Aniversarios y efemérides. Fray Humilde, 9 de enero, y san Antonio Abad, 17 de enero.

"Si tienes hombres que excluirían a cualquiera de las criaturas de Dios del refugio de la compasión y la...

piedad, tendrás hombres que se comportarán de la misma forma con sus compañeros" (san Francisco de Asís).

Envían a Roma el expediente para canonizar al franciscano fray Humilde de Oliva.

Tuvo diez hijos y se hizo fraile tras enviudar.

 

                                                                       Grabado de fray Humilde SoriaFray Humilde

La iglesia de Sant Roc de Oliva acogió la clausura de la fase diocesana del proceso de canonización de fray Humilde Soria Pons (Oliva, 1844-Benissa, 1905), padre de diez hijos, que ingresó como religioso en la orden franciscana después de enviudar.

Tras el acto de clausura, la causa de canonización fue remitida a la Santa Sede, que continuará la instrucción iniciada en Valencia.

A lo largo de dos años, un tribunal designado por el cardenal arzobispo de Valencia ha instruido el proceso en la diócesis de Valencia, apoyado por una comisión de peritos historiadores, que recogió "toda la documentación y testimonios existentes sobre fray Humilde".

La apertura del proceso de canonización "fue impulsada por los vecinos de Oliva (Valencia), su localidad natal, y de Benissa (Alicante), donde murió y está enterrado, y de otras poblaciones cercanas, donde fray Humilde goza de fama de santidad e, incluso, tiene dedicadas calles y monumentos".

Humilde Soria Pons nació el 9 de enero de 1844 en Oliva, "trabajó sus propias tierras como campesino y se casó con Vicenta Catalá, con quien tuvo diez hijos, de los que nueve murieron a temprana edad, entre 1874 y 1884.

El hijo que sobrevivió, Miguel, vistió el hábito franciscano en el Colegio Misionero de Ntra. Sra. de Regla (Chipiona, Cádiz) y recibió la ordenación sacerdotal en 1896.

Marchó como misionero a América".

Cuando murió su esposa, Humilde se hizo franciscano.

En Oliva los vecinos "consideraban que los esposos eran excelentes ciudadanos" y que en su hogar "se vivía con virtud y ejemplarmente".

El matrimonio perteneció a los terciarios franciscanos.

Muerta su esposa en 1885 y después de que su hijo marchara al Colegio Misionero, Vicente pidió el ingresó en la Provincia Franciscana de Valencia, recién restaurada después de la exclaustración de 1835.

Hizo el noviciado en Santo Espíritu del Monte (Gilet, Valencia).

Cuando tomó el hábito, cambió el nombre de Vicente por el de Humilde y, terminado el año de prueba, profesó como hermano lego el 29 de mayo de 1891.

A partir de aquel momento, su vuelo ascensional en el camino de la santidad iba a ser más patente, siempre dentro de su línea de sencillez, laboriosidad, devoción, bondad.

Exigente para sí mismo, era todo caridad para con los demás, tanto frailes como seglares, a quienes edificaba cuando iba de limosnero y cuando los atendía en la portería.

Tuvo varios destinos: San Espíritu, Benigánim y, finalmente, Benissa (Alicante), adonde llegó en 1897 y donde permaneció hasta su muerte.
Murió de tétanos en Benissa, el 26 de febrero de 1905, a los 61 años.

Antes, en 1896, el padre, ya fraile, y el hijo, fraile y sacerdote, volvieron a encontrarse en Oliva por espacio de unos días.

En el momento de su muerte, el fraile "ya tenía fama de santidad, no solo entre los franciscanos, sino sobre todo entre los vecinos de Benissa y Oliva", que recordaban sus constantes obras de caridad, le atribuían hechos prodigiosos e, incluso, le llamaban "el fraile santo" o "el fraile que hace milagros".

Proceso de canonización
El inicio del proceso de canonización de fray Humilde Soria reunió a centenares de feligreses.

