A diferencia de lo sucedido con otros meses, septiembre no cambió de nombre en Roma, aunque ya no tenía mucho sentido continuar llamando septiembre (de septem, siete) a un mes que hasta ese momento había ocupado el séptimo lugar.
Lo mismo sucedió con octubre (octavo), noviembre (noveno) y diciembre (décimo). Iconográficamente, diferentes escenas de vendimia representan este mes dedicado al dios Vulcano. En septiembre, las fiestas más importantes en Roma eran: los Ludi Magni, juegos en honor de Júpiter, Juno y Minerva. Los griegos honraban a Deméter, diosa de la Tierra, y los romanos a su equivalente Ceres, lo que da idea de la importancia que se otorgaba a la agricultura por estas fechas.
En el hemisferio norte, entre el 22 y el 23 de septiembre, se inicia el equinoccio de otoño, lo que significa que oficialmente termina la temporada del verano. Al igual que agosto, el mes de septiembre está íntimamente unido con la recolección de lo sembrado. De hecho, en tiempos del emperador Carlomagno, septiembre era conocido como “mes de las cosechas”, y la cultura anglosajona le dio el nombre del “mes de la cebada” por ser el cereal que más se recogía por esas latitudes.
La razón está en que durante este mes la temperatura todavía es bastante agradable, y los campesinos aprovechaban para almacenar sus cosechas antes de los primeros fríos con la llegada del otoño. No olvidemos que septiembre, en el sur de Europa, es el mes de la vendimia. Desde España y Portugal, hasta Alemania, pasando por Francia, las tradiciones se repiten cada año, teniendo en común la alegría por las buenas cosechas (si es que el tiempo ha sido un aliado del agricultor) y, por supuesto, la degustación a todas horas de infinitas variedades de uvas y de los mejores vinos.
La fiesta de la vendimia está muy arraigada en casi todos los rincones de la geografía española, desde Cariñena (Aragón) hasta Jerez (Andalucía) pasando por Tierra de Barros (Extremadura), con un prominente carácter lúdico. Como curiosidad de este mes, decir que el día 11 de septiembre se inician dos calendarios: el año nuevo para los etíopes y el de los cristianos coptos de Egipto.
La Natividad de María: El día 8 de septiembre, cuando la uva y tantas otras frutas llegan a su maduración, la Iglesia ha colocado una de sus fiestas más solemnes: cuyo eje fundamental es la Virgen en sus más diversas advocaciones. Apareció por vez primera en Oriente, probablemente en Jerusalén, hacia el siglo V, con la dedicación de una basílica en honor de María, al norte del recinto del templo donde la tradición situaba la casa natal de la Virgen. Luego fue introducida en Occidente, donde adquirió con el tiempo un relieve cada vez mayor.
El nacimiento de la Virgen no se narra en los evangelios canónicos, sino en algunos apócrifos y, en primer lugar, en el Protoevangelio de Santiago. Otro de esos textos apócrifos, el Evangelio armenio de la infancia, cuenta que cuando la gravidez de Ana llegó a los 210 días, es decir siete meses, “de improvisto, a la hora séptima, Ana puso en el mundo a su santa niña, el día vigésimo primero del mes de Elul, que es el 8 de septiembre”. El número 7 no es casual, sino que tiene su simbolismo. En efecto, el 7, que corresponde al último día de la creación en el Génesis, indica un ciclo completo y una renovación positiva; simboliza la plenitud del tiempo.
El 21, a su vez, es la cifra de la perfección por excelencia (3 x 7) y de los atributos de la Sabiduría en el Antiguo Testamento. En Cariñena (Zaragoza) se celebra conjuntamente la Exaltación de la Santa Cruz y el Día de la Vendimia, en unas fiestas que duran del 13 al 18 de septiembre. Entre los actos más importantes destaca el de “escacharu” o pisar las uvas en la plaza y el ofrecimiento del primer mosto al Santo Cristo.
Romerías Singulares: Sin salirnos de la provincia de Pontevedra y muy cerca de Ribarteme, en la parroquia de Lamosa, a unos diez kilómetros de La Cañiza, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Franqueira. Aquí la romería se celebra el día 8 de septiembre. Los fieles que estuvieron a punto de irse al otro mundo y que, sin embargo, se salvaron ofreciéndose a la Virgen, van amortajados dentro del ataúd, que luego lo ofrecen a modo de exvoto. Mientras, sus familiares cantan el siguiente estribillo: “Virxen da Franqueira Virxen mui amada, aqui lle traemos á resucitada”.
Otra muy célebre, e igualmente escalofriante, es la de San Andrés de Teixido, en La Coruña, en “no cabo do mondo”, a 8 kilómetros de Cedeira. “Constituye -escribía José María Castroviejo- la voz más ancestral y pura de los orígenes, volcada hacia el más allá y el fin del mundo-. El santuario se encuentra en la ladera, levantado junto a la Costa de la Muerte. Más de cien mil personas peregrinan en romería cada 8 de septiembre a San Andrés de Teixido, que cuenta con una tradición de más de cuatro siglos. Se trata de una especie de camino iniciático para los gallegos.
Cuando el romero no ha ido durante su vida a San Andrés, va indefectiblemente después de muerto, como advierte el refrán: "A San Andrés de Teixido vai de morto quen non foi de vivo". El rito sigue siendo el mismo: el enfermo que está al borde de la muerte ofrece en este caso a San Andrés, si sana, acudir a la romería portando su propio féretro y religiosamente se lo ofrece al santo. Existe la creencia de que aquellos que murieron y no llegaron a cumplir la promesa de ir a esta procesión vivos, acuden sus espíritus en forma de pájaros, serpientes, lagartos…
Hasta el punto que en este día todos los gallegos se convierten un poco en jainistas con un respeto reverencial hacia estos animales. Ni siquiera se puede limpiar las telarañas de la iglesia porque podrían ser el alma en pena de algún romero”. En muchas de las celebraciones festivas de las islas Canarias se pueden observar claros antecedentes guanches, que tienen el mérito de conservar todavía ese sabor que antaño debió impregnar a estas festividades.
El día 9 de septiembre se celebra en San Nicolás de Tolentino (Gran Canaria) la Bajada de la rama, para pedir la lluvia a los dioses. Consistía en descender desde la cumbre de la montaña hasta el mar agitando ramas. El día 11 tiene lugar la Fiesta del charco. A primeras horas de la tarde, cientos de hombres y mujeres esperan la señal del “volador” para poder lanzarse, calzados y vestidos, al agua del “charco” que está a escasos metros de la mar.
Fuente: “Fiestas Sagradas” Jesús Callejo.
* * * * * “Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes. (Se refiere a lo variable del clima durante este mes).
Septiembre, el que no tenga ropa que tiemble. (Advierte de la llegada de los primeros fríos en los países norteños)”.