Junio 21. La Yumbada de Cotocollao es una expresión que rescata tradiciones ancestrales...

San Juan, San Pedro y San Pablo.

Cada 21 de junio, Ecuador vive un fenómeno natural único. Durante el recorrido anual de la Tierra alrededor del Sol, la inclinación del eje terráqueo origina dos fenómenos diferentes: equinoccios y solsticios.

El solsticio es la época del año en que el Ecuador se aleja más del Sol, produciendo el día más largo del año.

Así, los pueblos indígenas celebran diferentes ceremonias para agradecer a su dios Sol por la maduración de los productos.

En casi todas las provincias de la Sierra de Ecuador se celebra el tiempo de fecundidad de la tierra con fiestas como Inti Raymi, Corpus Cristi, Yumbadas, etc.

Esta tradición pre-incásica se ha reemplazado con la celebración europea de San Juan, San Pedro y San Pablo, mas no ha desaparecido la esencia misma del Inti Raymi o Fiesta del Sol.

La Yumbada en el barrio Cotocollao al norte de Quito, ha sido impulsada por miembros de una familia con raíces ancestrales y se realizó por tercer año.

La nación Yumba se remonta a la época de los señoríos étnicos asentados al noroeste de Pichincha entre los años 800 y 1534.

Poseían gran sabiduría y comprensión de sus dioses estelares, tal es el caso de los solsticios y equinoccios, fenómenos de singular importancia para los Yumbos.

Bailes tradicionales, rituales ancestrales, procesiones, alegría y voladores, forman parte de esta celebración.

Sobre del significado de esta fiesta, Don Pedro Morales, cabecilla de la yumbada nos explica:

“Esto lo hago porque mis padres, mis abuelos bailaban dando gracias a la Pachamama, al Aire, al Sol, especialmente a los granos que nos dan de comer. Seguimos con nuestras tradiciones y esto nos mantiene vivos”.

Esperamos en la Plaza de la Delicia, la colonial casa donde actualmente funciona la Administración Equinoccial del Municipio de Quito.

A lo lejos se escucha el sonido de unos platillos, el duro tambor y el sonido de trompetas, barítonos y demás instrumentos conocidos:

Es la Banda Musical de Ponciano; ellos junto a 20 bailarines con mascaras, sombreros en punta, enormes lanzas y coloridos vestidos cortejan a los dueños de esta celebración, el pueblo Yumbo.

Terminado el primer baile, un sonido de guerra inunda el ambiente; un anciano de marcadas arrugas en rostro y manos toca con vitalidad y espíritu joven un gran tambor y un pingullo (flauta pequeña de madera).

Los yumbos reanudan su danza, es su forma de identificarse y sentirse vivos.

Otros personajes de la yumbada son los monos, seres cómicos representados con un traje de felpa.

Son el elemento que rompe la ritualidad de la ceremonia, pues mientras bailan, molestan, distraen, abrazan e interactúan con el público causando más de una risa.

Al ser La Delicia un prioste, los yumbos visitan este lugar junto a otras casas del barrio que apoyan a la celebración.

Pero aquí, además se organizó el “Primer Taller de Pingulleros” con la participación de 10 muchachos que a futuro podrían ser los nuevos pingulleros que reemplacen al actual, don Benjamín Simbaña, quien tiene ya 79 años y que nos cuenta:

“Aprendí solo. Me demoré unos 3 años para saber como 24 músicas pero ya con la edad me he olvidado”.

Los muchachos reciben diplomas de graduación, la bendición de mamaco y después deben interpretar un ritmo a su elección para todos los presentes.

¡Lo logran con gran habilidad!

Cada yumbo ya pensó en un nombre con el cual identificarse, son nombres de montañas, lagos y ríos del Ecuador.

Todos lo repiten en voz alta a petición del cabecilla. Finalmente, uno de los miembros de la yumbada los bendice y llena de buenas energías con el tradicional baño de puntas.

Cual mezcla de guerra y fiesta, nunca falta su danza al ritmo unísono del tambor y el profundo silbido del pingullo que don Benjamín toca con solemnidad y sentimiento.

