Aniversario y Efemérides. Ella, Rosalía de Castro, nacida un 24 de febrero de 1.837 en Camino Novo...

Él, Gustavo Adolfo Bécquer...,

originario de Sevilla, nació el 17 de febrero de 1.836...

El nacimiento de Rosalía de Castro, tuvo lugar en un barrio de Santiago de Compostela, A Coruña, y fue bautizada ese mismo día.

Figura en el registro del Hospital Real de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos, aunque se sabe que fue hija del sacerdote José Martínez Viojo y de María Teresa de la Cruz de Castro, de familia hidalga.

Pasó sus primeros años al cuidado de unas tías paternas y posteriormente, se trasladó a Padrón para vivir con su madre. Su nodriza le enseñó la lengua gallega y le hizo conocer la poesía popular en esa lengua.

De su periodo escolar no se tiene demasiada información, pero parece ser que comenzó a escribir desde muy joven...

Pero, sí se sabe que en la escuela mostró talento de versificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación; además de actuar en representaciones teatrales colegiales.

Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los 17 años ya era conocida en el Liceo de San Agustín.

Viajó a Madrid en 1.856, donde conoció a Manuel Murguía, erudito cronista de Galicia, con el que contrajo matrimonio en 1.858.

Él fue quien la puso en contacto con Bécquer y su círculo. Un año antes, Rosalía había debutado como escritora, con la publicación del libro de poemas en castellano "La Flor" (1.857).

Al año siguiente de su matrimonio, Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir entre 1.867 y 1.880 seis hijos más (una de ellas muerta)... produciéndose un paréntesis en su producción literaria.

Su domicilio cambió muchas veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de una buena salud.

Luchando siempre con la enfermedad, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido.

La pérdida de sus hijos, y la tendencia melancólica de su carácter, sumieron a Rosalía en una honda tristeza que manifestó en muchos de sus poemas.

En sus años finales vivió aquejada de una grave enfermedad, cáncer de útero, que fue el motivo de continuas depresiones. Nunca aspiró a la fama, de hecho, su marido fue el que la convenció de que publicara sus obras.

Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años, el 15 de julio de 1.885, en su casa de Padrón. Dicha residencia es, hoy, un bello museo en el que sus visitantes pueden percibir el cálido recuerdo dejado en la tierra por esta gallega universal.

 Pidió ser enterrada en el cementerio de Adina, bajo un olivo. Años después, en 1.891, sus restos fueron trasladados a la iglesia de Santo Domingo, en Santiago de Compostela.

Nunca aspiró a la fama, de hecho fue su marido quien la convenció de que publicara sus obras, y quien la puso en contacto con Bécquer y su círculo.

Su obra marcadamente romántica, se caracterizó por la expresión sencilla, el carácter simbólico y el tratamiento de temas como la denuncia social, la nostalgia por la tierra gallega, etc.

Fue una de las más destacadas figuras del Resurgimiento gallego.

Los títulos poéticos de mayor importancia de Rosalía son "Cantares gallegos" (1.872) y "Follas novas" (1.880), títulos escritos en gallego que provocaron, junto a la obra de otros escritores como Manuel Curros Enríquez, un resurgimiento de la literatura gallega.

Su obra poética de mayor enjundia en castellano es "En las orillas del Sar", versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. (1.884).

Rosalía merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana.

OBRA EN PROSA
- La hija del mar (1.859)
- Flavio (1.861)
- Ruinas (1.866)
- El caballero de las botas follaires (1.867)
- El primer loco (1.881)
- Mi tía la de Albacete (1.882)

-LOS TRISTES-

I
"De la torpe ignorancia que confunde
lo mezquino y lo inmenso;
de la dura injusticia del más alto,
de la saña mortal de los pequeños,
¡no es posible que huyáis! cuando os conocen
y os buscan, como busca el zorro hambriento
a la indefensa tórtola en los campos;
y al querer esconderos
de sus cobardes iras, ya en el monte,
en la ciudad o en el retiro estrecho,
¡ahí va!, exclaman, ¡ahí va!, y allí os insultan
y señalan con íntimo contento
cual la mano implacable y vengativa
señala al triste y fugitivo reo.

II
Cayó por fin en la espumosa y turbia
recia corriente, y descendió al abismo
para no subir más a la serena
y tersa superficie. En lo más íntimo
del noble corazón ya lastimado,
resonó el golpe doloroso y frío
que ahogando la esperanza
hace abatir los ánimos altivos,
y plegando las alas torvo y mudo,
en densa niebla se envolvió su espíritu.

