Delia Steinberg Guzmán. Para promover un saludable acercamiento a este noble quehacer, la UNESCO ha celebrado recientemente el «Día Mundial de la Filosofía». Como reconocimiento...

a esta propuesta vieja y nueva a la vez. El entusiasmo por la Filosofía. Es un hecho constatado que la Filosofía vuelve a interesar como método para encontrar el perdido sentido de la vida, como un camino al alcance de todos los seres humanos, por encima de las diferencias culturales o de credos religiosos. Este renovado interés recorre el mundo con saludables recomendaciones de leer y conocer a los grandes sabios como antídoto para la desazón que nos abruma, en medio de la atosigante superficialidad con que nos enfrentamos a los asuntos importantes, para después sentir el vacío y la angustia de no conseguir descifrar las claves de nuestra existencia.

Pero también sabemos que, a menudo, la manera de abordar esa búsqueda conduce a un cierto escepticismo, pues son tantas y tan diversas las corrientes filosóficas que se nos ofrecen desde la Historia y desde el presente, a veces con conclusiones contradictorias, que nos impiden decantarnos por alguna en especial, y nos quedamos apenas con un relativismo más paralizante aún, que la propia negación de la Filosofía como vía de conocimiento y felicidad. Delia Steinberg ha sabido sortear ese eventual escollo, y nos ofrece una verdadera lección de entusiasmo filosófico, que hunde sus raíces en la mejor tradición socrática y pitagórica, es decir, en el origen mismo del filosofar, al menos por lo que se refiere a la civilización occidental, de filiación grecorromana.

La Filosofía, como modo de vida, se nos presenta así como una invitación a la acción, a la vez que constatamos que vivimos en un universo en constante cambio y renovación, un ritmo con el que debemos estar en armonía. No hay en la filosofía de Delia Steinberg propuestas cerradas, a la manera de axiomas o verdades que damos por ciertas, sino una elegante sugerencia, una generosa actitud de querer acompañarnos, una sabia anticipación a las preguntas que empiezan a surgir en nuestro interior, una vez que nos animamos a transitar por el territorio de la búsqueda filosófica. Poco a poco, con su compañía, vamos comprendiendo lo que significa vivir con filosofía, que viene a ser vivir mejor, más plenamente, más sabiamente. Y si alguna vez sentimos la tentación de detenernos en la mera contemplación teorética de lo aprendido, una nueva pregunta -Delia ha repartido muchas y muy inteligentemente formuladas a lo largo de su obra- nos invita a continuar nuestro proceso de aprendizaje, nuestro diálogo con la Filosofía atemporal que nos propone nuestra autora, la gran sabiduría, siempre vigente, a salvo de modas y circunstancias pasajeras.

Se trata de someter nuestras convicciones, a los principios que rigen nuestra vida a la prueba permanente de su operatividad, de su viabilidad efectiva, pues la Filosofía de la que nos habla Delia Steinberg es eminentemente práctica, y si no nos conduce a obtener las respuestas que buscamos y a plasmar en actos un mundo mejor no tiene el menor valor, es más, no puede considerarse Filosofía en su sentido primigenio. En las siguientes páginas dialogamos con su autora, a la manera clásica: ella nos ofrece sus sugerencias, y deja espacio y ritmo pautado para que escuchemos el eco que despiertan en nuestro interior. Es tan fuerte su invitación a vivir, a plasmar, a construir que, en ocasiones, sentiremos la necesidad de salir a experimentar sus consejos y descubrir su eficacia, para volver de nuevo a la lectura apasionada de sus hallazgos.

