"Para el cobarde no hay vida; para el héroe no hay muerte" (Gabriela Mistral).

Los días de Todos los Santos son los días 1 (día de los niños-ángeles) y 2 de noviembre

 

(denominado Día de Todas las Animas o de los Fieles Difuntos).

El anterior al día 1, se denomina Víspera de Todos los Santos.

Inscripciones que se ponen en las lápidas de las tumbas: el más conocido es R.I.P. (requiescat in pace = Descanse en Paz).

El origen de esta costumbre data del año 539 antes de Cristo, cuando en los muros de Roma, junto a los avisos políticos y comerciales, se anunciaban las noticias de muertes recientes, signo distintivo y privilegiado de las clases poderosas, cuya cúspide de glorificación serían las frases grabadas en los mausoleos.

Al morir el rey de Caria, Mausolo, fue enterrado en un Mausoleo, el cual se incluiría entre las siete maravillas del mundo.

Los romanos heredarían de los griegos el gusto por los epitafios, extendiendo su uso universal como canto de inmortalidad del hombre.

La publicidad impresa, primero en anuncios por palabras y después en las esquelas aprovechó la fuente inspiradora de los epitafios para convertirlos en anuncios o avisos fúnebres.

Anuncios de Funerarias

Colombia: "No corra, lo esperamos". Funeraria La Equitativa.

Cuba años 30: "Si su suegra es una joya, Funeraria Fernández tiene su estuche".

Lisboa: "El cadáver es suyo. El entierro es nuestro. Garantizamos comodidad al difunto".

México años 50: "Funerales González... Aquí no nos pasamos de vivos con los muertos".

Epitafios

Epitafio de Platón, creador del género para muchos estudiosos:

"Esta tierra cubre el cuerpo de Platón. El cielo contiene su alma. Hombre, seas quien fueres, respeta sus virtudes si eres honrado".

Adriano VI: "Aquí yace el impío entre los píos".

Alejandro Magno: "Basta esta tumba, para el que no bastaba el orbe".

Blas Pascal: "Medí la inmensidad de los cielos, medí las sombras de la tierra; mi espíritu descendía de los dioses, aquí reposan mis cenizas".

Cristóbal Colón: "A Castilla y a León, Nuevo Mundo dio Colón".

Diógenes: "Al morir échenme a los lobos. Ya estoy acostumbrado".

Enrique Jardiel Poncela: "Si queréis los mayores elogios, moríos".

Lord Byron para su perro Botswain: "Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes de un hombre sin sus vicios".

Marlene Dietrich: "Estoy aquí en el último escalón de mi vida".

Marqués de Sade: "Si no viví más, fue por que no me dio tiempo".

Miguel de Unamuno: "Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo".

Molière: "Aquí yace Molière el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien".

Nerón: "¡Qué artista muere conmigo!"

Rabelais: "¡Que baje el telón, la farsa terminó!"

Sardanápalo: "No he hecho más que comer, beber y darme placer, todo lo demás me ha parecido nada".

Scott Fitzgerald: "Estuve borracho muchos años, después me morí".

Virgilio: "Mantua me engendró. Me retuvieron los calabreses. Ahora me posee Nápoles".

W. Shakespeare: "Buen amigo, por Jesús abstente de remover el polvo aquí encerrado. Bendito sea quien respete estas piedras y maldito quien mueva mis huesos".

"Aquí descansa mi esposa, aquí ella reposa; ¡Aleluya! ¡Aleluya!"

"Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift, deán de esta catedral, en un lugar en que la ardiente indignación no puede ya lacerar su corazón. Ve, viajero, e intenta imitar a un hombre que fue un irreductible defensor de la libertad".

"Aquí yace mi marido, al fin rígido".

"Aquí yace mi mujer, fría como siempre".

"Aquí yaces y haces bien. Tú descansas; yo también. Dejadme en paz".

"En realidad preferiría estar en Filadelfia".

"Nada trajimos, nada nos llevamos, nada perdemos".

"No estoy de acuerdo".

