Cinco Emociones que no conocías.

¿Conoces el nombre de las seis emociones más básicas? Haz una apuesta con tus amigos y garantizamos que no habrá consenso.

Sin embargo, todos los psicólogos están de acuerdo: alegría, tristeza, ira, miedo, sorpresa y asco. Estas son las “Seis Grandes”, casi literalmente, emociones que aparecen en los rostros -  se exhiben con las mismas dramáticas y características expresiones faciales en todo el mundo. Han sido sujetas a intensivas investigaciones durante casi medio siglo debido al papel que han jugado en la supervivencia de las especies.

Pero los tiempos han cambiado. Nuestros antepasados puede que necesitaran diariamente del miedo para huir de los depredadores, de la ira para luchar contra los enemigos y del asco para evitar las enfermedades, pero ahora vivimos en un mundo más sutil en las que otras emociones han saltado a primer plano. Hay muchos aspirantes.

La avaricia, la verguenza, el aburimiento, la depresión, los celos y el amor, por ejemplo, tipifican la edad moderna. Y aún así, emociones más desconocidas están creciendo y  son hoy muy relevantes.  Vamos a explorar cinco de ellas, cada una de las cuales, puede ser promocionada para unirse a las “Seis Grandes”

ELEVACIÓN
La emoción que eleva el espíritu

"Que los hijos de nuestros hijos digan que cuando fuimos puestos a prueba nos rehusamos a permitir que la travesía terminara, que no nos dimos la vuelta ni titubeamos; y que con ojos fijos en el horizonte y con la gracia de Dios, llevamos hacia adelante ese gran don de libertad y lo entregamos sin percance a las futuras generaciones.”

En medio de la confusion económica del año pasado, el discurso de inauguración del Presidente Barack Obama fue impactante e inspirador. Algunos de sus seguidores,  absortos a cada una de sus palabras, tenían lágrimas en los ojos,  una emoción cosquilleante en la nuca y una sensación de calor en el pecho como si lo estuvieran inundando de amor y esperanza.Esta senscación es la que Jonathan Haidt de la Universidad de Virginia,  ha llamado “elevación”.

La elevación parece ser un sentimiento universal. Aunque no ha sido estudiado en sociedades modernas pre-alfabetizadas, ha sido documentada en personas de Japón, India, USA y de territorios palestinos. Esto la eleva al mismo nivel que las “Seis Grandes”. Pero para ser considerada una emoción básica debe de tener un objetivo. Si las emociones existen para cumplir su rol de ayudar a la supervivencia, deben motivar actividades que ayuden a prosperar.

Entonces, ¿para qué sirve la elevación?

Al principio Haidt pensó que nos hacía más nobles hacia los demás. Pero cuando le preguntó a un número de voluntarios que viera un episodio muy emocional y elevado de Oprah y a otro grupo que viera una escena no-elevada de la serie de comedia Seinfield, y entonces les dio la oportunidad de ayudar a un extraño, no hubo ninguna diferencia en el comportamiento entre los dos grupos.

La siguiente idea de Haidt nació de las sensaciones de sofoco/ahogo que las personas describen cuando experimentan la elevación. Esto apunta a la involucración del nervio vago porque es el responsable de la estimulación en los músculos de la garganta y el cuello.

La activación del nervio vago está también relacionada con la liberación de una hormona llamada oxytocina, que genera calor y sensaciones de calma – del mismo tipo que las asociadas con la elevación. ¿Puede la oxytocina ser la clave? La idea de cómo probar esta teoría vino de su estudiante, Jennifer Silvers, que notó que la oxytocina hace que las madres liberen la leche.

En una segunda tanda de experimentos, Haidt y Silvers, enseñaron los mismos videos  a madres que daban el pecho a sus bebés. Notaron que las madres que vieron Oprah daban más leche. También que prestaban más atención y abrazaban más a sus bebés que las madres que vieron el video de Seinfield (Emotion, vol 8, p 291). "La oxytocina no hace que las personas donen dinero a una ONG o que ayuden a un extraño a arrancar su coche, hace que quieran sentir, abrazar y ser más abiertos y confiados los unos con los otros” dice Haidt.