Delia Steinberg ha sabido destilar lo mejor de la Historia de la Filosofía universal, que tan bien conoce. Por ello, en sus palabras alienta el eco de su admirado Marco Aurelio, el filósofo estoico que nos enseñó a descubrir la ley universal latiendo en el cielo estrellado, como muchos siglos después haría Kant, con otras palabras. Otras veces, su militante defensa de la libertad del individuo y su responsabilidad social nos recuerda la sabiduría de la antigua China, que Confucio compiló... También reconocemos la mejor herencia de los sabios presocráticos en su alusión constante a la Naturaleza y sus secretos... Una base sólida y rigurosa avala el trabajo de síntesis que nos ofrece Delia, junto con su larga experiencia de diálogo y comunicación con todo tipo de personas en diversas partes del mundo, que han podido escuchar sus cursos y conferencias.

Mª Dolores F.-Fígares “La libertad es un don del hombre que se conoce y se posee a sí mismo, un hombre que no se aleja de la acción ni de la entrega, sino que crece más cuanto más experimenta, y es más libre cuanto más crece”. -Delia Steinberg Guzmán-

PREGUNTAS Y RESPUESTAS:/DELIA RESPONDE

- ¿Qué quiero hacer con mi vida? Cada cual debe poder responderse sobre lo que busca en su propia vida. Es imposible andar si no sabemos adónde queremos llegar. ¿Qué quiero hacer con mi vida?: esa es una pregunta esencial. Y si no tenemos una idea clara al respecto, ¿qué victorias pretendemos alcanzar? Una vez que hemos establecido el punto de llegada, nos queda algo no menos importante: trazar el recorrido. No es suficiente con mirar al cielo; hay que construir una escalera que nos lleve hasta allí. Aquí entran en juego los pequeños-grandes objetivos, las victorias cotidianas que, sumadas y potenciadas, nos permitirán llegar a la meta ansiada.

- ¿Por qué hemos nacido en este mundo, en este momento? ¿Por qué hemos nacido en este mundo, en este momento y no en otro? Porque es lo justo, bien sea por necesidad personal de experiencia o por necesidad de ayudar a los demás en base a la experiencia que podemos haber acumulado en otros tiempos. Es probable que hayamos vivido muchas veces, en muy variadas circunstancias, algunas buenas y otras no tanto, pero en cada oportunidad hay algo que aprender y algo que hacer. Nosotros hemos nacido en el momento más apropiado: aquí y ahora, exactamente cuando y donde nos corresponde actuar. Estamos allí donde nos ha conducido nuestra propia alma inmortal.

- El secreto de las pequeñas cosas ¿Puedes concebir a un buen orador que se trague la mayor parte de los argumentos y de las palabras, ansioso por llegar a la exposición final de su idea? ¿No es acaso mucho mejor aquel que sabe hablar despacio y con gusto, conduciéndonos de la mano de una idea a otra, hasta desembocar en la corona final? ¿Diríamos que las palabras que conforman una pieza oratoria son rutinarias y aburridas? Presta atención a las pequeñas cosas; ellas tienen su propio lenguaje, su propia expresión. En cada pequeña cosa hay una gran esperanza latente. Sé cuidadoso con los detalles; no los desprecies por muy insignificantes que parezcan y por mucho que pasen desapercibidos ante los demás. Respétalos y respétate: respeta lo que tú ves y lo que tú sabes que debes hacer; respeta las cosas pequeñas escondidas en los rincones del tiempo o del espacio, pues ellas son el soporte invisible de las grandes cosas.

- Los regalos de la vida Todos le pedimos cosas a la vida. Cada cual, a su manera, quiere conseguir algo especial. Pero, en nuestra ingenua ignorancia, consideramos que la vida nos debe ese obsequio, que por el sólo hecho de existir ya tenemos derecho a recibir. Suponiendo que la vida nos hiciera regalos, nos encontraríamos con las siguientes consecuencias: Un regalo no nos cuesta nada. Por eso mismo, lo que haremos finalmente es pedir más y más. Las cosas que no cuestan nada, no se valoran. Es decir, tienen un valor, pero no lo conocemos ni nos importa. Las cosas regaladas aumentan el falso sentido de las posesiones, de aquello que es «nuestro». También aumentan la vanidad, porque uno se convence de que merece eso y mucho más todavía. Las cosas regaladas no significan ningún esfuerzo, excepto -y en el mejor de los casos- el de dar las gracias a quien nos las concede. Las cosas regaladas merman el sentido de la generosidad. El que se acostumbra a recibir, se vuelve lento para dar.

