La Batalla de Almansa se produjo durante el conflicto internacional de la Guerra de Sucesión Española el 25 de abril de 1707 en Almansa.

[Foto: Vista del castillo de Almansa de origen almoháde]

En el enfrentamiento, las tropas de Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia), que había sido coronado como Felipe V, mandadas por el duque de Berwick, derrotaron a las del archiduque Carlos de Austria, comandadas por Henri de Massue y el Marquês das Minas. La batalla no fue decisiva para el fin del conflicto internacional, pero sí abrió las puertas hacia el Reino de Valencia. Como consecuencia de esta batalla, el Reino de Valencia fue ocupado por las tropas borbónicas (con mucha resistencia austracista) y sus fueros fueron abolidos, junto con los de Aragón, tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta.

Los pretendientes al trono

El progresivo convencimiento de que Carlos II no iba a tener descendencia activó la pugna por hacerse con su herencia. Inicialmente, el candidato designado era José Fernando Maximiliano, hijo del elector de Baviera, pero en los primeros días de 1699 cayó enfermo de manera repentina, siéndole diagnosticadas unas viruelas locas. El tratamiento prescrito no fue resolutivo, el 5 de febrero se agravaba su estado de salud, lo que le llevaba a fallecer de madrugada. Dado que ello iba a permitir la entrada de los Borbones en el trono español, en numerosas cortes europeas circuló el rumor de que el niño fue envenenado siguiendo instrucciones de Versalles.


Volvía a presentarse el problema de elegir entre el archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo y bisnieto de Felipe III, y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y bisnieto de Felipe IV. La reina apoyaba al candidato austriaco, pero Carlos pensaba que sólo el apoyo de Francia, cuyas tropas se hallaban en la misma frontera española, podía garantizar la conservación de la monarquía en toda su integridad, y ello le hizo decidirse por Felipe, decisión que mantuvo hasta el último momento, sin ceder ante ningún género de presión. Un mes antes de su muerte hizo escribir en su testamento el nombre de Felipe de Anjou, a la vez que conminaba a sus vasallos para que no permitieran "la menor desmembración ni menoscabo de la monarquía".


La Batalla

Tras haberse retirado las tropas austracistas a territorios de la Corona de Aragón, las fuerzas aliadas decidieron plantar cara a las borbónicas en la población de Almansa, cerca de la frontera del Reino de Valencia.

La batalla se inició a las 15 horas del 25 de abril de 1707. Ambos ejércitos se desplegaron cara a cara a lo largo de 6,5 km. Los aliados, partidarios del Archiduque Carlos, alinearon 42 batallones de infantería, compuestos cada uno de 400 hombres, y 60 escuadrones de caballería, de 100 jinetes cada uno, mientras que los borbónicos dispusieron 50 batallones de infantería y 81 escuadrones de caballería, formando ambos ejércitos con dos líneas de profundidad. Paradójicamente, la única representación valenciana era el regimiento Valencia -luego rebautizado Jaén- de 300 hombres al mando del coronel Riera en el bando borbónico.

Ambos ejércitos de los candidatos borbónico y austriaco al trono español, abren fuego muy cerca de las tapias de las huertas que delimitan el pequeño casco urbano de Almansa, que por entonces contaba con unos 3.400 habitantes, dando comienzo a un capítulo crucial de la llamada Guerra de Sucesión Española y sus repercusiones serían conocidas en toda Europa, dando un vuelco al curso que hasta entonces había llevado la guerra, favorable en esos momentos al Archiduque Carlos de Austria, quien ya firmaba sus documentos como Carlos III de España. Veamos el desarrollo de la batalla y como llegan ambos ejércitos hasta esta pequeña ciudad.


Aproximación del Ejército Borbónico a Almansa.

Desde Chinchilla, donde había sido empujado por el avance del ejército austracista a través de la línea Caudete - Yecla – Montealegre – Pétrola, retirando las guarniciones de dichas posiciones en una medida prudente pero dañina para su honor como comandante en Jefe del Ejército de las Dos Coronas, James Fitz James, (1670-1734), Duque de Berwick, avanza de nuevo hacia el único lugar de la zona que se había librado del saqueo del ejército austracista, y donde por lo tanto podría, si bien con dificultades, abastecer a su cada día más numeroso ejército, Almansa.


