Estos que a continuación destacamos, son las efemérides y aniversarios que proponemos para este mes de mayo: Mary Pierrepont, introductora de la vacuna de la viruela, en el continente europeo, hecho atribuido a Jenner. Sigismund...

Freud, el “Padre del Psicoanálisis” que, a los veintidós años, habría de cambiar ese nombre por el de Sigmund, nacido en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, Checoslovaquia), el 6 de mayo de 1.856. Johannes Brahms, nacido un 7 de mayo en Hamburgo, es uno de los compositores más importantes del siglo XIX, cuyas obras combinan lo mejor de los estilos clásico y romántico. -BRAHMS- El nacionalismo en Europa: Hasta mediados del siglo XIX se encuentran en Europa tres grandes áreas musicales: la alemana, la italiana y la francesa. Sin embargo, el Romanticismo, al enaltecer las tradiciones de cada patria, propicia el nacimiento de importantes escuelas nacionales en los países de la periferia europea. (1.833-1.897). Nacido un 7 de mayo en Hamburgo, Johannes Brahms es uno de los compositores más importantes del siglo XIX, cuyas obras combinan lo mejor de los estilos clásico y romántico. El papel que jugó Brahms en su época fue de suma importancia, pues mantuvo la tradición de la música de cámara, en momentos donde la atención estaba orientada hacia el drama musical y los poemas sinfónicos. Después de estudiar violín y violonchelo con su padre, contrabajista del teatro de la ciudad, Brahms se especializó en piano, y comenzó a componer bajo la tutela del maestro alemán Eduard Marxsen, cuyo conservador sentido musical caló profundo en el joven discípulo. Su primera gran obra presentada al público fue el Concierto n°1 para Piano y Orquesta en Re Menor, pero hasta 1.868 no adquiere la fama con el estreno de su “Réquiem Alemán”, texto tomado de la traducción que hizo Lutero de la Biblia. Una de sus obras con la cual podéis disfrutar, es sin duda, su Réquiem Alemán, destacando "Wie lieblich sind deine Wohnungen”, que tiene una duración de 05’ 49’’, por la soprano, Kiri Te Kanawa y el barítono, Bernd Weikl. -LADY MARY WORTLEY MONTAGU- Mary Pierrepont, 1.689-1.762 (Wortley tras su matrimonio), hija del primer Duque de Kingston, nace el 26 de mayo de 1.689. Es más conocida como poetisa que como introductora de la vacuna de la viruela en el continente europeo, hecho atribuido a Jenner. Pero mucho antes de 1.796 (fecha en la que Jenner realiza su experimento con vacas) tenemos una carta de Mary Wortley que dice: “...la viruela, tan mortal y habitual entre nosotros, está aquí (Turquía) casi erradicada… ...hay un equipo de ancianas que cada otoño, en el mes de septiembre, cuando el calor remite, se dedican a preguntar en qué familia ha habido viruela… ...las ancianas vienen con una nuez llena de viruela y ...ponen una pequeña cantidad de viruela... Estoy tan segura del experimento, desde que lo probé con mi hijo pequeño… Soy lo suficientemente patriota, como para llevar esta útil invención a Inglaterra”. En efecto, Lady Mary conoció este rudimentario sistema de vacunación en Turquía, donde su marido era embajador. En 1.715 cayó enferma de viruela y, aunque con secuelas permanentes en la piel, logró sobrevivir. Tras su regreso a Inglaterra, en 1.721, comenzó a divulgar este método. -SIGISMUND FREUD- Freud que a los veintidós años, habría de cambiar ese nombre por el de Sigmund, nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, Checoslovaquia), el 6 de mayo de 1.856. Su padre fue un comerciante en lanas que, en el momento de nacer él, tenía ya cuarenta y un años y dos hijos habidos en un matrimonio anterior; el mayor de ellos tenía aproximadamente la misma edad que la madre de Freud -veinte años más joven que su esposo- y era, a su vez, padre de un niño de un año. En su edad madura, Freud hubo de comentar que la impresión que le causó esta situación familiar, un tanto enredada, tuvo como consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar su inteligencia. En 1.859, la crisis económica dio al traste con el comercio paterno y al año siguiente la familia se trasladó a Viena, en donde vivió largos años de dificultades y estrecheces, siendo muy frecuentes las temporadas en las que, durante el resto de su larga vida (falleció en octubre de 1.896), el padre se encontraría sin trabajo. Freud detestó siempre la ciudad en la cual, por otra parte, residió hasta un año antes de su muerte, cuando, en junio de 1.938 y a pesar de la intercesión de Roosevelt y Mussolini, se vio obligado, dada su condición de judío -sus obras habían sido quemadas en Berlín en 1.933-, a emprender el camino del exilio hacia Londres como consecuencia del Anschluss, la anexión de Austria al rancio proyecto pangermanista de la Gran Alemania, preparada por los nazis con ayuda de Seyss-Inquart y los prosélitos austriacos. La familia se mantuvo fiel a la comunidad judía y sus costumbres; aunque no fue especialmente religiosa; al padre cabe considerarlo próximo al librepensamiento, y el propio Freud había perdido ya las creencias religiosas en la adolescencia. En 1.873, finalizó sus estudios secundarios con excelentes calificaciones. Después de considerar la posibilidad de cursar los estudios de derecho, se decidió por la medicina, aunque no con el deseo de ejercerla, sino movido por una cierta intención de estudiar la condición humana con rigor científico. A mitad de la carrera, tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica, y, de 1.876 a 1.882, trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en algunas estructuras nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data su amistad con el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de prestarle ayuda, tanto moral como material. En 1.882 conoció a Martha Bernays, su futura esposa, hija de una familia de intelectuales judíos; el deseo de contraer matrimonio, sus escasos recursos económicos y las pocas perspectivas de mejorar su situación trabajando con Von Brücke, hicieron que desistiese de su carrera de