"Quien venga diciendo 'lo siento' no le dejéis. Dejadme acostado".

"Se acabó el juego".

"Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando".

"Siempre decía que los pies la estaban matando pero nadie la creyó".

Epitafios con humor:

Los epitafios, esas inscripciones que se escriben en las lápidas de las tumbas, pueden dar mucho juego, desde el clásico y minimalista R.I.P. (Rest In Peace= Descanse en Paz) a algunos que son auténticos ejercicios de ingenio.

-Lo escribió en la lápida unos días antes de morir: "Les dije que estaba enfermo, no me creyeron"

-Lo escribió el marido en la tumba de la esposa: "Pronto estaré contigo".

- Y tras morir el marido, un conocido, al ver las fechas tan distantes de fallecimiento, escribió debajo: "Creí que no venías".

-Un marido en la tumba de su suegra: "Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas".

-En el cementerio de la Almudena de Madrid: "Aquí estoy con lo puesto, y no pago los impuestos".

-En Viareggio, en la tumba del célebre transformista Leopoldo Fregoli, fallecido en 1936: "Aquí Leopoldo Fregoli llevó a cabo su última transformación".

-En el cementerio de Minnesotta: "Fallecido por la voluntad de Dios y la ayuda de un médico inepto".

-Sobre una lápida del cementerio municipal de Detroit: "Aquí yace Joseph Barth, cuya vida fue breve, pero plena de alegría, gracias a su fiel compañera, Angélica que a la edad de veinticinco años escondió su dolor en el 7 de Elmer Street, Teléfono 2-13-18-15".

-En una lápida mortuoria de California: "Aquí yace Jane Smith, esposa de Thomas Smith, marmolista. Este monumento fue erigido por su esposo en memoria suya y como modelo. Sólo cuesta trescientos dólares".

-Lo escribió un marido en la tumba de su suegra: "Señor, recíbela con la misma alegría que yo te la mando".

-Lo escribió un marido en la tumba de su suegra: "RIP, RIP, ¡HURRA!"

-Inscripción en la puerta de un cementerio catalán: "Levantaos, vagos, que la tierra es para quien la trabaja".

-En un cementerio de Middlebury, en una lápida erigida por la suegra al yerno: "Descansa hasta que volvamos a encontrarnos".

-En la tumba del marido: "La próxima vez te haré caso".

-En la tumba de un médico:"Aquí yace uno por quien yacen muchos en este lugar".

-Epitafio de un fumador: "Fumar adelgaza".

-En un cementerio de un pueblo de Ávila: "Necesité toda una vida para llegar hasta aquí".

"Aquí yace Isabelita, que por ser tan buena y no querer, se fue para la otra vida con muy poquito placer".

-En la tumba de Groucho Marx: "Disculpe que no me levante, señora".

-En una tumba del cementerio de Salamanca: "Con amor de todos tus hijos, menos Ricardo que no dio nada".

-En la tumba de Oscar Welles: "No es que yo fuera superior, es que los demás eran inferiores".

-En una tumba del cementerio de Guadalajara: "A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa, con profundo agradecimiento".

-En la tumba de Johann Sebastian Bach: "Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga".

-En la mía: "Ni doblegarse ni partirse como los árboles morir de pie".

En España, dentro de la tradición "católica" se realiza una visita adonde yacen los seres queridos.

En México se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, las que se quitan el día 2 por la noche, pudiéndolas consumir en ese momento.

"... Que nadie me profane la muerte con sollozos, ni me arropen por siempre con inocente tierra; ¡que en el libre momento me dejen libremente, disponer de la única libertad del planeta!"
(Julia de Burgos)

Muerte de Antoñito el Camborio
Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavo sobre las botas
mordiscos de jabalí,
jabonados de delfín.

Baño con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.

Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales suenan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

- Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:

¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?

- Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.

Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.

Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.

- ¡Ay, Antoñito el Camborio,
digno de una Emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.

- ¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.

Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.

Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.

Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.

Otros de rubor cansado
encendieron su candil.