El ejercito confederado compuesto por unidades del ejercito inglés, holandés y portugués cuyo mando compartían Henry Massue de Ruvigny, (1648-1720), Conde de Galway, noble hugonote francés al servicio de Inglaterra que entre otras heridas había perdido un brazo en la campaña de Extremadura del año anterior, y el bravo pero casi anciano Portugués Antonio Luis de Sousa, (1644- 1718), Marques Das Minas, había dado la vuelta desde Montealegre, para dirigirse de nuevo a Villena, donde la guarnición del castillo y una docena de paisanos al mando de un capitán francés resistía de una manera insolente, a pesar de que la población había quedado desierta tras la llegada del ejército.

Berwick, cuyo ejército estaba formado por las unidades francesas que le había enviado el año anterior Luis XIV de Francia, el ejército español de Felipe V, con algunas unidades de otros reinos de la monarquía hispánica de origen italiano, tres regimientos de los Guardias Walones, originarios de los Países Bajos y al menos un batallón irlandés que formaba su guardia personal, incrementaba cada día su ejercito con las unidades que dispersas por gran parte de la Mancha, Andalucía y Castilla se le estaban uniendo tras el paréntesis invernal y la llegada de las nuevas levas que aunque con muy escasa preparación al menos aumentaban en número sus efectivos.

Avanzó por campos esquilmados hasta Montealegre y de allí a Almansa. La escasez de alimentos motivó que grupos de soldados rezagados en la marcha saqueasen la Vega de Belén, incluido el Santuario, la llamada “Casa de Las Barracas” y los molinos de la zona, robando animales y harina, según el acta del cabildo municipal de Almansa de 22 de Abril de 1707.

El enorme campamento Borbónico quedó instalado al noroeste de Almansa, formado por cientos de tiendas de lona en la zona del Hondo hasta cerca de la aldea de S. Benito. Los oficiales superiores se alojaron en las casas nobles de la ciudad, entre ellos el Duque de Berwick que lo hizo en casa de D. Luís Enríquez de Navarra, Alcaide del Castillo de Almansa.

El día 23 de madrugada, avanzó personalmente con una fuerte escolta de caballería, hacia Villena para ver si era posible el socorro de la guarnición del castillo. La buena disposición del enemigo le hizo desistir de ello, lo que en sus propias palabras expresaba: “Yo soy del mismo dictamen y veo también que no podemos socorrer el castillo de Villena, y será preciso se pierda, con lo que acabaré de aventurar la poca honra que me han dejado…”.

Tal era el estado de las murmuraciones contra el Comandante en Jefe de los Borbónicos que comenzaba a correr rumores sobre su origen inglés, lo que quizás le impulsó a tomar alguna iniciativa como fue el organizar una columna para atacar Ayora, en poder de las milicias afectas al Archiduque Carlos.

Aproximadamente 2.000 hombres de infantería y 500 de Caballería con dos piezas de artillería, al mando del Conde de Pinto, partieron en la madrugada del Día 24 de Abril hacía Ayora, tras presentarse ante la villa y parlamentar con Fco. De Ávila, comandante de la milicia austracista, se entregó la plaza; pero al entrar los soldados borbónicos comenzó una refriega donde resultaron muertos varios soldados, y herido en un brazo Monsieur Courbille, Coronel del Rgto. Du Maine, que moriría posteriormente en Almansa a consecuencia de la herida.

Rápidamente se ordenaron las operaciones de asedio, a los que siguió el asalto e incendio del castillo y la ciudad, toda vez que se recibió un mensaje urgente de Berwick, ordenando al conde de Pinto, la vuelta inmediata hacia Almansa, ya que se había tenido noticia de que los confederados habían levantado el cerco al castillo de Villena y se dirigían hacia Almansa.


Aproximación del Ejército Austracista a Almansa.

Tras la llegada de dos desertores de las filas borbónicas al campamento confederado en los alrededores de Villena, los comandantes fueron informados de la marcha de la columna de parte del ejército borbónico hacia Ayora. Según palabras del Coronel portugués Antonio Do Couto les pareció el momento idóneo para atacar a Berwick, ya que estaba disminuido por la columna que había mandado hacia Ayora y todavía no había llegado el Duque de Orleáns, que se suponía traía tropas de refresco Francesas.