III
Vosotros, que lograsteis vuestros sueños,
¿qué entendéis de sus ansias malogradas?

Vosotros, que gozasteis y sufristeis,
¿qué comprendéis de sus eternas lágrimas?

Y vosotros, en fin, cuyos recuerdos
son como niebla que disipa el alba,
¡qué sabéis del que lleva de los suyos
la eterna pesadumbre sobre el alma!

 IV
Cuando en la planta con afán cuidada
la fresca yema de un capullo asoma,
lentamente arrastrándose entre el césped,
le asalta el caracol y la devora.

Cuando de un alma atea,
en la profunda oscuridad medrosa
brilla un rayo de fe, viene la duda
y sobre él tiende su gigante sombra.

V
En cada fresco brote, en cada rosa erguida,
cien gotas de rocío brillan al sol que nace;
mas él ve que son lágrimas que derraman los tristes
al fecundar la tierra con su preciosa sangre.

Henchido está el ambiente de agradables aromas,
las aguas y los vientos cadenciosos murmuran;
mas él siente que rugen con sordo clamoreo
de sofocados gritos y de amenazas mudas.

¡No hay duda! De cien astros nuevos, la luz radiante
hasta las más recónditas profundidades llega;
mas sus hermosos rayos
jamás en torno suyo rompen la bruma espesa.

De la esperanza, ¿en dónde crece la flor ansiada?

Para él, en dondequiera al retoñar se agosta,
ya bajo las escarchas del egoísmo estéril,
o ya del desengaño a la menguada sombra.

¡Y en vano el mar extenso y las vegas fecundas,
los pájaros, las flores y los frutos que siembran!

Para el desheredado, sólo hay bajo del cielo
esa quietud sombría que infunde la tristeza.

VI
Cada vez huye más de los vivos,
cada vez habla más con los muertos
y es que cuando nos rinde el cansancio
propicio a la paz y al sueño,
el cuerpo tiende al reposo,
el alma tiende a lo eterno.

 monumento a Rosalia

VII
Así como el lobo desciende a poblado,
si acaso en la sierra se ve perseguido,
huyendo del hombre que acosa a los tristes,
buscó entre las fieras el triste un asilo.

El sol calentaba su lóbrega cueva,
piadosa velaba su sueño la luna
el árbol salvaje le daba sus frutos,
la fuente sus aguas de grata frescura.

Bien pronto los rayos del sol se nublaron,
la luna entre brumas veló su semblante,
secóse la fuente, y el árbol nególe,
al par que su sombra, sus frutos salvajes.

Dejando la sierra buscó en la llanura
de otro árbol el fruto, la luz de otro cielo;
y a un río profundo, de nombre ignorado,
pidióle aguas puras su labio sediento.

¡Ya en vano!, sin tregua siguióle la noche,
la sed que atormenta y el hambre que mata;
¡ya en vano!, que ni árbol, ni cielo, ni río,
le dieron su fruto, su luz, ni sus aguas.

Y en tanto el olvido, la duda y la muerte
agrandan las sombras que en torno le cercan,
allá en lontananza la luz de la vida,
hiriendo sus ojos feliz centellea.

Dichosos mortales a quien la fortuna
fue siempre propicia... ¡Silencio!, ¡silencio!,
si veis tantos seres que corren buscando
las negras corrientes del hondo Leteo".

"El honor es la poesía del deber".
-Alfred De Vigny-
* * * * *

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo.

Más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer. Adoptó dicho sobrenombre siguiendo los pasos de su hermano, el pintor Valeriano Bécquer.

Padre de BecquerNació en Sevilla, hijo del pintor José Domínguez Insausti, luego conocido como José Domínguez Bécquer.

Madre de Becquer

Su madre fue Joaquina Bastida de Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI.

De su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma, desde 1.622.

Su casa natal ya no existe. Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos, empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo.

Gustavo Adolfo Bécquer, quedó huérfano de padre a los cinco años; comenzó sus primeros estudios en el colegio de San Antonio Abad, para luego pasar a tomar la carrera náutica en el colegio de San Telmo.

A los nueve años quedó huérfano también de madre.
Se suprimió el Colegio de Náutica, y Gustavo Adolfo quedó desorientado. Pasó a vivir entonces con su madrina Manuela Monahay, acomodada y de cierta sensibilidad literaria.

