Hace muy pocos años, los medios de comunicación divulgaron una curiosísima noticia. Un juez se querelló por desacato contra un abogado, porque este le había espetado algo así como que la sentencia que acababa de dictaminar debía ser revocada "por huevos".

O al menos eso es lo que entendió el susodicho juez, ya que el abogado negó cualquier actitud irrespetuosa y, amparándose en el DRAE, puntualizó que lo que él había dicho era que la sentencia en cuestión debía ser revocada “por uebos”, así, sin “h” y con “b”.

Efectivamente, el DRAE recoge el vocablo “uebos” y lo define como “necesidad, cosa necesaria” Se trata de un arcaísmo cuyo origen etimológico se encuentra en la palabra latina “opus”, que con el verbo esse y un dativo adquiría en la lengua de Horacio, el valor semántico de “necesidad”. En esta misma estructura, calcada del latín, lo encontramos en el castellano antiguo en frases como “uebos me es” (literalmente, “es necesidad para mí”, es decir, “necesito”): “nunqua lis era uebos buscar otra mengía” (“nunca necesitaban buscar otra medicina”), escribe Berceo en la “Vida de San Millán”. De ahí pasó a usarse, con el mismo valor, en cualquier otra construcción sintáctica: “Nos huebos avemos en todo de ganar algo” (“nosotros necesitamos tener ganancias en todo”), leemos en el “Poema de Mio Cid”; posibilidad que ya tenía ‘opus’ en los textos latinos o semirromanceados de la Edad Media: “per ad opus de illo señor” (“para las necesidades del señor”) se redacta en el Fuero de Logroño, de 1.095.

Como se ve, en los textos medievales nuestra palabra aparece escrita sin hache y con ella. Por eso el DRAE la admite de las dos formas, si bien prefiere uebos por ser la grafía más antigua y, sobre todo, por marcar más claramente las diferencias con huevos.

En conclusión: cuando tenga usted ganas de desahogarse sin quedar mal, suelte un “uebos” fuerte y sonoro. Se sentirá mejor. Pero ¡ojo!: especifique que se escribe sin “h” y, sobre todo, con “b”. Así, sus oyentes no tendrán más remedio que considerarlo como persona culta y bienhablada. Y es que hay que hablar bien por necesidad, o sea, por uebos.

De ahí también la frase tan utilizada, y no siempre conociendo su verdadero significado al emplearla, de “mandan uebos”, es decir, por la necesidad que tengo de…

MÁS SOBRE “UEBOS”

1- ¿Uebos? “...Será huevos digo yo... Pues no amigos. El encabezamiento de esto que os escribo obedece a una de las reglas de cortesía de mediados del siglo XX.

La acepción “uebos” recogida en el diccionario de la Real, real, real Academia Española, se define como: “Necesidad. Cosa necesaria”. Lo que a primera vista parecía una insolencia resulta que se trata de una fórmula de exquisita cortesía que, no está en desuso en determinados ambientes.

Muchos de vosotros coloquialmente habréis dicho en alguna ocasión esto lo consigo por “uebos” ...y lo escribo correctamente porque cuando así se habla, quiere decirse que ha de conseguirse por necesidad.

El mal entendimiento de esta transmisión lleva implícito que, muchos relacionen “uebos” con huevos y esto, ha hecho que ...como “huevos” se ha convertido en una falso sinónimo de “testículos”, de ahí surgen otras acepciones como, “pelotas”, etc., con lo cual, como se parte de una equivocación inicial, la juventud, y no tan juventud dice... esto lo consigo por “huevos”.

2- Este es un típico problema de atracción de una palabra que va errante por el firmamento de las palabras, sin rumbo fijo, hasta que por fin es atraída por una bien consolidada y con fuerza propia.

Antes de llegar a esta ortografía, que alejó definitivamente la expresión de su origen, hasta dejarla irreconocible, se escribió “por huebos”, y antes aún, se escribía incluso sin la h: “por uebos”. A partir de aquí ya es más fácil retroceder hacia su origen.