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[Foto: Torre del Castillo de la Atalaya. (Villena). Muestra los impactos de la Artilleria Anglo-Portuguesa en 1707]

Así levantaron precipitadamente el asedio y se encaminaron hacia Almansa. Al caer la tarde del día 24, montaron campamento en los alrededores de Caudete, en la zona conocida como Torre de Bogarra. A las tres de la madrugada del 25 de Abril de 1707 sonaron los toques de albada, como se conocían en el ejército portugués, para estar sobre las cuatro preparados para marchar hacia Almansa.


Cuatro grandes columnas de soldados marchaban aproximadamente paralelas hasta las inmediaciones de la Torre de D. Enriques, (Actualmente, Torre Grande), donde según el Capitán Hawley del 4º Rgto. de Dragones ingleses, se dejó el bagaje y se contaron los soldados presentes para el combate; según sus cálculos eran 13.400 soldados sin contar auxiliares ni mandos de teniente para arriba, lo que elevaría la cifra a unos 16.000 hombres aproximadamente.

Sobre las once de la mañana los primeros observadores ingleses llegaban a los altos de “Las Cabezuelas”, pequeñas elevaciones que cierran el corredor de Almansa por el Este, donde al observar a lo lejos los movimientos de reorganización del ejercito de Berwick, interpretaron que se preparaba para una nueva huída, lo que les impulsó a forzar la marcha para aproximarse y entablar combate lo antes posible.


Al menos una de las columnas no pudo entrar por el paso que se abre entre el cerro de la “Atalaya de Xativa” y los cerros de “Las Cabezuelas”, teniendo que subir estas empinadas cuestas lo que le hace recordar a Hawley, “cuando nuestro ejército alcanzó la cima de la colina, la infantería no podía más.”

Comenzaron a desplegarse las columnas en el llano de la antigua “laguna del Saladar”, formando ya en dos líneas paralelas, que organizativamente se dividían en:
- Ala Izquierda, formada por caballería inglesa, holandesa y algunos escuadrones portugueses, con batallones de infantería inglesa intercalados.
- Centro compuesto exclusivamente de infantería, inglesa, holandesa, portuguesa y hugonote (franceses protestantes) pagados y armados por Inglaterra y Holanda.
- El Ala Derecha estaba constituida por caballería e infantería exclusivamente portuguesa. La artillería compuesta de 20 piezas desplegaría en tres baterías a lo largo del frente.

Desarrollo del Combate

Ocupando una extensa línea que cubría todo el este del corredor almanseño, incluyendo las colinas de ambos extremos, el ejército Confederado se dirigía con gran resolución a encontrarse con el de Berwick, que tras una reorganización de sus líneas, que fue interpretada por Galway como una nueva intención de rehuir el combate, le aguardaba también dispuesto en dos líneas, muy cerca del casco urbano de Almansa.
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[Foto: Grafico de la disposición de ambos ejércitos. 15 h. 25 Abril 1707.]

La primera línea del ejercito borbónico, cubría un frente de aproximadamente 6 Km. de longitud, desde la ladera este del cerro de la atalaya, hasta las inmediaciones del Molino Alto, pero sin llegar a él. El ala izquierda estaba compuesta de caballería y Dragones franceses, españoles e irlandeses. El centro estaba formado de brigadas de infantería, alternadas las francesas y españolas, incluyendo varios batallones Walones , irlandeses e incluso uno suizo, ocupaba el llano desde las inmediaciones de la Atalaya a la Balsa del Concejo, según se aprecia en el cuadro.

A continuación el ala derecha se encontraba formada de caballería española, con unidades napolitanas y flamencas. Se extendía por la cara oeste del Cerro Montizón, hasta las inmediaciones del Molino alto. La artillería, 24 piezas de 4 a 6 libras, se distribuía en 5 baterías, la más expuesta una de 5 piezas, situada cerca del Molino de las Monjas, bastante adelantada a la posición de la caballería propia,

La segunda línea se formaba a unos 200 metros detrás de esta primera, muy cerca por tanto de las tapias que delimitaban las huertas de las casas y que daban apariencia a la villa de Almansa de tener un recinto fortificado aunque en realidad no fuese así. Aproximadamente el ejercito borbónico tendría entre 23.000 a 25.000 hombres

El ejército confederado se detuvo a unos 1.500 m. de distancia del enemigo, su derecha sobre el cerro de Carasoles, el centro en el llano del Romeral, y la izquierda sobre el Cantoblanco. Una hora duró este alto previo a la batalla. Desde que vieron por primera vez la disposición del ejército de las Dos Coronas, desde los cerros de las Cabezuelas, resultaba obvio para los oficiales confederados, que estaban en inferioridad numérica, pero la aversión entre Das Minas y Galway, y el convencimiento en la incapacidad y miedo de Berwick a entablar combate les incitó a aventurarse en un terreno que desconocían por completo y que al fin resultaría decisivo.