- La vida y la muerte La vida no es una burla cruel de ningún dios, personal o impersonal, decidido a divertirse con el dolor de los humanos. La vida es una corriente de energía que nos permite, nos ha permitido y nos seguirá permitiendo expresamos de mil maneras diferentes para completar nuestras experiencias. Por eso mismo, no es burla llegar al mundo manifestado, ni es burla dejarlo para marchar a otros planos. Puede ser que la muerte nos haga temblar un poco, por dentro y por fuera. Pero una vez ante ella, veremos que la vida continúa. Sólo que no podemos pedirle a la muerte lo que no hemos tenido en la vida: reforcemos, pues, nuestras ideas, nuestras vivencias, nuestros sentimientos profundos, nuestra voluntad, nuestra capacidad de reconocer y recordar, nuestro anhelo de seguir hacia adelante, de afrontar cualquier dificultad con el espíritu sereno. Entonces, sabremos ayudar a los que mueren y sabremos emprender nuestro propio viaje con valentía.

- La vida es como un río Deberíamos aprender asimismo de la vida, que corre continuamente hacia su destino. Aunque no conozcamos -ni podamos comprender- el sentido absoluto de todo cuanto ocurre, la vida sigue un rumbo y un ritmo, es como un río que jamás se detiene...

- La vida y sus frutos: ideas firmes En verdad, la vida es un ejercicio invariable de entrenamiento y mejora. Sin embargo, también es verdad que de ese ejercicio deben surgir algunos resultados concretos: algunas ideas firmes que sirvan de base a nuestra existencia, para seguir construyendo sobre ellas. Cuando esas ideas firmes se convierten en valores que rigen nuestros sentimientos y nuestra conducta, se advierte la seguridad interior del ser humano que camina por sus propios pies, aunque ensaye nuevos senderos. Lo malo es que no tengamos ninguna idea rectora, nada que nos pertenezca realmente. En este caso, la persona queda al arbitrio de los vientos de la opinión. En su intento por agradar, por conseguir la aprobación de su medio circundante, hoy hace una cosa y mañana otra, hoy alaba una idea y mañana la opuesta, hoy proclama un sentimiento y mañana lo contrario.

Nuestras ideas son válidas en la medida en que son buenas y justas para nosotros y para todos, y en la medida en que podemos unirlas a los mejores sentimientos para luego aplicarlas de la manera más adecuada. Una idea aislada, sin sentimiento y sin acción consecuente, es una idea condenada a muerte. La práctica de la vida cotidiana se encarga de mostrarnos lo difícil que resulta llevar a los hechos aquello que pensamos; más bien solemos quedarnos en el nivel de los sueños o, mejor dicho, de las ensoñaciones, calmando así nuestros deseos y evitando el esfuerzo que necesita toda idea para convertirse en una realidad concreta.

- El éxito y la victoria Nos gustaría que el triunfo llegara por sí solo, sin riesgo alguno por nuestra parte. Lo consideramos como una deuda del destino para con nosotros, sin tomar en cuenta que somos nosotros los que estamos en deuda: porque no supimos ver ni aprovechar las oportunidades... Hay que recordar que el éxito es el resultado positivo de cualquier empresa que nos hayamos propuesto. Así, no hay éxito si no hay previamente: una finalidad o meta. Una intención de ánimo. Unos medios de acción. Un resultado positivo. El éxito es un hecho objetivo. La victoria es la íntima alegría que brota ante el éxito, cuando hemos puesto en juego todas nuestras fuerzas. El simple éxito puede satisfacer la vanidad. El sentimiento de victoria ennoblece el alma.