En su biblioteca el poeta empezó a aficionarse a la lectura. Inició entonces estudios de pintura en los talleres de los pintores Antonio Cabral Bejarano y Joaquín Domínguez Bécquer, tío de Gustavo, que pronosticó:

"Tú no serás nunca un buen pintor, sino mal literato"; (si se desea comprobar lo falso de dicha afirmación pasaros por http://www.xtec.es/~jcosta/index.htm), aunque le estimuló a que estudiara y le pagó los estudios de latín.

Tras ciertos escarceos literarios (escribe en "El trono y la nobleza" de Madrid y en las revistas sevillanas "La Aurora y de El Porvenir") marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura, en 1854.

Sufrió una gran decepción y sobrevivió malamente en la bohemia de esos años. Para ganar algún dinero el poeta escribe, en colaboración con sus amigos (Julio Nombela y Luis García Luna), comedias y zarzuelas como "La novia y el pantalón" (1856), en que satiriza el ambiente burgués y antiartístico que le rodea, o "La venta encantada", basada en "Don Quijote".

En ese año fue con su hermano a Toledo para inspirarse en su libro "Historia de los templos de España".

Fue lugar de amor y de peregrinación para él. Le interesan por entonces el Byron de las "Hebrew Melodies" o el Heine del "Intermezzo" a través de la traducción que Eulogio Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista "El Museo Universal".

Fue precisamente ese año, 1857, cuando apareció la cruel tuberculosis que le habría de enviar a la tumba.

Ese mismo año tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales, pero perdió el puesto, según cierta leyenda, por sorprenderle su jefe dibujando.

Su pesimismo va creciendo día a día, y sólo los cuidados de su patrona en Madrid, de Valeriano y de algunos amigos, le ayudaron a superar la crisis.

Ese año empieza un ambicioso proyecto inspirado por "El genio del Cristianismo" de Chateaubriand: estudiar el arte cristiano español uniendo el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia:

"La tradición religiosa es el eje de diamante sobre el que gira nuestro pasado. Estudiar el templo, manifestación visible de la primera, para hacer en un sólo libro la síntesis del segundo: he aquí nuestro propósito".

Pero sólo saldrá el primer tomo de su "Historia de los templos de España", con ilustraciones de Valeriano.

Hacia 1858 conoció a Josefina Espín, una bella señorita de ojos azules, y empezó a cortejarla.

Pronto, sin embargo, se fijó en la que sería su musa irremediable, la hermana de Josefina y hermosa cantante de ópera, Julia Espín, de ojos negros, en la tertulia que se desarrollaba en casa de su padre, el músico Joaquín Espín, maestro director de la Universidad Central, profesor de solfeo en el Conservatorio y organista de la capilla real, protegido de Narváez.Musa de Becquer

Gustavo se enamoró (decía que el amor era su única felicidad) y empezó a escribir las primeras "Rimas", pero la relación no llegó a consolidarse porque ella tenía más altas miras y le disgustaba la vida bohemia del escritor, que aún no era famoso.

Julia dio nombre a una de las hijas de Valeriano. En esta época empezó a escuchar a su admirado Chopin.

En 1860, conocerá a la que será su esposa, Casta Esteban Navarro. Contrajeron matrimonio en el 19 de mayo de 1861.

De 1858 a 1863, la Unión Liberal de O'Donnell gobernaba España y en 1860, González Bravo, con el apoyo del financiero Salamanca, funda "El Contemporáneo", dirigido por José Luis Albareda y en el que participan redactores de la talla de Juan Valera.

El gran amigo de Bécquer, Rodríguez Correa, ya redactor del nuevo diario, consiguió un puesto de redactor para Bécquer. En este periódico el poeta hará de todo: crónica de salones, política, literatura hasta que desapareció en 1865; gracias a esta remuneración viven los recién casados.

En 1862 nació su primer hijo, Gregorio Gustavo Adolfo, en Noviercas, (Soria), donde posee bienes la familia de Casta, y donde Bécquer tuvo una casita para su descanso y recreo.

Empieza a escribir forzosamente para ganar más dinero para la pequeña familia y fruto de este intenso trabajo nacieron varias de sus "Leyendas".