A las tres de la tarde del 25 de Abril de 1707, un nublado y frío lunes de Pascua, comenzaron a disparar las baterías de las Dos Coronas, a lo que respondieron inmediatamente los cañones austracistas.

Parte de la caballería inglesa, cruzando el arroyo de los Molinos y formándose a los pies del cerro Montizón, comenzó a subir la pendiente para atacar la batería borbónica que se hallaba en las inmediaciones del molino de las Monjas.

En vista de ello, algunos escuadrones de la caballería de la Guardia Real, españoles, napolitanos y belgas, se lanzan cuesta abajo para detener el ataque, cosa que consiguen persiguiendo a los Dragones ingleses, hasta darse de frente con la línea de la infantería inglesa, que intercalada con la caballería, también había cruzado el arroyo, obligando con su fuego a la retirada española, que perseguida de nuevos escuadrones confederados volvía grupas hacia sus líneas. La intervención de la caballería del Marqués de Pozoblanco, neutraliza el peligro cubriendo la retirada. Al menos otra vez se repitió el encuentro siempre con el mismo resultado, la caballería española, más poderosa, rechaza a la confederada, pero al llegar frente a la infantería, sus organizadas descargas les obligaban a la retirada.

En el centro, ambos ejércitos se aproximaban lenta y cadenciosamente. Al llegar a distancia de tiro se detuvieron, comenzando un intercambio de fusilería que duraría aproximadamente media hora. Por fin, la línea borbónica se decidió a avanzar sobre la austracista, aproximadamente a las 15,30 horas, pero lo hizo desorganizadamente, ya que cada brigada lo hizo a diferente ritmo bajo el fuego del enemigo.

Así parece ser que la brigada francesa “Couronne” se adelantó impetuosamente quedando expuesta al ataque por el frente y los flancos, lo cual motivo que en el consiguiente contraataque combinado de infantería y caballería portuguesa sufriera el 40 % de bajas de toda la infantería francesa durante la batalla.

                   Elmalde Almansa d[Foto: Primeros combates, 15,30 h]

Todas las brigadas del centro borbónico fueron rechazadas, el cuadro de 1709 muestra a la brigada “Castilla”, haciéndose fuerte en las inmediaciones del Pozo de Nieve, aguantando el envite de varios batallones anglo-holandeses, incluso algunos batallones franco-españoles se batieron en retirada, momento que también recoge el cuadro , cuando vemos a muchos soldados con uniformes blancos que se dirigen corriendo hacia Almansa, por las inmediaciones de la ermita de S. Blas.

Al menos dos batallones, uno inglés y otro holandés según el cuadro de 1709, se abren paso entre las dos líneas enemigas, llegando hasta las inmediaciones de la ciudad en un momento de gran peligro para el ejército borbónico.

La batalla en el otro extremo entre la caballería francesa y el ejercito portugués, había comenzado algo después, aproximadamente sobre las 15,30 h. ya que Galway había pactado con Das Minas que los ingleses atacarían antes. El resultado fue parecido al de la otra ala, consiguiendo la infantería portuguesa, detener a la caballería francesa, que había batido a la caballería lusa.

Sobre las 16:00hrs de la tarde, la situación para Berwick era peligrosa, tenía controladas las dos alas del combate, no sin grandes esfuerzos, pero en el centro se había roto la línea, si el enemigo conseguía introducir más unidades o agrandar la brecha, la derrota sería inevitable.

               Elmalde Almansa e[Foto: Brecha del Centro Borbónico y contraataque. Aprox. 16,15 h.]