- Felicidad ¿Qué es la felicidad? Una vez más, entre tantas cosas y probablemente en primer lugar, deseamos ser felices, no sufrir, disfrutar de una existencia apacible y plena de satisfacciones. Sin embargo, si nos formulásemos seriamente la pregunta sobre qué es la felicidad, nadie respondería de la misma manera -cosa natural- y aun serían muchos los que se quedarían sin saber qué responder. La felicidad es un estado perfecto que se desea pero que no se puede definir, pues afecta a todos los planos de nuestra expresión humana y al conjunto en su totalidad. La mayoría de las personas entiende la felicidad de una manera muy abstracta, colocándola desde el principio tan lejos y tan alto que todo esfuerzo por alcanzarla se vuelve estéril.

El objetivo no es claro, su situación es indefinida y los medios para alcanzarlo son inadecuados. Veamos un poco lo que queremos decir. El objetivo no es claro: no sabemos en qué consiste la felicidad, pues cada vez que creemos lograrla advertimos que no llegamos al estado de plenitud que nos habíamos propuesto. O lo que conseguimos nos parece poco, o nos parece opaco, o carente del atractivo que tenía cuando vivía en el plano de la imaginación.

Su situación es indefinida: - ¿En dónde radica la felicidad? - ¿En las satisfacciones materiales y sensibles? - ¿En los sentimientos? - ¿En la tranquilidad psicológica? - ¿En una buena suma de conocimientos? - ¿En una respetable certeza espiritual? - ¿Cuál de los niveles de conciencia humanos es el depositario de la felicidad? - ¿Está en uno sólo de ellos o en todos a la vez? Y en este último caso, ¿cómo satisfacer a todos al mismo tiempo cuando sus necesidades suelen resultar contradictorias? Los medios para alcanzar la felicidad son inadecuados: este es el resultado de tener poco claro el objetivo, y no saber situarlo correctamente; así, los medios empleados no sólo son inadecuados, sino que muchas veces ni siquiera empleamos medio alguno. Simplemente esperamos que la vida nos lo proporcione todo hecho y a nuestra medida. Se impone, pues, revisar nuestras ideas y las consiguientes actitudes. Debemos aclarar nuestros objetivos: ¿qué es la felicidad para cada uno de nosotros?

Resulta mucho más útil empezar por cosas sencillas, al alcance de nuestras posibilidades y bien concretas, ya sea en el plano material o en el espiritual. Es bueno saber de manera concreta si nos gusta pasear, leer, meditar o rezar. En estos u otros ejemplos, cada uno puede encontrar fácilmente una dosis inmediata de felicidad. ¿Dónde está la felicidad? Analice cada cual su esquema personal y sabrá descubrir su cota de felicidad. El cuerpo tiene sus satisfacciones y, al contrario de lo que supone tanta gente, no siempre se hallan en la saturación de los sentidos. La psiquis requiere su propia dicha y, al contrario de lo que supone tanta gente, esta no deriva de sentirse amado y comprendido, sino de saber amar y comprender, incluyéndose a uno mismo sin caer en el egoísmo ciego.

La mente no es feliz acumulando conocimientos sino borrando dudas: valen más unas pocas ideas bien asentadas que mil conceptos sin relacionar entre sí y sin practicidad para la vida diaria. Es bien cierto que debemos contar con los mínimos medios indispensables para vivir, pero un espíritu sereno y abierto a la evolución ayuda más que ninguna otra cosa a conseguir la felicidad intelectual, emocional y material. Descubrir que somos auténticos seres humanos y no simples accidentes existenciales; descubrir que podemos vivir más allá de nuestras apetencias sensibles. Descubrir que podemos dirigir nuestros sentimientos para no herir a los demás y no herimos a nosotros mismos; descubrir que el mundo está lleno de belleza y armonía aunque no siempre se muestren claramente; todo ello hace brotar una sana alegría interior que podríamos definir con bastante acierto como felicidad.