Así que la elevación tiene un componente fisiológico y un componente motivacional también. Sin embargo, al contrario que las “Seis Grandes” emociones, no tiene una expresión facial característica obvia, lo que explica por qué se ha escapado del radar de los investigadores durante tanto tiempo. Si se aprecia el contexto, podemos ser capaces de detectar una ligera suavidad en los rasgos, dice Haidt. A veces las cejas se elevan como si la persona estuviera triste.

La elevación es relativamente poco común. Las personas la experiencian normalmente una vez a la semana aunque cuando la notamos es altamente significativa. "Si preguntamos a una persona que recuerde los momentos más queridos de su vida, los momentos de elevación estarán entre los cinco primeros” dice Haidt.

Y lo que es más, si pudiéramos mantener la elevación para construir nuestra confianza, podría tener una relevancia particular en el mundo moderno fortaleciendo o reparando las relaciones personales. Haidt imagina un tiempo en el que, por ejemplo, los terapeutas matrimoniales la induzcan para mejorar la efectividad de las sesiones de asesoramiento a parejas.

INTERÉS
La emoción curiosa.      
    
Tu cabeza se inclina hacia un lado, tu hablar se hace más rápido y los músculos de tu frente y los de alrededor de tus ojos en contraen a la vez que te concentras en tocar una sonata de fagot, o en entender la termodinámica del universo o quizás, en hojear tu colección de sellos. El interés puede ser más dificultoso de reconocer que la alegría o el miedo. No obstante posee uno de los distintivos de la emoción básica – su propia expresión facial.

Desde los 60, con Paul Ekman pionero en este campo, los psicólogos han buscado expresiones y características faciales universales que les ayuden a clasificar las emociones.
El interés también tiene un objetivo. El psicológo Paul Silvia de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, cree que  motiva a las personas a aprender, no por dinero, no para un examen, sino por propio gusto, para incrementear su conocimiento solamente porque es justo lo que quieren hacer.

Esta razón puede explicar por qué el interés ha aparecido en el mundo moderno. Puede ser visto como un contrapeso hacia el miedo y la ansiedad que rodea a las experiencias desconocidas. Sin el interés nos volveríamos tímidos hacia lo extraño o complicado porque tienden a ponernos nerviosos. “Esto tiene sentido si pensamos en términos de evolución histórica, ya que las situaciones desconocidas podían ser muy a menudo peligrosas." dice Silvia. ”Pero en el mundo moderno, sería desastroso porque no podríamos florecer intelectualmente”

Otro poderoso argumento de interés para que pueda ser elevada de estatus es que puede ir mal. Un criterio que algunos psicólogos usan para definir una emoción básica es que debería estar asociada a aberraciones o patologías. Un miedo excesivo, por ejemplo, genera pánico o ansiedad crónica. Así mismo, demasiado interés resulta en comportamientos repetitivos, apasionados y compulsivos.

Pero, ¿cómo juega el interés en la liga de las emociones?

Como criaturas naturalmente curiosas que somos, la experimentamos diariamente y dedicamos mucho tiempo y energía mental hacía las cosas que nos interesan. Solo esta razón la convierte en un gran jugador emocional. Pero el poder real del interés, de acuerdo con Silvia, radical en su habilidad de mantenernos ocupados con nuestra frenética vida en lugar de estar abrumados debido a un exceso de información”.

Esta es una de las razones para intentar entender como podemos estimular el interés. “Tenemos que encontrar modos de ayudar a las personas a aprender, manteniéndolas alejadas de la ansiedad y desconectándolas de la monstruosa cantidad de información existente” explica.