Era el momento de hacer valer su superioridad en recursos, así, sustrajo parte de la caballería española de la 2ª línea del ala derecha, inactiva hasta ese momento, para atacar las escasas unidades austracistas que habían conseguido llegar hasta Almansa. Seguramente extenuados y desorganizados por el esfuerzo, los batallones de “Blood” y “Belcastel”, fueron casi aniquilados por los escuadrones de caballería de las “Órdenes Viejos”.

Al mismo tiempo ordenó que en los bordes de la brecha, se girasen las unidades de infantería hacia el centro, para coger con su fuego de flanco a los batallones que entrasen en ella. El efecto tanto físico como moral fue devastador, y percatándose de que aquella brecha se estaba convirtiendo en una bolsa, donde todo el que entraba era masacrado, el general Inglés Erle, que mandaba la primera línea de infantería en el centro, ordenó al Capitán Hawley llevar al Conde Donnha , jefe de la 2ª línea, la orden para que se retirase, pues si seguía avanzando perdería a todos sus hombres. Donha ordeno que se quitasen la divisa verde que les identificaba como austracistas y tocando una marcha francesa, comenzó a retirar once batallones a los que posteriormente se le unirían dos más.

Atajado el peligro en el centro, era momento de una acción decisiva en el ala derecha borbónica. Viendo que sin apoyo de la infantería, no podría derrotar el ala izquierda austracista, y de nuevo utilizando sus mayores recursos, Berwick ordenó avanzar a la brigada “Maine” compuesta de 4 batallones franceses y uno irlandés, desde la segunda línea para enfrentarse a la infantería inglesa que apoyaba a su caballería de la izquierda.

Tras una carga a la bayoneta, por fin la infantería inglesa cedió, al mismo tiempo la caballería española volvió a cargar y ya sin el apoyo de su infantería, la confederada se batió en retirada. El último intento de resistencia fue a cargo de dos escuadrones de caballería pesada inglesa, los escuadrones de “Harvey”, que habían visto obstaculizado su despliegue por la presencia de la valla de la huerta del Molino de la Balsa, la cual se puede apreciar en el cuadro de 1709, donde aparece rota en dos puntos.

      Elmalde Almansa f[Foto: Retirada Confederada y última resistencia Portuguesa. Aprox. 17 h.]

Sobre la 16,30 h. la situación para Berwick había dado un vuelco total. El centro había sido estabilizado, la primera línea enemiga estaba siendo neutralizada y la segunda se batía en retirada. En su ala derecha, los confederados estaban siendo perseguidos por cinco escuadrones españoles, mientras el resto de la caballería había sido mantenida bajo control por D´Asfeld.

Tan solo el ala izquierda enfrentada al ejército portugués se mantenía indecisa. Esta zona de la batalla es sobre la que menos detalles tenemos, pero a grandes rasgos podemos decir que tras una acción en la zona del Charco Negro, en plena Rambla de Sugel, comienza la retirada de la infantería del ejercito portugués, que será abandonado por su caballería una vez que percatándose de que tanto el ala izquierda como el centro de sus aliados ha sido batida, y que la caballería española de D`Asfeld se acercaba en masa, cruzando el campo y sin hacer caso de la columna que Donnha retiraba, para caer de flanco sobre ellos. Así pues, sin que las crónicas de Couto muestren reproches a su caballería, sino más bien asumiendo que esta debía retirarse para evitar ser masacrada, la infantería portuguesa comienza una épica retirada intentando mantener el orden como muestra el cuadro de 1709, con el nº 180 en cuya leyenda dice : “Parajes donde fue la total derrota de la derecha de los enemigos de nuestra izquierda mandada del Sr. Marques Davaray, y en la marcha, Charco Negro donde D. Juan de Zereceda cogió el flanco a los enemigos, con orden del dicho Sr. Marqués”.


Parte de esas unidades portuguesas intentarán huir hacia Valencia por el camino de Enguera, quizá con parte de la artillería, lo que posiblemente motivará el topónimo de “Cuesta y Barranco de las Baterías” que se mantiene en la actualidad en dicha zona. Otras unidades, el tercio de Novo de Chaves entre ellas, al mando de Antonio do Couto, terminarán rindiéndose tras llegar a las inmediaciones de la “Casa de Los Pandos”, tras haber combatido en varios puntos de esa retirada de varios kilómetros desde la rambla de Sugel a “Los Pandos”, acosados por la caballería Borbónica.