El arzobispo de Valencia participó en la "Catedral de la Marina" en la constitución de la mesa del jurado que evaluará los milagros atribuidos al franciscano nacido en Oliva.

Catedral de Benissa (Alicante)"Catedral de la Marina, Benissa"

La iglesia de la Puríssima Xiqueta de Benissa, más conocida como la Catedral de la Marina, acogió la constitución de la mesa del jurado que evaluará los milagros que deberán explicar los testigos en el proceso de canonización que se abre para el franciscano fray Humilde Soria.

La parroquia se abarrotó de feligreses locales y, también, de vecinos de Oliva.

La mesa que estudiará los casos extraordinarios vinculados a fray Humilde Soria está formada por el postulador Luca M. de Rosa, los vicepostuladores Ramón Baselga y Benjamín Agulló, el notario Joan Jordi Escrivà y el vicenotario Antonio Ríos.

Todos ellos, religiosos, y a quienes les secundarán varios reconocidos historiadores de Benissa y de Oliva, entre los que figuran Joan Josep Cardona, Vicente Roig, Vicente Pons Alós, Enrique Feraido y Luís M.ª Giner.

Con solemnidad, los miembros de la comisión de investigación se ubicaron en el altar del templo para prestar juramento.

Lo mismo hicieron los historiadores, que llevarán a cabo todo el proceso de recogida de documentación.

Presentándole al arzobispo de Valencia una lista en la que figuran los testigos que aportarán las pruebas ante el tribunal.

 

Interior de la Catedral

Presidencia del acto en el presbiterio de la "catedral" de La Marina

Fuentes religiosas señalaron que el proceso de beatificación y canonización de fray Humilde Soria podría ser mucho más rápido que otros de similares características, por la cercanía en el tiempo (falleció a principios del siglo XX).

El jurado tendrá que certificar algún milagro ocurrido después de su muerte.

Para ello se basarán en los testimonios, pero también en los datos que existan sobre su vida.

En este sentido, hay que destacar que el padre Jesús Sanjuán recopiló hace tres décadas las historias que amigos, paisanos y vecinos en vida compartieron con el franciscano.

Con posterioridad, fray José María Barrachina escribió la historia del venerado padre.

SAN ANTONIO ABAD

Su fecha, el 17 de enero. En Gandía, además de la bendición de los animales, también se celebra con hogueras.

Conocemos la vida del abad Antonio, cuyo nombre significa "floreciente", y al que la tradición llama "el Grande", principalmente a través de la biografía redactada por su discípulo y admirador, san Atanasio, a fines del siglo IV.

Este escrito, fiel a los estilos literarios de la época y ateniéndose a las concepciones entonces vigentes acerca de la espiritualidad, subraya en la vida de Antonio –más allá de los datos maravillosos– la permanente entrega a Dios.

En su juventud, Antonio, que era egipcio e hijo de acaudalados campesinos, se sintió conmovido por las palabras de Jesús:

"Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres...".

Así lo hizo el rico heredero, reservando solo parte para una hermana, a la que entregó, parece, al cuidado de unas vírgenes consagradas.

Llevó, inicialmente, vida apartada en su propia aldea, pero pronto se marchó al desierto, adiestrándose en las prácticas eremíticas junto a un cierto Pablo, anciano experto en la vida solitaria.

En su busca de soledad y persiguiendo el desarrollo de su experiencia, llegó a fijar su residencia entre unas antiguas tumbas.

¿Por qué esta elección?
Era un gesto profético, liberador.

Los hombres de su tiempo –como muchos de los de nuestros días– temían desmesuradamente los cementerios, que creían poblados de demonios.

La presencia de Antonio entre los abandonados sepulcros era un claro mentís a tales supersticiones.

Pronto, la fama de su ascetismo se propagó, y se le unieron muchos fervorosos imitadores, a los que organizó en comunidades de oración y trabajo.

Dejando, sin embargo, esta obra, se retiró a una soledad más estricta en pos de una caravana de beduinos que se internaba en el desierto.