Pero esta expresión con la que sin duda se regocijaban los estudiantes de hace unos siglos, que sí sabían bien lo que se decían, cayó en manos de ignorantes de buena fe que le aplicaron las debidas correcciones ortográficas y la instalaron en el lenguaje de máxima expresividad.

Me adelanto a decir, que a pesar de todo sigue siendo una expresión que conserva un cierto resabio de cultismo, porque aquellos que la consideran en exceso eufemística y delicada, prefieren decir “por cojones”, lo que consideran más directo y expresivo, y por supuesto una traducción fiel de “por huevos”.

Llegados al “por uebos” hemos de dar el salto al latín: se trata de la expresión “opus est”, que significa “es necesario”. Está formada por el sustantivo opus, operis, que significa obra, trabajo, labor.

Con la forma neutra opus indeclinable, que significa cosa necesaria, necesidad, lo que es menester, se construyen las expresiones "opus est" y "opus sunt", que significan ser necesario, y la expresión "opus habere", que significa tener necesidad. Esta es la forma literaria. Se usó muchísimo en el lenguaje hablado, por eso sufrió un constante desgaste.

Era el equivalente de nuestro “porque sí”, esa explicación a la que se recurre cuando no se tienen o no se quieren dar explicaciones, que es muy a menudo. El caso es que el latín vulgar, desde siempre, incluso desde antes de la época clásica, redujo la expresión opus est a opust.

Y es esta última la forma que a través de unos pocos e inevitables cambios fonéticos se transforma en uebos. En primer lugar, la t final cae sola, porque en español no se sostiene. El siguiente paso es la diptongación de la sílaba tónica, y nos queda uepus.

Nos podemos imaginar a nuestros antepasados de hace mil años, cuando les preguntaban por qué hacían algo, contestando: “por uepus”. La sonorización de la “p” convirtiéndola en “b” es una tendencia constante (como la sonorización de “ca”, “co”, “cu”, en “ga”, “go”, “gu”; y la de “t” en “d”. Estamos ya en “uebus”.

Lo único que falta para acabar el recorrido es transformar la terminación “us” en “os”: esa fue la tendencia dominante en el castellano; en otras lenguas de la península persistió la terminación “us”.

Hemos hecho el recorrido completo del "opus est", en forma coloquial opust, al uebos, que transformaremos en huevos. Sospecho que tienen este mismo origen los huevos que aparecen en las expresiones “ir de huevo”, que significa ir elegante, de gala (como es necesario ir, como "opus est") y “no por el huevo, sino por el fuero”, con la que se indica que uno exige las cosas no porque las necesite, sino porque tiene derecho a ellas.

De todos modos, la expresión ha salido reforzada en su mismo ámbito significativo a costa de afincarla finalmente en la sede de los juramentos.

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LA RECETA CON HUEVOS:

-Albóndigas de carne picada con patata-

Ingredientes: - 1/2 kg de carne picada

- 1 cebolla mediana rallada

- 2 cucharadas grandes de pan en remojo y escurrido

- Zumo de 1/2 limón

- 2 huevos batidos

- 1 patata mediana rallada

- Sal

- Pimienta y especias

Modo de Preparación:

1- Mezclar los ingredientes (sin los huevos) y triturar en un almirez.

2-Añadir los huevos batidos y mezclar.

3- Hacer albóndigas en forma de bolitas pequeñas.

4- Cubrir con huevo y pan rallado y freír en aceite muy caliente.

5- Servir con ensalada de tomate y lechuga, o verdura.

Fuentes: www.infolivo.com www.escolar.net/foro

www.elalmanaque.com

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“Muchas palabras no dan prueba del hombre sabio, porque el sabio no ha de hablar sino cuando la necesidad demanda, y las palabras han de ser medidas y correspondientes a la necesidad”. -Tales de Mileto-

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