La victoria estaba servida para Berwick y sus hombres, que ahora se dedicarían a neutralizar a los huidos con el conde Donnha, cuya columna de trece batallones perfectamente identificables en el cuadro pasa por las inmediaciones de la “Casa de la Fuennegra” y dejando a su izquierda las Casas del Campillo, se refugian en los “Cerros de los Prisioneros”, que recibirán su nombre tras ser capturados allí más de 2.500 hombres en la mañana del día 26. Cientos de hombres, en su mayoría extranjeros, vagarán solos ó en pequeños grupos por los campos y montes circundantes, buscando llegar a alguna población amiga, muchos de ellos serán victimas de la población de las ciudades vecinas, Almansa, Villena, Yecla, donde los más exaltados, en venganza de los sufrimientos padecidos, salen en busca de botín. Esta puede ser la razón de algunos topónimos del término municipal de Almansa, como por ejemplo el “Cerro de la Bandera” en dirección a Caudete.

Las pérdidas del ejército de Berwick, se pueden calcular en unos 2.500 hombres entre muertos y heridos. El ejército confederado sufrió bastantes más, pues en una revista que a los pocos días se realiza en Torrent (Valencia) solo están presentes 4.000 hombres de caballería y menos de 1.000 de infantería. Es decir, entre muertos, prisioneros y huidos había perdido 2/3 partes del ejército.

Según la costumbre de la época, tras organizar a los prisioneros, y localizar a los de mayor grado, Berwick les ofrece a estos una cena en la casa que le sirve de alojamiento, la de D. Luis Enríquez de Navarra, la noche del día 27 y tras ella los altos mandos confederados supervivientes firman allí mismo las actas de rendición.

En los días siguientes se requisaron todas las camas y ajuar doméstico de Almansa, para atender a los miles de heridos, quedando convertida durante semanas en un inmenso hospital. Numerosos vecinos enfermarán y morirán en los meses siguientes a causa de las malas condiciones higiénicas, teniendo que dormir en el suelo, escasos de alimentos, con las cosechas arruinadas y teniendo que enterrar a los miles de muertos en varios kilómetros alrededor de la ciudad. Incluso el pozo de nieve, de gran importancia en la vida cotidiana del S.XVIII como almacén de hielo para el verano, queda inservible, al ser utilizado como lugar de enterramiento. El azar eligió Almansa para uno de los grandes dramas de la historia de la humanidad y le hizo pagar por ello un alto precio.


Consecuencias

La batalla de Almansa no fue decisiva para la guerra, pero abrió el camino para la ocupación del Reino de Valencia, aunque no significó la rendición de los austracistas del Reino. El ejército borbónico hubo de ir conquistando las poblaciones que se le resistían, como antes el austracista se había visto obligado a hacer con las fieles a Felipe V. Játiva fue la primera ciudad asediada. El 6 de junio de 1707 se rendía la ciudad, tras lo cual, el día 19, la ciudad fue incendiada por orden del rey Felipe V. Posteriormente se le cambió el nombre por el de San Felipe y se procedió a su repoblación por personas fieles a la causa borbónica (en la actualidad se conserva un cuadro de Felipe V en el Museo Municipal de Játiva colgado boca abajo desde 1940 en señal de condena por el incendio de la ciudad). Más tarde lo fueron, también con gran oposición, Alcoy, Denia y Alicante.

Sin embargo, la ocupación del Reino de Valencia continuó a pesar de la oposición austracista. El Archiduque llegó a liberar al líder austracista Joan Baptista Basset (que había sido encarcelado por sus políticas favorables al campesinado y opuestas a los privilegios nobiliarios), a fin de organizar las pocas fuerzas fieles a los austriacistas, sin conseguir frenar el avance borbónico. Tras la conquista del Reino de Valencia, tan sólo Cataluña y las Islas Baleares continuaron apoyando la causa austracista.

En la actual Comunidad Valenciana todavía pervive el dicho: «Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança» (Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza), o «De ponent, ni vent ni gent» (De poniente, ni viento ni gente), recordando esta derrota.

Existe un álbum del grupo valenciano Al Tall titulado Quan el mal ve d'Almansa... que narra hechos significativos de este episodio de la historia valenciana. En 2007, con motivo del 300 aniversario de la batalla, se realizaron diversas actividades y manifestaciones.