GRATITUD
La emoción que impulsa las relaciones

La gratitud tiene mucho camino que recorrer para satisfacer los criterios de emoción más exigentes. Aún  no se le ha descubierto ninguna expresión facial aunque se especula que puede involucrar una sonrisa y quizás el bajar la cabeza. Además todavía se han de llevar a cabo estudios en culturas no occidentales.

Este hecho es importante, ya que las expresiones de gratitud pueden ser culturalmente arraigadas. Ejemplos de que situaciones generan gratitud son: los camareros en USA permanecen a tu lado hasta que reciben una propina, mientras que en Japón, te persiguen por la calle para devolverte las monedas que hayas dejado en la mesa.

Como todas las emociones valiosas, la gratitud nos empuja a actuar: hace que queramos reconocer y pagar un gesto de amabilidad o ayuda. De modo que la gratitud puede asegurar un mecanismo de repago quid pro quo, pero las nuevas inverstigaciones sugieren que puede conllevar mucho más.

Sara Algoe de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill ha descubierto que la gratitud hace que las parejas que conviven se sientan más conectadas. Deduce que gestos verdaderos de amabilidad nos ayudan a encontrar a las personas que realmente “nos llegan”. El sentimiento de la gratitud es una señal de que deberíamos de conocer a esas personas mejor ya que son las personas que seguramente estarán ahí para nosotros en el futuro.

De modo que si estás en una relación romántica, los sentimientos de gratitude sirver como un pequeño recordatorio de lo extraordinario que es tu pareja. A largo término, explica Algoe, la gratitud nos ayuda a promover un ciclo positivo de toma y daca, creando una espiral hacía arriba de satisfacción en nuestras relaciones.

Si Algoe tiene razón, la gratitud tendría grandes beneficios potenciales para el mundo. Buenas y mejores relaciones son beneficiosas para nuestra salud, apunta su colega Barbara Fredrickson. Barbara va incluso más allá en su libro Positivity (Crown, 2009), sugiriendo que cultivar la gratitud puede incrementar la armonía social entre distintos grupos, más voluntariado en comunidades, promover los sueldos, quizás disminuir el crimen, la suciedad en las calles y reducir el gasto de recursos naturales.

ORGULLO
La emoción con dos caras

El disimulado y arrogante sentimiento del orgullo ha sido nombrado como el más mortal de los siete pecados capitales. Y aún así, también puede ser noble. Todos conocemos la sensación de logro y satisfacción que conlleva el hacer bien algo, no importa si es para conseguir una promoción, construir una maqueta, ganar una carrera o descifrar una palabra clave en un crucigrama.

Esta es la razón por la que Jessica Tracy de la Universidad de British Columbia (UBC) en Vancouver, Canadá, una de las pocas psicólogas especializadas en el orgullo, hace una distinción entre lo que llama “orgullo auténtico” y “orgullo arrogante”.

El orgullo se puede manifestar de dos modos bien diferentes, pero no podemos diferenciarlos por su apariencia exterior, comenta (Emotion, vol 7, p 789). Los dos tipos causan que las personas inclinen la cabeza hacia atrás, extiendan los brazos e intenten aparentar ser más grandes de lo que son.

Como Charles Darwin apuntó en su libro The Expression of Emotions in Man and Animals (1872), una persona orgullosa tiene una apariencia “henchida o inflada”. Hay una apariencia característica en el orgullo, pero en contraste con las emociones básicas, el rostro casi no juega ningún papel, aparte de una ligera sonrisa cruzándolo.

El orgullo también difiere de las “Seis Grandes” en que se requiere ser consciente de uno mismo. Como la culpabilidad, la vergüenza y el bochorno, se requiere tener conciencia propia de uno mismo y la habilidad de auto evaluarse. “En orden de experimentar orgullo,” dice Tracy, "se necesita pensar en quién soy, quién quiero ser y como lo ocurrido se refleja en mí o en mis ambiciones”.