Sabremos que somos felices cuando empecemos a disfrutar con las cosas sencillas, cuando la sonrisa surja fácilmente en nuestros labios, cuando estemos atentos a aprender algo nuevo todos los días y avanzar sin prisa y sin pausa hacia las metas que nos hemos trazado. Imaginar sin fantasía, soñar con sentido práctico, lanzarse a la aventura con riesgos calculados, amar sin desconfianza, son los exponentes de una felicidad bien asentada.

- Preguntémonos por un hecho de suma validez para los seres humanos de nuestros días: ¿Cuáles son las diferentes formas de lograr el éxito, de sobresalir, en una palabra? Hay una cosa indiscutible: todos los hombres, de una manera u otra, tratan de destacar, de triunfar; es como una necesidad vital. Es la necesidad de hacer algo, pero sobre todo algo importante; es la necesidad de actuar, pero actuar en algo que no pase desapercibido. Se trata de «ser alguien», de no desaparecer en el anonimato, de que el nombre de uno suene entre la mayor cantidad de gente posible. La ley natural de la vida nos lleva a la acción. Todo el Universo actúa, se mueve, se dirige hacia alguna parte, aunque nosotros no podamos precisar con exactitud ese destino.

Así pues, la necesidad de acción no debe extrañarnos, en cuanto el hombre responde armónicamente a las leyes universales. También es natural que toda acción tenga un resultado, una respuesta acorde. El caso es que hoy se enfoca la acción y sus resultados bajo la óptica del éxito fácil: hay que sobresalir, hay que destacar entre los demás antes que lograr que las cosas que hacemos estén bien hechas; con que parezca que están bien hechas, basta. En esta carrera imparable por sobresalir, solemos encontrarnos con diversas formas de actuación: - Los hay que se esfuerzan personalmente y buscan, dentro de lo que está a su alcance, unos medios adecuados para destacar.

- Otros, si bien se valen de su propio esfuerzo y trabajo, no reparan en los medios que les han de llevar a obtener esos tan ansiados signos exteriores del éxito. - Y no faltan los que simplemente se dedican a aplastar a los demás para parecer más altos. De una forma u otra, los resultados que se obtienen, salvo excepciones, son bastante tristes. La condición exigida del triunfo exterior produce hombres insatisfechos en el mejor de los casos, cuando no traumados y neuróticos. No faltan los deprimidos, envidiosos, salvajes y agresivos, o bien los vanidosos, crueles y despiadados, sin descontar los advenedizos y aprovechados y otros cientos de ejemplos que ampliarían la fauna antes expuesta. Preguntémonos, pues, ¿hacia dónde conduce esta carrera y qué sentido tiene? La Historia como experiencia de la Humanidad, y la propia experiencia personal, nos indican que estos oropeles van y vienen con el viento. Lo que hoy vale, mañana es estigma, y lo que ayer fue motivo de pena de muerte, hoy es propaganda prestigiosa.

- ¿Sobresalir entre quiénes y para qué? La misma pregunta que me planteo, me lleva a concebir ese deseo de destacar como un impulso natural del alma: es propio del hombre aspirar cada vez a más y mejor. Pero también entiendo que sobresalir es fundamentalmente crecer, crecer de verdad y no calzarse zancos; es estirarse por dentro hacia lo más alto y lo más bueno. Y es ganar el propio respeto, la propia estima, es estar a gusto con la propia conciencia. Hay formas de destacar que parecen ya casi olvidadas como, por ejemplo... El conocerse a sí mismo para mejor dominar los aspectos negativos y potenciar los positivos; el apoyarse sin falsas vergüenzas en el ejemplo de los que supieron triunfar en nombre de lo bueno, lo bello y lo justo. El desentenderse de lo que la moda impone, o de los desvaríos psicológicos y pseudorracionales de un momento dado; el hacer de la vida un ejercicio de perfección cotidiana...