Los pies yumbos se azotan con fuerza sobre el pavimento que se calienta con el calor del medio día.

El Dios Sol cayó y estamos en el Parque de la Iglesia de Cotocollao, aquí los yumbos se encuentran dentro de la iglesia escuchando la misa de vísperas y luego realizarán una procesión para traer el gran castillo multicolor que será el centro de la fiesta de quema de chamiza, juegos pirotécnicos y vaca loca.

En la noche aparecen otros personajes que acompañan a yumbos y monos, los negritos (caballeros costeños) y la mujer negra (un hombre disfrazado de mujer), quienes con una pizca de picardía representarán amoríos y desencuentros en el baile.

El frío de la noche invita al alcohol, las puntas, la chicha y otros brebajes mágicos a calentar a bailarines y público asistente.

El baile y la celebración se extienden hasta altas horas de la noche.

En domingo, la Yumbada tiene su tercer día y el final de la celebración.

En la mañana, los Yumbos vuelven a la iglesia para la misa del Corpus Cristi, una procesión en la cual recorren las principales calles de Cotocollao y luego vuelven al Parque para las ‘loas y agradecimientos’ que son realizados por una niña disfrazada de ángel y un muchacho vestido de rey.

Por la tarde, otros rituales importantes se dan en el parque aledaño a la Iglesia, como el almuerzo espiritual de los yumbos donde todos comparten en una mesa general la comida que lleva la gente.

Con la caída del sol, los Yumbos se despiden de esta su tradición hasta el próximo año.

El Sol, como dios o ente del Universo, es definitivamente un astro lleno de significados para el mundo.

Su luz permite la vida de todos los seres que conforman el planeta Tierra y su aparente movimiento, rige la vida de muchas comunidades que además nos ofrecen gracias a él, los mejores productos de la tierra.

Así que cuando veas al gran astro, date un momento para disfrutar de un rayo de Sol...

Por: Giovanna Valdivieso
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PACHAMAMA

Los Incas creían que Pachamama personificaba la Tierra.

Pachamama y su esposo Inti, el dios del Sol, eran considerados deidades generosas.

Los Incas solían ofrecer las lamas y otros animales como sacrificios a la diosa de la Tierra.

Pachamama continúa siendo venerada hoy en el Perú.

Inti era considerado el dios del Sol y el ancestro de los Incas.

Los Incas vivían en América del Sur, en el antiguo Perú.

En los restos de la ciudad de Machu Picchu, es posible ver un reloj de sombra que traza el recorrido del Sol personificado por Inti.

De acuerdo a un mito antiguo Inca, Inti le enseñó a su hijo Manco Capac y a su hija Mama Ocllo las artes de la civilización y los envió a la Tierra para enseñarle a la humanidad lo que habían aprendido.

Inti les ordenó a sus hijos que construyeran una capital Inca en el lugar donde un cuño de oro que llevaban consigo se cayera al suelo.

Los Incas creían que esto llegó a suceder en la ciudad del Cuzco, que había sido fundado por el Ayar.

Inti es honrado hoy en Perú durante el Festival de Inti Raymi en Cuzco.

Pachamama (quechua: Pacha Mama, "Madre Tierra") es el nombre que recibe la Tierra, concebida como persona, por los pueblos indígenas de los Andes.

Los incas y los tiwanaku realizaban ofrendas en su honor, sacrificando auquénidos para derramar su sangre.

Entre otros objetos se ofrecían hojas de coca, conchas marinas Spondylus y sobre todo el feto de la llama, según una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara jamás la cosecha.

Con la llegada de los españoles, la imposición del cristianismo y la influencia del mestizaje, Pachamama comenzó a representarse con la imagen de la Virgen María.

Actualmente se mantiene y conserva la tradición de la ofrenda, practicada principalmente por las comunidades quechuas y aimaras, a través de una ofrenda llamada Challa o Pago.

Esta ofrenda se realiza durante todo el mes de agosto, así también como cada primer viernes de cada mes.

Fuentes:
http://www.windows.ucar.edu
http://es.wikipedia.org
http://www.goecuador.com
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"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo".
-Oscar Wilde-

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