Y cuando los cuatro primos
llegan a Benajemi,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.
(Federico García Lorca)

Vine a decir una palabra y la he de decir ahora.

Y si la muerte se opone,
será pronunciada por el Mañana,
porque el Mañana nunca deja un secreto
en el libro de la Eternidad.

Vine a vivir en la gloria del Amor
y a la luz de la Belleza, reflejos de Dios.

Aquí estoy, vivo, y no he de ser destronado
del dominio de la vida,
porque a través de mi palabra viviente
viviré en la muerte…
(Khalil Gibran)

¡Eh, muerte, escucha!
Y ahora pregunto aquí: ¿Quién es el último que habla,
el sepulturero o el Poeta?

¿He aprendido a decir: Belleza, Luz, Amor y Dios para que me tapen la boca cuando muera, con una paletada de tierra?

No. He venido y estoy aquí,
me iré y volveré mil veces en el viento
para crear mi gloria con mi llanto.

¡Eh, muerte...escucha!
Yo soy el último que hablo:
el miedo y la ceguera de los hombres
han llenado de viento tu cráneo,
han henchido de orgullo tus huesos
y hasta el trono de un dios te han levantado.
(León Felipe)

Coplas a la muerte del Maestre don Rodrigo
(…)
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos;
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
(…)

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.

Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenescemos;
así que cuando morimos,
descansamos.
(…)
(Jorge Manrique)

Reparación
¡En esta vida no la supe amar!
Dame otra vida para reparar,
¡Oh Dios!, mis omisiones,
para amarla con tantos corazones
como tuve en mis cuerpos anteriores;
para colmar de flores,
de risas y de gloria sus instantes;
para cuajar su pecho de diamantes
y en la red de sus labios dejar presos
los enjambres de besos
que no le di en las horas ya perdidas...

Si es cierto que vivimos muchas vidas
(conforme a la creencia teosófica),
Señor, otra existencia
de limosna te pido
para quererla más que la he querido,
para que en ella nuestras almas sean
tan una, que las gentes que nos vean
en éxtasis perenne ir hacia Dios
digan: “¡Cómo se quieren esos dos!”

A la vez que nosotros murmuramos
con un instinto lúcido y profundo,
(mientras que nos besamos
como locos): “¡Quizás ya nos amamos
con este mismo amor en otro mundo!”
(Amado Nervo)

Credo
Aquí estoy... en este mundo todavía... Viejo y cansado,
esperando a que me llamen...

Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita y condenada,
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:

“No, no es la hora todavía... hay que esperar...”

Y aquí estoy esperando...

Con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...

¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.

Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...

Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:

Otra vez lo haré mejor, Señor,

Porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?

¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?

Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...

Para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.

Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.

Sin embargo pasan los siglos y el alma está,
en otro sitio... ¡Pero está!

Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el gran Dios, esperándonos.

Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.

Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina, infinita, misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...

Ahí está siempre con sus divinos atributos.

Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...

Estos pobres ojos que no saben aún más que llorar.
-León Felipe-

¿Y por qué no?
Pregunta el hombre, triste y serio:
¿Vive quizá el que murió?
¿Es un engaño el cementerio?
¡Quién sabe! –dícele el Misterio–,
¿Y por qué no?

Y así marchamos por la vida,
con la ilusión bien encendida,
para alumbrar lo que soñó
nuestra pobre alma entelerida.

Así marchamos por la vida
entre un ¡Quién sabe! y un ¿Por qué no?
Perdí tu presencia,
Pero la hallaré;
pues oculta ciencia
dice a mi conciencia
que en otra existencia
te recobraré...
-Amado Nervo-

Camino, esperanza
Aún lo recuerdo: cada hora
tenía inconsciencia bullidora,
llanto risueño, luz, fragancia.

Cabía una vida en cada hora...
Era la infancia.

Tras la feliz algarabía,
la carne y el mundo en un día
perdieron su clara inocencia.

Silencio tras la algarabía:
adolescencia.

Con tal avidez y tal fuego
las rosas abriéronse luego,
que hasta en el sueño hubo inquietud.