Conviene recordar que no es bueno sobresalir tan sólo un instante, pues se llega a los mismos estados de desesperación de quienes no lograron los necesarios símbolos de prestigio. En cambio, vale la pena un intento más serio y continuado que nos lleve a un crecimiento interior sólido, estable, ininterrumpido, siempre en pos de lo más grande y de lo mejor. Por eso nos preguntamos por la necesidad y el sentido de sobresalir, y por los medios que existen para lograrlo. La necesidad está clara. El sentido y los medios dependen de la elección que cada uno sepa hacer y, en este caso, las preguntas que nos hagamos a nosotros mismos y con la máxima sinceridad, no estarán nunca de más. Entre otras muchas enfermedades psicológicas, nuestro tiempo es testigo de frecuentes crisis de indecisión y desconcierto entre la gente. Son muchas las personas que dejan correr la vida en un constante desasosiego producido por no saber qué hacer, ni cómo hacerlo para que los resultados sean efectivos.

Hay quienes, para evadir este vacío, se lanzan a determinadas actividades, esperando que sean ellas las que les den una finalidad a sus vidas. Así, hacen de unos estudios o de un trabajo los salvadores de una situación que radica, sin duda alguna, en el fondo de los mismos individuos. Toda actividad práctica carece de valor si quien la realiza no conoce el motivo de sus acciones. Siempre hemos de preguntarnos para qué y hacia dónde...

-SU BIOGRAFÍA-

Nace en Buenos Aires (Argentina) el 7 de enero de 1.943 Obtiene la nacionalidad española en 1.975. Comenzó sus estudios musicales a los seis años, graduándose como Profesora de Piano y Composición en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires, a los diecisiete. Durante esta época realizó estudios de perfeccionamiento con la pianista argentina Flora Nudelman, y posteriormente con el Maestro ruso Hubert Brandenburg. Tras cursar estudios de Ciencias Exactas, Periodismo, Publicidad y Humanidades, se licenció en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente realizó cursos de especialización en arqueología, historia e historia de la música.

- Actividades Musicales - Su primera presentación en público fue a la edad de diez años. Desde entonces ha sido seleccionada en numerosas oportunidades para actuar en ciclos pianísticos por la Asociación Cristiana de Jóvenes, Jóvenes Concertistas Argentinos, Ateneo de Cultura Artística, Nuevos Valores Musicales, Asociación Harmonicus, Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Educación de la República Argentina, Promociones Musicales y otras entidades oficiales y privadas. Con ocasión del 30° aniversario de la muerte de Maurice Ravel, participó junto a otros artistas y periodistas en un homenaje al músico desaparecido, en el Centro Argentino de Ingenieros, el 7 de julio de 1.967.

Ha realizado numerosos conciertos en salas de diversas entidades y en emisoras de radio y televisión, en Argentina, Uruguay y Perú. La prensa se ha hecho eco de estas actuaciones con excelentes críticas. Para promover los estudios musicales, ha fundado, con intención de difundirlo internacionalmente, el Instituto Musical Tristán, en el que imparte la docencia de piano desde 1.989. Este Instituto funciona actualmente en España, Brasil y Alemania. Igualmente dirige cursos de apreciación musical en España, entre los que destacan los dedicados a la obra completa de J.S. Bach, W.A. Mozart , R. Wagner y R. Schumann. En el marco de esa línea de promoción de nuevos valores, instituyó en 1.975 el Concurso de Piano Nueva Acrópolis, con carácter internacional, de cuyo jurado forma parte, que ha servido para impulsar la carrera artística de profesionales de la música.

