un auténtico placer. 

El uso de plantas y flores para aromatizar una casa es una costumbre muy antigua que sirve tanto para mejorar la sensación de bienestar como para purificar el aire y alejar a ciertos insectos.

Los egipcios antiguos ya usaban almizcle y otros productos naturales para purificar sus hogares y tumbas.FRAG NAT EGIPTO
Desde los aceites secretados por los animales, los pétalos de las flores, hasta llegar a los productos químicos que se diseñan especialmente para eliminar ciertos olores, siempre se ha tratado de purificar y eliminar los malos olores de los hogares y lugares públicos.

Actualmente, el mercado de los ambientadores es multibillonario, abarcando los ambientadores mecánicos del aire, aerosoles, velas, cera, geles perfumados, líquidos, popurrí, maderas aromáticas entre otros.

Un periódico estimaba que el 80% de adultos americanos comprarían, por lo menos, un ambientador casero este año.

La primera generación de los ambientadores modernos data de 1948.

Estos consistían en poco más que una fragancia perfumada, en una niebla del aerosol que enmascaraba o cubría olores.

Fue a mediados de los años 50, sin embargo, cuando los fabricantes comenzaron a agregar los ingredientes a los ambientadores del aire y destruyeron realmente olores desagradables en el aire.

Los principios científicos en ambientadores del aire son simples.

Los olores en el aire son causados por las moléculas microscópicas que cuelgan en el aire y son inhalados.

Cosas que eliminan olores químicamente se pegan a esas moléculas, cambiándolas o neutralizándolas, de modo que no tengan más un olor desagradable.

En aquellos años, la variedad de ambientadores era bastante limitada: pino, limón o rosa.

Actualmente, hay pasillos enteros en los supermercados dedicados a todos los sabores y olores diferentes, y muchos propietarios caseros tienen un "guardarropa” entero de fragancias.

Los psicólogos dicen que los olores son una gran manera de provocar humores y la aromaterapia es una práctica cada vez mayor.

Ambientadores para el hogar
Para conseguir que nuestra casa huela bien y que, además, produzca una sensación agradable, no solo podemos recurrir a los ambientadores industriales que encontramos en cualquier droguería...

También podemos echar mano a una serie de trucos caseros que se resuelven con un poco de maña e imaginación.

Podemos fabricar nuestros propios ambientadores y crear los olores y fragancias adecuados sin mezclar para que no afecte el gusto y que sean apropiados para el ambiente.

Las posibilidades de los ambientadores hechos a mano son muchas, pero antes debemos seguir una máxima:

¡Nunca excedernos en la combinación de esencias y dar toques ligeros, no demasiado penetrantes, para evitar ambientes recargados!

Además, debemos saber que existen aromas que estimulan y otros que relajan.

Dan serenidad la manzanilla, la melisa y la lavanda, mientras que el pino, el limón, el cedro, el romero y el enebro consiguen el efecto contrario, mucho más revitalizante.

Una fragancia para cada estancia
Otro punto importante es que los espacios domésticos exigen fragancias diferentes.

Por ejemplo, para evitar mezclas de olores que afecten al gusto de los alimentos, tendremos que ser especialmente cuidadosos con los aromas de la cocina o el comedor.

Nunca recurriremos a productos que se usen entre fogones, como aromas frutales o basados en especias, ya que podemos estropear el sabor de un buen menú.

Las fragancias florales son ideales para el salón o el cuarto de estar, así como los toques frutales y cítricos.

En el dormitorio, la lavanda suele ser la más adecuada, pero podemos combinarla también con la melisa, que favorece la relajación; en cambio, las flores fomentan el erotismo.

En el cuarto de baño optaremos por fragancias frescas: limón, rosa, caléndula, menta o sándalo.

Los olores dulces, como la vainilla, son hogareños y confortantes.

La vainilla se ha demostrado además científicamente que reduce la tensión, el cansancio nervioso, la ansiedad, la ira y la depresión.

Cómo sugerir aromas en las habitaciones
Hay mucha variedad de técnicas para crear ambientadores y de complejidad variable.

Lo más fácil y, a la vez, decorativo, además de dar un agradable aroma, es recurrir a un cesto de mimbre o a un plato cerámico grande, que rellenaremos con aquellas plantas, flores, hojas y especias que más nos gusten.

Por ejemplo: hojas de eucalipto, ramas de hierbabuena, hojas de salvia, laurel o mirto, pétalos de rosa y algunos trozos de vainilla, canela y jengibre.

Basta con elegir una bandeja, pieza de cerámica, plato o similar y, si se quiere, cubrirla con un pedazo de tela.

Encima se colocarán las flores y plantas aromáticas que se desee.

Añadiendo un poco de alcohol o esencia de rosas conseguiremos reavivar la fragancia cuando esta vaya perdiendo intensidad.FRAG NAT II

Asimismo, para aromatizar rincones concretos como armarios o zapateros, se pueden depositar saquitos de tela rellenos de una mezcla de flores y plantas.

La flor de lavanda suele conservar bastante tiempo el olor, y si la colocamos dentro de alguna bolsita de tela fina o de las de hilo, enseguida notaremos al abrir el placer del aroma de la lavanda.

Otra manera es hacer ambientadores de modo natural.

Para ello, no tenemos más que disponer de un pequeño tarro de cristal hermético; se trata de guardar en él hierbas aromáticas y flores secas durante tres o cuatro días.

Habrá que remover la mezcla durante ese tiempo.

Tras ese periodo, se le agregan unas gotas de la esencia escogida y se guarda en el tarro otro mes más, removiendo de vez en cuando.

Pasado ese espacio de tiempo, se obtiene un ambientador muy intenso que se puede conservar en el mismo recipiente.