investigador y decidiera ganarse la vida como médico, título que había obtenido en 1.881, con tres años de retraso. Sin ninguna predilección por el ejercicio de la medicina general, resolvió adquirir la suficiente experiencia clínica que le permitiera alcanzar un cierto prestigio, y, desde julio de 1.882 hasta agosto de 1.885, trabajó como residente en diversos departamentos del Hospital General de Viena, decidiendo especializarse en neuropatología. En 1.884 se le encargó un estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó en su persona. En los círculos médicos se dejaron oír algunas críticas y su reputación quedó un tanto ensombrecida. En 1.885, se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde enseñó a lo largo de toda su carrera, primeramente neuropatología, y, tiempo después, psicoanálisis, aunque sin acceder a ninguna cátedra. La obtención de una beca para un viaje de estudios le llevó a París, en donde trabajó durante cuatro meses y medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière, bajo la dirección de Jean Martín Charcot, por entonces el más importante neurólogo francés. Allí tuvo ocasión de observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la sugestión en el tratamiento de la misma. De regreso a Viena, contrajo matrimonio en septiembre de 1.886, después de un largo noviazgo jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los celos que sentía hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha (incluida su madre). En los diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos, tres niños y tres niñas, la menor de las cuales, Anna, nacida en diciembre de 1.895, habría de convertirse en psicoanalista infantil. Poco antes de casarse, Freud abrió una consulta privada como neuropatólogo, utilizando la electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas. Su amistad con Breuer cristalizó, por entonces, en una colaboración más estrecha, que fructificaría finalmente en la creación del psicoanálisis, aunque al precio de que la relación entre ambos se rompiera. Entre 1.880 y 1.882, Breuer había tratado un caso de histeria (el de la paciente que luego sería mencionada como «Anna O.»); al interrumpir el tratamiento, habló a Freud de cómo los síntomas de la enferma (parálisis intermitente de las extremidades, así como trastornos del habla y la vista), desaparecían cuando esta encontraba por sí misma, en estado hipnótico, el origen o la explicación. En 1.886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó a Breuer a hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial a consentir en la elaboración conjunta de un libro sobre la histeria. Durante la gestación de esta obra, aparecida en 1.895, Freud desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. En 1.896, luego de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a transformar la metodología terapéutica que aquél había calificado de «catarsis», basada en la hipnosis, en lo que él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando solo, víctima del desprecio de los demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar los elementos esenciales de los conceptos psicoanalíticos de «inconsciente», «represión» y «transferencia». En 1.899 apareció su famosa “La interpretación de los sueños”, aunque con fecha de edición de 1.900, y en 1.905 se publicó “Tres contribuciones a la teoría sexual”, la segunda en importancia de sus obras. Estos dos fueron los únicos libros que Sigmund Freud revisó puntualmente en cada una de sus sucesivas ediciones. Hasta 1.905, y aunque por esas fechas sus teorías habían franqueado ya definitivamente el umbral de los comienzos y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos discípulos. Pero en 1.906 empezó a atraer más seguidores; el círculo de los que ya desde 1.902, se reunían algunas noches en su casa con el propósito de orientarse en el campo de la investigación psicoanalítica, fue ampliado y cambió, incluso, varias veces de composición, consolidándose así una sociedad psicoanalítica que, en la primavera de 1.908, por invitación de Karl Gustav Jung, celebró en Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico. Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos, invitados a pronunciar una serie de conferencias en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts, comprobando con sorpresa el entusiasmo allí suscitado por el pensamiento freudiano mucho antes que en Europa. En 1.910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, presidida por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1.914, año en que se vio obligado a dimitir, como corolario de la ruptura fallada por el mismo Freud en 1.913, al declarar improcedente la ampliación jungiana del concepto de «líbido» más allá de su significación estrictamente sexual. En 1.916 publicó “Introducción al Psicoanálisis”. En 1.923, le fue diagnosticado un cáncer de mandíbula y hubo de someterse a la primera de una serie de intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre de 1.939, estuvo siempre enfermo, aunque no decayó su enérgica actividad. Sus grandes contribuciones al diagnóstico del estado de nuestra cultura datan de ese período “El porvenir de una ilusión” (1.927), “El malestar en la cultura” (1.930), “Moisés y el monoteísmo” (1.939). Ya con anterioridad, a través de obras entre las que destaca “Tótem y Tabú” (1.913), inspirada en el evolucionismo biológico de Darwin y el evolucionismo social de Frazer, había dado testimonio de hasta qué punto consideró que la importancia primordial del psicoanálisis, más allá de una eficacia terapéutica, que siempre juzgó restringida, residía en su condición de instrumento para investigar los factores determinantes en el pensamiento y el comportamiento de los hombres. Fuentes: http://www.dipucordoba.es http://members.tripod.com http://www.portalplanetasedna.com.ar http://www.biografiasyvidas.com “Lo que no puede ser, no puede ser. Y además, es imposible”. -Rafael Gómez Ortega, "El Gallo"- * * * * *