Romanç de cec. cançó popular : Al Tall (lletra de Vicent Torrent)
   

Va ser a la tardor de 1705/ que a Altea desembarca Baptista Basset/ com a general/ de l'exèrcit de Carles el d'Àustria/. Entra a la Marina/ i passeja per pobles i viles/ i en moltes comarques/ als maulets va distribuint armes/ i donant raons,/ convencent a tots els llaura’ors/ que l'Àrxiduc Carles/ ha promés suspendre tributs i gravàmens/ i tot el país/ li va plantar cara al borbó Felip V.

Els reis i governants de tota Europa/ es posen a l'aguait/ i al ple s'aboquen,/ que està en discussió/ la corona dels regnes d'Espanya/ i els dos aspirants/ una guerra van a provocar./ Buscant aliances/ amb altres estats dos exèrcits preparen,/ Felip de Borbó i Carles d'Àustria,/ tals són els seus noms.

Als pobles van renàixer les esperances/ d'arrancar el poder als nobles senyors/ i en poques setmanes/ el camí de València aplanaren;/ maulets i aliats dominaren pobles i ciutats;/ d'una punta a l'altra/ el país va tornar a obrir les arques/ per traure al carrer/ les senyeres contra el botifler/ i l'Arxiduc Carles/ a la porta de Quart aclamaren/ i ell feu jurament d'obedir i defendre las lleis.

Del dia que ara esmente guardeu memòria:/ el 25 d'Abril de 1707/ que trista batalla/ va somoure la terra d'Almansa;/ l'exèrcit borbó/ al de l'Àustria va véncer d'un colp/ i sense defenses/ ocuparen comarques senceres./ Mal dia va nàixer qui ordenà destruccions i matances./ Si el mal ve d'Almansa/ amb raó diuen que a tots alcança:/ no es pot oblidar que en la boca del poble ha quedat.

Després que va sotmetre tot el país/ i va tractar els hòmens amb gran crueltat,/ pensà que era l'hora/ d'augmentar el poder de la seua corona/ i sense tardança/ promulgà el Decret de Nova Planta,/ pel qual suprimia/ les lleis i costums de la pràctica antiga/ i ens va prohibir que parlàrem la llengua d'ací.

Senyors i senyores, de la història us hem fet el reconte;/ si voleu seguir, en els llibres està tot escrit.

**Traducción al castellano:
Fue en el otoño de 1705 que en Altea desembarca Bautista Basset como general del ejército de Carlos el de Austria. Entra en la Marina y pasea por pueblos y villas y en muchas comarcas a los “maulets” va distribuyendo armas y dando razones, convenciendo a todos los labradores que el Archiduque Carlos ha prometido suspender tributos y gravámenes y todo el país le plantó cara al Borbón Felipe V.

Los reyes y gobernantes de toda Europa se ponen al acecho y de lleno se vuelcan, que esta en discusión la corona de los reinos de España y los dos aspirantes una guerra van a provocar, buscando alianzas con otros estados dos ejércitos preparan, Felipe de Borbón y Carlos de Austria, estos son sus nombres.
En los pueblos renacieron las esperanzas de arrancar el poder a los nobles señores y en pocas semanas el camino de Valencia allanaron: “maulets” y aliados dominaron pueblos y ciudades; de una punta a otra el país volvió a abrir los baúles para sacar a la calle los estandartes contra el "botifler" y al Archiduque Carlos en la puerta de Quart aclamaron e hizo juramento de obedecer y defender las leyes.

Del día que ahora nombro guardad memoria el 25 de Abril de 1707 que triste batalla conmovió la tierra de Almansa; el ejercito borbón al del Austria venció de un golpe y sin defensas ocuparon comarcas enteras. Mal día nació quien ordenó destrucciones y matanzas. Si el mal viene de Almansa con razón dicen que a todos alcanza: no se puede olvidar que en la boca del pueblo ha quedado.
Después de someter todo el país y tratar a los hombres con gran crueldad pensó que era hora de aumentar el poder de su corona y sin tardanza promulgó el Decreto de Nueva Planta, por el cual suprimía las leyes y costumbres de la práctica antigua y nos prohibió que habláramos la lengua de aquí.
Señores y señoras, de la historia os hemos hecho un resumen; si queréis seguir, en los libros está todo escrito.

Fuente:

http://www.celtiberia.net

http://almansa2007.usuarios.tvalmansa.com/

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