Pero en 1863 tuvo una grave recaída en su enfermedad, de la que se repuso sin embargo para marchar a Sevilla con su familia. De esa época es el retrato hecho por su hermano que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Trabaja con su hermano Valeriano, y Casta discute con él, porque no soporta su carácter y el hecho de que casi siempre ande por casa de su hermano.Apùnte de Valeriano

González Bravo, amigo y mecenas de Gustavo, le nombra censor de novelas en 1864 y Gustavo vuelve a Madrid, donde desempeña ese trabajo hasta 1865 con veinticuatro mil reales de sueldo.

En ese último año nace su segundo hijo, Jorge.

En 1866 ocupa de nuevo el cargo de censor hasta 1868; es ese un año tétrico para Bécquer: Casta le es infiel, su libro de poemas desaparece y los disturbios revolucionarios le llevan a Toledo breve tiempo.

En diciembre de ese año nace en Noviercas el tercer hijo de Bécquer, Emilio Eusebio, y surge con ello su tragedia conyugal, se dice que este último hijo es del amante de Casta.

Hay además constantes discusiones de Valeriano con Casta. Los esposos se escriben, sin embargo.

Pasa entonces una temporada en Toledo, de donde sale para Madrid a fin de dirigir "La Ilustración de Madrid", que acaba de fundar Eduardo Gasset con la intención de que lo dirigiera Gustavo Adolfo, y trabajara en él Valeriano de dibujante.

Pero el 22 de diciembre muere Gustavo mientras en Sevilla hay un eclipse total de sol; un poco antes, en septiembre, había muerto su hermano Valeriano.

Mientras agonizaba, pidió a su amigo el poeta Ferrán que quemase sus cartas («serían mi deshonra») y que publicasen su obra («Si es posible, publicad mis versos.
Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo»); pidió también que cuidaran de sus hijos.

Las últimas palabras fueron "Todo mortal".

Sus amigos Ferrán y Correa se pusieron de inmediato, para ayudar a la familia, a preparar la edición de sus "Obras completas", que salió en 1871 en dos volúmenes, aumentadas en sucesivas ediciones.

Los restos de los dos hermanos fueron trasladados en 1913 a Sevilla, donde actualmente reposan.

-Análisis de su obra-
Las "Rimas" de Bécquer iban a ser costeadas y prologadas por su amigo, el ministro de la Unión Liberal de O'Donnell, Luis González Bravo; pero el ejemplar se perdió en los disturbios revolucionarios de 1868.

Algunas sin embargo habían aparecido ya en los periódicos de entonces, "El Contemporáneo", "El Museo Universal", "La Ilustración de Madrid" y otros.

El poeta, con esta ayuda, con la de su memoria y la de sus amigos reconstruyó el manuscrito, que tituló "Libro de los gorriones" y se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Más tarde lo editarán sus amigos con un prólogo de Rodríguez Correa en dos volúmenes con el título de "Rimas" y junto a sus "Leyendas" en prosa, en 1871, para ayudar a la viuda y sus hijos.

En sucesivas ediciones se amplió la selección. A partir de la quinta la obra consta ya de tres volúmenes. Iglesias Figueroa recogió en tres tomos "Páginas desconocidas" (Madrid: Renacimiento, 1923), con otra porción sustancial del corpus becqueriano. Gamallo Fierros editó además en cuatro volúmenes sus "Páginas abandonadas".

Jesús Rubio ha editado dos álbumes de Julia Espín con textos y dibujos de Gustavo dedicados a su musa, a la que no olvidaría nunca.

Como legado para la literatura del mundo, Gustavo Adolfo Bécquer dejó sus "Rimas" a través de las cuales deja ver lo melancólico y atormentado de su vida; en el género de las leyendas escribió la célebre "Maese Pérez el Organista", "Los ojos verdes", "Las hojas secas" y "La rosa de pasión" entre varias otras.

Escribió esbozos y ensayos como "La mujer de piedra", "La noche de difuntos", "Un Drama" y "El aderezo de esmeraldas" entre una variedad similar a la de sus leyendas.

Hizo descripciones de "La basílica de Santa Leocadia", el "Solar de la Casa del Cid" y el "Enterramiento de Garcilaso de la Vega", entre otras. Por último, dentro del costumbrismo o folclore español escribió "Los dos compadres", "Las jugadoras", la "Semana Santa en Toledo", "El café de Fornos" y otras más.

SU OBRA:

"RIMAS"
El tema predominante en sus rimas -más de noventa y ocho-, es el amor; amor que discurre entre la ilusión, la esperanza, la alegría, desengaño, el dolor y la soledad.