- Publicaciones - Son múltiples sus escritos publicados en revistas y periódicos sobre temas relacionados con la filosofía, la música y la cultura en general. Desde 1.972 dirige en España la Revista "Cuadernos de Cultura", en la que ha publicado un buen número de artículos y series, tales como "Entre nosotros", "Al final del día", "Algo para contar", "Preguntémonos", dedicados a promover la reflexión filosófica en medio de las actividades cotidianas. Desde el 2.000 dirige igualmente la revista cultural "Esfinge", de amplia difusión en España e Iberoamérica. Entre sus libros destacan: Publicados en español: "Los juegos de Maya" (Madrid, 1° ed. 1.980, 2° ed. 1.982) "Me dijeron que..." (Madrid, 1.984) "Hoy ví..." (Madrid, 1.983) "La vida después de la muerte" (Madrid, 2.002) "El héroe cotidiano" (Madrid, 1° ed. 1.996, 2° ed. 2.002) "Los peligros del racismo" (Madrid, 1.997) "El alma de la mujer" (Madrid, 2.002) "Libertad e inexorabilidad" (Madrid, 2.002) "Recuerdos y reminiscencias" (Madrid, 2.002) Publicados en portugués: "El arte de triunfar en la vida" (Oporto, 1.995) "Hacia una nueva Edad Media" (Oporto, 1.996) "Por qué florecen las sectas" (Oporto, 1.996) Publicados en turco: "Vuelo hacia la libertad" (Ankara, 1° ed. 1.993, 2° ed. 1.995, 3° ed. 1.996) Publicados en francés: "Philosophie à vivre" («Filosofía para vivir») (París, 2.002) Las obras escritas en español han sido traducidas al francés, alemán, checo, portugués, turco, ruso, griego y otras lenguas.

- Actividades en la Organización Internacional Nueva Acrópolis - En 1.966 entró a formar parte de la Organización Internacional Nueva Acrópolis, cursando el plan completo de estudios de la Escuela de Filosofía de esta organización, de la mano del profesor Jorge Ángel Livraga, su fundador. Desde su incorporación a la labor docente de esta institución ha impartido las asignaturas de Historia de la Filosofía, Filosofía Moral, Simbología, Historia de las Religiones, Filosofía de Oriente, Psicología y Estética Metafísica, elaborando manuales de orientación pedagógica sobre dichas materias. Ha dictado cursos y seminarios monográficos sobre temas como: "Puntos en común de las antiguas civilizaciones"; "El fenómeno religioso en la Edad Media"; "Las claves de la Astrología"; "El origen del Hombre y el Universo según las culturas orientales"; "Filosofía para vivir"; "Astrología y Psicología"; "Claves de interpretación de la India milenaria"; "La magia y los enigmas del antiguo Egipto"; "El legado de los Templarios"; "Civilizaciones precolombinas"; "Doctrina filosófica y religiosa del budismo"; "Egipto: pensamiento, vida y religión; "Musicoterapia"; etc.

A partir de 1.977, ha promovido en España, a nivel internacional, un Concurso de Cuentos, en el que ha participado como vocal del Jurado junto a importantes figuras de este estilo literario. Desde 1.972 hasta 1.991 ha sido la Directora en España de esta institución, período durante el cual la actividad cultural de Nueva Acrópolis se extendió por más de treinta ciudades del país. Entre 1.975 y 1.991 fue, asimismo, coordinadora de las actividades de Nueva Acrópolis en Europa. Desde 1.991, y tras la muerte del fundador de Nueva Acrópolis, profesor Jorge Ángel Livraga Rizzi, fue elegida Directora Internacional, haciéndose cargo de la gestión de esta organización, y de la coordinación de su labor formativa en los cincuenta países en los que está implantada esta Asociación internacional. Por su labor como Directora de Nueva Acrópolis, recibió en 1.980 la Medalla de Plata en Artes, Ciencias y Letras, otorgada por la Sociedad Académica de Educación y Fomento avalada por la Academia Francesa.

Fuentes: Resumen extraído de: - “Filosofía para vivir” -Delia Steinberg Guzmán- - “Para conocerse mejor” -Delia Steinberg Guzmán- - “¿Qué hacemos con el corazón y la mente?” -Delia Steinberg Guzmán- - “El héroe cotidiano, reflexiones de un filósofo” -Delia Steinberg Guzmán-

* * * * * “Allí donde pongamos las manos, los ojos, el sentimiento o la idea de nuestro quehacer, hagámoslo con espíritu de grandeza y perfección; con esa visión que, de puro amplia, vuelve hermanas a las ciencias, las artes, las religiones y las filosofías”. -Delia Steinberg Guzmán- * * * * *

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