Abrir el tarro periódicamente permitirá desprender fragancias muy agradables por todo el hogar.

Los aceites se pueden mezclar y crear aromas variados, o bien diluir en alcohol, para atenuar su efecto.

En este caso, podemos experimentar en la mezcla de fragancia para lograr aromas originales.

Si el aroma nos resulta demasiado intenso utilizaremos alcohol para atenuarlo.

Un popurrí aromático
También podemos realizar un popurrí aromático.

Esto consiste en mezclar flores y otros productos vegetales con perfumes y aceites.

I.- Con la palabra de origen francés popurrí se denomina la mezcla aromática de flores y otros productos vegetales con perfumes y aceites.

Este tipo de 'ambientador' tiene la doble ventaja de mejorar el olor de la estancia y, a su vez, decorarla.

Las bolsas de popurrí se pueden encontrar fácilmente en tiendas especializadas y grandes superficies.

Utilizaremos pétalos de flores recolectados del jardín o de flores compradas, que dejaremos secar en frascos poco profundos con una capa de arena. Tras dos semanas, se habrán secado.

Otro sistema es utilizando toda la flor: se cuelga por el tallo boca abajo, sin las hojas, o bien todo un ramo atado y colgado en el pomo de una puerta.

Una vez secas, introduciremos los pétalos en un tarro de cristal, que completaremos con aceites aromáticos (de lavanda, laurel, jengibre, almendra, eucalipto, clavo, etcétera), piel de frutas (cítricos, por ejemplo, que ofrecen fragancias muy frescas), algunas especias, así como hierbas medicinales y aromáticas.

Debes experimentar hasta que llegues al perfume que deseas.

Cuantas más combinaciones hagas, antes llegarás al perfume que estás buscando para tu casa.

Con un aceite fijador, por ejemplo, de sándalo, pachulí o bergamota, conseguiremos que el aroma permanezca durante más tiempo.

Mezclados los ingredientes bien y una vez que hemos hallado un olor que nos convenza, meteremos todo en un recipiente cerrado herméticamente, que agitaremos al menos una vez al día.

Pasado un mes, tendremos nuestro ambientador listo. Introduciremos la mezcla en bolsitas de tela decorada, que pueda transpirar, o en frascos de cristal, que abriremos cada cierto tiempo para esparcir la fragancia por las habitaciones.

Ambientadores naturales
Las barritas de incienso son otra de las opciones para los amantes de la aromaterapia.

La variedad es muy grande, todo depende de nuestro gusto.

El incienso se ha convertido en un clásico en las viviendas.

Representa una opción igual de eficaz, e incluso más duradera, que los ambientadores tradicionales.

Existe cada vez una gama más amplia de aromas; puedes encontrarlo en forma de conos y varitas.

También se utilizan velas aromáticas, velas perfumadas, de diferentes tipos y olores.

Las hay de todos los tamaños, olores y presentaciones que puedas imaginar.

La principal desventaja de las que se comercializan hoy en día es que están hechas de parafina, un derivado del petróleo que desprende un desagradable humo al apagar la llama.

Por ello, una alternativa más natural es realizar velas en casa incorporando durante el proceso esencias y aceites.

Se derrite cera de abeja al baño maría, añadiéndole gotas del aceite esencial preferido, introduciendo una mecha y dándole la forma deseada utilizando moldes.

Las esencias pueden sustituir a las velas perfumadas y al incienso.

Los recipientes para depositarlas son fáciles de encontrar en cualquier tienda en la que vendan también velas...

Permiten colocar en la parte superior unas gotas de la esencia elegida, y en la parte inferior, una vela, que calentará el líquido para que desprenda olor.

Al igual que en el caso del incienso, la gama de olores es realmente amplia, pero hay que utilizar este producto con moderación, echando solo unas gotas, ya que su aroma es realmente intenso.

La aromaterapia asegura que ciertos olores contienen propiedades beneficiosas.

Se dice que la lavanda quita el dolor de cabeza o que el azahar ayuda a conciliar el sueño.

Además, se suele recomendar un aroma específico para cada estancia de la casa.

¿Cómo fabricar ambientador natural casero?
Los aceites esenciales le permitirán preparar ambientadores naturales, personalizados, de especial utilidad en hogares con alérgicos a ciertos productos químicos y animales que pueden ser más sensibles a elementos sintéticos.

Preparar nuestro propio ambientador natural casero y personalizado es muy sencillo.

Necesitará:
– 1 botella con dispensador de aerosol de 100 ml.

– De 25 a 30 gotas de sus aceites esenciales favoritos. Puede utilizar una sola esencia o mezclar varios aceites esenciales para conseguir un aroma más personalizado.

– 100 ml de agua destilada.

Agite la mezcla y ya está.

Puede rociar la sala, o incluso los muebles y, a continuación, secar con un paño. Recuerde que si los aceites esenciales que utiliza son puros, no dejarán mancha.

Los aceites esenciales sintéticos no se pueden aplicar sobre superficies puesto que llevan disolventes e incidirán sobre la capa de pintura de las superficies.

Sugerencias
Para neutralizar olores de animales domésticos:

– 15 gotas de árbol de té y 10 gotas de limón.

Para revitalizar el ambiente:

– 15 gotas de menta y 10 de romero.

Para mejorar el sueño:

– 10 gotas de naranja y 15 de lavanda.

Fuentes:
http://www.dieteticaexpress.com
Visite http://www.fuller-brush-products.com
http://www.articlegarden.com
http://www.lasmanualidades.com
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"Los hombres verdaderamente grandes, en el mundo entero, son demasiado grandes para perder el tiempo en vanagloriarse de sus triunfos personales" (Dale Carnegie).

 

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