Devoradora como un fuego
fue juventud.

Ya está cerca el medio camino;
A largo paso me avecino
a la alta cumbre postrimera.

¡Ay, veré desde medio camino
la otra ladera!

Desde allí será descender,
hondo y estéril comprender,
y nada incierto ya a esperar.

Melancólico descender:
¡río hacia el mar!

Viviré preso en el recuerdo,
ya sin locuras; triste, cuerdo,
de cuerpo frío y alma inerte.

Y a la salida de un recuerdo
veré la Muerte.

¿Y ha de ser esto todo? ¿Todo?

¿Por qué la ciencia no halla modo
de encender luz tras de la fosa?

¡No puede terminarse todo
con la espantosa risa
de hueso!... La ternura que repudió
la vida dura
no ha de morir junto al ciprés.

¿Quién gozará de esa ternura
allá..., después?
-Alfonso Hernández Catá-

A ejemplo de los árboles desnudos
No es el otoño, no, quien a los árboles
arrebata sus hojas, que son ellos,
son los árboles mismos quienes ceden
sus hojas a los vientos...

Los árboles desdeñan
la estéril pompa del follaje muerto,
y, con viril austeridad, aguardan
desnudos los rigores del invierno.

¡Saben que sólo así la primavera
los vestirá de nuevo!

Alma mía: estos árboles desnudos
sean para ti ejemplo;
renuncia, como ellos, a lo vano;
despójate, como ellos, de lo viejo.

Si en ti muere una idea, para siempre
arráncala de ti y échala al viento.

¡Porque son los cadáveres de ideas
la estéril pompa del follaje muerto!

No finjas pensamientos que no pienses,
no sientas con fingidos sentimientos
antes que así, desnuda,
resiste los rigores del invierno.

¡Que al cabo tornará la primavera
y a ti también te vestirá de nuevo!
- Enrique Ruíz de la Serna-

La estación total
Renaceré yo piedra,
y aún te amaré, mujer, a ti.

Renaceré yo viento,
y aún te amaré, mujer, a ti.

Renaceré yo ola,
y aún te amaré, mujer, a ti.

Renaceré yo fuego,
y aún te amaré, mujer, a ti.

Renaceré yo hombre,
y aún te amaré, mujer, a ti.
-Juan Ramón Jiménez-

Diotima
Largamente muerto y replegado en sí mismo
mi corazón saluda la Belleza del mundo,
sus ramas florecen y echan brotes,
abultadas por una savia nueva.

¡Oh, yo volveré a vivir!,
así como el feliz esfuerzo de mis flores
atravesando su dura cápsula
se lanza hacia el aire y la luz.
-Hölderlin-

Elegía
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera,
de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán, a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
-Miguel Hernández-

Yo no soy yo
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo:
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.

El que calla, sereno, cuando hablo.
El que perdona, dulce, cuando odio.
El que pasea por donde no estoy.
El que quedará en pie cuando yo muera.
- Juan Ramón Jiménez-

Eterno
... Lo seré todo,
pues que mi alma es infinita;
y nunca moriré, pues que soy todo.

¡Qué gloria, qué deleite, qué alegría,
qué olvido de las cosas,
en esta nueva voluntad,
en este hacerme yo a mí mismo eterno!

El presente
¡Cómo me siguen
en fila interminable
todos los yos que he sido!

¡Cómo se abre el yo ante mí
en infinita fila
para todos los yos que voy a ser!

¡Y qué poco, qué nada soy yo
este yo, de hoy
que casi es de ayer,
que va a ser todo de mañana!

Galerías
¿Y ha de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,
la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?

¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?

¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
-Antonio Machado-

Renacimiento
Galería del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva...

¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!

Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
-Antonio Machado-

Pensamientos afines
"La vida de los muertos dura más que la de los vivos".
-Gustave Le Bon-
* * * * *
"Aquí yace un libro viejo y gastado. Que promete volver en una edición renovada, corregida y aumentada".
(Emerson)

 

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