Debió Bécquer conocer varias mujeres en su vida, y sus relaciones amorosas debieron ser bastante complejas, dada “la sensibilidad poco común de su carácter”.

En sus rimas encontramos huellas de estas relaciones. Poco importan en verdad, los nombres de esas mujeres.

Lo que sí importa es el proceso emocional que en escasos años lo conducen al desengaño.

RIMA XII
"Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las huríes del Profeta.

El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta,
las esmeraldas son verdes;
verde el color del que espera,
y las ondas del océano
y el laurel de los poetas.

Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen sus pupilas
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.

Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.

Es tu frente que corona,
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.

Que entre las rubias pestañas,
junto a las sienes semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.

Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
quizás, si negros o azules
se tornasen, lo sintieras".

Bécquer solía repetir la frase de Lamartine de que "la mejor poesía escrita es aquella que no se escribe".

Es así en sus setenta y seis cortas Rimas breves como arpegios, ya que concentró en ellas la poesía que hubiera querido verter en numerosos poemas más extensos que no escribió.

El influjo de Bécquer en toda la poesía posterior escrita en castellano es poco menos que abrumador, esbozando estéticas como el Simbolismo y el Modernismo en muchos aspectos.

Sin Bécquer es difícil entender completamente a Rubén Darío, Salvador Rueda, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Gerardo Diego, etc. Frente al Romanticismo altisonante y byroniano de un José de Espronceda, Bécquer representa el tono íntimo, al oído, de la lírica profunda.Parque de Mª Luisa

Su "Himno gigante y extraño" rompe con la tradición de la poesía civil y heroica de Manuel José Quintana y los colores vistosos y la historia nacional de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, o José Zorrilla, para meditar profundamente sobre la creación poética, el amor y la muerte, los tres temas centrales de las "Rimas".

Manuel Altolaguirre afirmó que la poesía de Bécquer es la más humana del Romanticismo español. Esta rara originalidad le valió el desprecio de Núñez de Arce, quien, acaso por su ideología liberal, contraria al tradicionalismo becqueriano, calificó sus "Rimas" de "Suspirillos germánicos".

Los modelos poéticos de Bécquer fueron varios; en primer lugar, Heine; W. S. Hendrix señaló además a Byron y Dámaso Alonso a Alfred de Musset.

Hay huellas de estos autores en su poesía.
Fuera de su importante lírica, Gustavo Adolfo Bécquer fue también un gran narrador y periodista.

Escribió veinticinco narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, otras, auténticos esbozos de poesía en prosa, y otras narraciones de aventuras.

María Rosa Alonso encontró en ellas siete temas principales: el oriental, la muerte y la vida de ultratumba; el embrujamiento y la hechicería; el tema religioso; inspiradas en el "Romancero" y las de tendencia animista.

Bécquer demuestra ser un prosista a la altura de los mejores de su siglo, pero es de superior inspiración e imaginación y un maestro absoluto en el terreno de la prosa lírica.

En sus descripciones se echa de ver el profundo amor del poeta por la naturaleza y el paisaje castellano.

Escribió además las "Cartas desde mi celda" en el Monasterio de Veruela, a las faldas del Moncayo adonde fue a reponerse de su tuberculosis o tisis, enfermedad entonces mortal; sus cartas desbordan vitalidad y encanto.

No se ha estudiado todavía su obra periodística.

Bécquer es, a la vez, el poeta que inaugura -junto a Rosalía de Castro- la lírica moderna española, y el que acierta a conectarnos de nuevo con la poesía tradicional.

Las "Rimas" se encuadran dentro de dos corrientes heredadas del Romanticismo: la revalorización de la poesía popular (que la lírica culta había abandonado en el siglo XVIII) y la llamada “estética del sentimiento”.

El ideal poético de Bécquer es el desarrollar una lírica intimista, expresada con sinceridad, sencillez de forma y facilidad de estilo.

Bécquer y sus Rimas son el umbral de la lírica española del siglo XX.

Miguel de Unamuno, los hermanos Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y otros lo han considerado como figura fundacional, descubridora de nuevos mundos para la sensibilidad y la forma expresiva.
 
Fuentes:
http://www.alohacriticon.com
http://www.los-poetas.com
http://www.publispain.com
http://es.wikipedia.org
http://www.xtec.es
http://www.geocities.com
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"No tengamos envidia de los que están encaramados, porque lo que nos parece altura es despeñadero".
-Lucio Anneo Séneca-