Bendición animalitos, Almassera


No sin nuevos esfuerzos y desprendimientos personales, alcanzó la cumbre de sus dones carismáticos, logrando conciliar el ideal de la vida solitaria con la dirección de un monasterio cercano, e incluso, viajando a Alejandría para terciar en las interminables controversias arriano-católicas que signaron su siglo.

Sobre todo, Antonio fue padre de monjes, demostrando en sí mismo la fecundidad del espíritu.

Una multisecular colección de anécdotas, conocidas como "apotegmas" o breves ocurrencias que nos ha legado la tradición, lo revela poseedor de una espiritualidad incisiva, casi intuitiva, pero siempre genial, desnuda como el desierto que fue su marco.

Se conservan algunas de sus cartas, cuyas ideas principales confirman las que Atanasio le atribuye en su "Vida".

Antonio murió muy anciano, hacia el año 356, en las laderas del monte Colzim, próximo al mar Rojo...

Al ignorarse la fecha de su nacimiento, se le ha adjudicado una improbable longevidad, aunque, ciertamente, alcanzó una edad muy avanzada.

La figura del abad delineó casi definitivamente el ideal monástico que perseguirían muchos fieles de los primeros siglos.

No siendo hombre de estudios, no obstante, demostró con su vida lo esencial de la vida monástica, que intenta llegar a lo esencial, despojada de cualquier aditamento.

¿Sabías que hay personas que aman tanto a sus mascotas y animalitos que cada año los llevan a bendecir?

La bendición de los animales es una tradición que se lleva a cabo cada año en muchos lugares del mapa terrestre.

En México, esta tradición empezó durante la época colonial, es decir, después de que los españoles conquistaron y empezaron a gobernar en México.

La conquista española, primero, fue militar, es decir, Hernán Cortés, con sus ejércitos, derrotó a los indígenas y tomó posesión de sus tierras y cambió sus costumbres.

Después, empezó la conquista espiritual.

Muchos frailes llegaron de España para convertir a la fe católica a todos los indígenas que antes creían en sus propios dioses.

Una de las tantas costumbres que les inculcaron fue la de bendecir a los animales y plantas durante la fiesta de San Antonio Abad, el día 17 de enero de cada año.

Se dice que este santo pudo descubrir la sabiduría y el amor divino a través de observar a los animales y a la Naturaleza en general y, con el tiempo, se convirtióBendición animalitos, Cheste (Valencia) en el patrón de los animales domésticos, así como también de los tejedores de cestos, fabricantes de pinceles, de los cementerios y de los carniceros, esto porque fueron algunas de las actividades que realizó durante su vida.

La ceremonia empieza con una misa en la que se recuerda que los animales son criaturas de Dios, y se pide a las personas que reflexionen sobre la importancia de cuidarlos para mantener el equilibrio que debe haber entre el hombre y la Naturaleza.

Después, ante el oficiante, desfilan perros, gatos, burros, vacas, cerdos, patos, gallinas, tortugas, conejos, peces, canarios, loros y otros animales que son rociados con el agua bendita, al mismo tiempo que imploran:

"San Antonio bendito, ¡bendice a mis animalitos!".

Todos los animalitos y algunas macetas con sus respectivas plantitas son elegantemente adornadas con listones o flores de muchos colores.

Después de la ceremonia, en muchos lugares se acostumbra que la gente se reúna para platicar anécdotas chistosas o curiosas sobre sus animales, pero, en realidad, de lo que se ríen y gozan mucho es de lo que sus amos hacen con los tiernos animalitos que despiertan su cariño y emociones con algún detalle como el mover la colita, ronronear, hacer algún truco o travesura de la que sus amos se sienten muy, pero muy orgullosos.

Fuentes:
http://www.ewtn.com
http://www.franciscanos.org
http://www.sanantoniocolegio.com
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"Siempre es el momento apropiado para hacer lo correcto" (Martin Lutero).