De todos modos, cree que hay un fuerte alegato para pensar en el orgullo como una de las emociones básicas. Sus investigaciones sugieren que la expresión física del orgullo se ha reconocido en tribus aisladas y no alfabetizadas (Journal of Personality and Social Psychology, vol 94, p 516). La ha encontrado incluso en personas nacidas ciegas indicando que es una expresión innata y no aprendida (Proceedings of the National Academy of Sciences, vol 105, p 11655).

Entonces, ¿para qué el orgullo?

Y, ¿por qué tenemos dos tipos de orgullo que se sienten de modo diferente pero se expresan igual? Por lo general, cuando la gente ve a personas expresando orgullo lo asocian con un estatus social alto. El orgullo nos motiva a mejorar de modo que podamos ganar respeto. Hay dos modos distintos de conseguirlo, lo que podría explicar las dos caras del orgullo.

El estatus social tiene dos formas, explica el antropólogo Joe Henrich, también de la UBC. La primera forma está basada en el dominio y se ve comunmente en primates no humanos, donde el individuo más grande y fuerte puede doblegar o matar al resto. El equivalente humano lo encontramos en los jefes tiranos y en los abusos entre compañeros de colegio.

El segundo modo de estatus es el prestigio. is prestige. En este caso el respeto y el poder se ganan a través de los conocimientos o las hablidades de cada uno. “Encaja con los dos tipos de orgullo,” dice Tracy, “Uno está asociado con la agresión y la superioridad, mientras que el segundo motive logros, el trabajo y el comportamiento altruista”.

CONFUSION
La hora de cambiar de emoción

Es una sensación que todos hemos experimentado. Tanto en una conferencia, en una galleria de arte o paseando por una ciudad desconocida, la confusion es muy díficil de describir. Dacher Keltner de la Universidad de California, Berkeley, sugiere que “es la sensación que sentimos cuando el entorno nos da insuficiente información o esta es contradictoria”.

Pero, ¿es la confusión realmente una emoción?

Para algunos psicólogos la idea resulta escandalosa. Otros piensan que estaría en el límite. Sin embargo Silvia cree que hay suficientes argumentos para considerar a la confusión como una emoción básica, sobretodo porque es muy fácil de notar en los demás; las cejas se fruncen, los ojos se entrecierran, a veces se muerde el labio inferior.De hecho, un estudio ha descubierto que es la segunda emoción más reconocible solamente superada por la alegría (Emotion, vol 3, p 68).

¿Para qué sirve la confusión?

Es una emoción basada en el conocimiento, de la misma familia que el interés y la sorpresa, dice Silvia. Él cree que es la forma que tiene nuestro cerebro de avisarnos de que el modo en que pensamos o de que nuestro modelo mental del mundo no es correcto o falla. A veces hará que nos rindamos pero otras veces puede motivarnos a modificar nuestra estrategia de aprendizaje y a cambiar nuestro foco de atención.

Una idea es que la expresión facial de la confusión alerta a los demás empujando a ayudar a la persona confundida. De ese modo, la confusión sirve para fomentar nuevas relaciones sociales y aumentar nuestro conocimiento del entorno, haciéndola la perfecta emoción para el siglo XXI.

Editorial: Uh-oh, more emotions to worry about. Yo digo aburrimiento, tú dices ennui

Algunos estados emocionales solamente tienen nombre en ciertos idiomas. Por ejemplo:

Fiero (Italiano): orgullo de satisfacción al conseguir algo que e solo para uno mismo.
Amae (Japonés): la sensación dulce de depender de alguien.
Naches (Hebreo): El placer del orgullo que solo un niño puede dar a sus padres.
Schadenfreude (Alemán): la sensación que experimentas cuando sabes que tu peor enemigo ha sufrido alguna desgracia.
Ennui (Francés): el sofisticado cansancio del mundo que sufren los filosófos e intelectuales intensamente.

Fuente:
http://www.newscientist.com/article/