Efemérides: Beatriz Galindo, humanista española conocida con el sobrenombre de "La Latina".

Nació en Salamanca en 1.475 y murió

 

 

 

en Madrid, el 23 noviembre de 1.534; dice su epitafio:

«Aquí yace Beatriz Galindo, la cual, después de la muerte de la reina católica, se retrujo en este monasterio y en el de la Concepción Francisca, de esta villa, y vivió haciendo buenas obras hasta el año 1.534, en que falleció».

Era de ilustre y de noble familia. Consejera y camarista de la reina Isabel, contribuyó con sus enseñanzas a la difusión de la lengua latina entre las personas reales.

Su auténtica fama reside en el fervor y admiración que recibió de sus contemporáneos.

Su recuerdo está hoy mucho más unido a su condición de preceptora que a cualquiera de los tratados que se le atribuyen, "Comentarios a Aristóteles" y "Notas sabias sobre los antiguos", o bien a las "Poesías latinas", puestas bajo su nombre y que, en realidad, ninguna gloria le añaden.

Poco sabemos de su formación, extensión de su cultura y razones que le impulsaron a imponerse en estudios clásicos.

Al parecer estuvo destinada al claustro, pero se decidió por el estudio.

Casó con Francisco Ramírez de Madrid, el Artillero, Secretario de Fernando V, con quien participó activamente en las guerras de Granada.

Murió en 1.501, y su viuda se recogió al amparo del convento de la Concepción Jerónima, dedicada por entero a la caridad.

Como su figura no es aislada, hemos de suponer un cierto gusto por la cultura humanista en determinadas casas y familias detentadoras de una buena formación.

Recordemos los nombres de Juana Contreras, la condesa de Monteagudo, María Pacheco, Mencía de Mendoza, Isabel de Vergara, la marquesa de Zenete, la famosa Lucía Medrano y tantas otras que contribuyeron al gusto por los estudios clásicos, bien en la corte, bien en sus palacios y casas.

La cultura de estas mujeres eruditas no debió ser desdeñable, pues sus nombres figuran junto a los de hombres famosos no sólo españoles, sino también italianos.

Lucio Marineo Sículo recordará en sus cartas algunos de estos nombres, entre los que no falta el de Beatriz Galindo, citada también, y elogiosamente, por Nicolás Antonio en su "Gynecaeum Hispaniae Minervae".

La labor educativa de Beatriz Galindo, fue decisiva y admirada sin reservas por sus contemporáneos.

El rey Católico sabía latín desde su juventud; el traductor Francisco Vidal de Nova había sido su maestro.

Ante la creciente importancia del humanismo y los humanistas, la reina Isabel sintió deseos de aprender latín en su edad madura, tal vez empujada por las circunstancias, y contó con el apoyo de su camarera, y tanto debió aprender o tanto gustó de él, que lo hizo aprender a todos sus hijos.Estatua de Isabel Galindo

Juan de Lucena, en su Epístola exhortatoria a las letras, dice: «La muy clara ninfa Carmenta letras latinas nos dio: perdidas en nuestra Castilla, esta diva serena las anda buscando...

¿Non vedes quantos comienzan aprehender mirando su realeza?

Lo que los reyes facen bueno o malo, todos ensayamos de lo facer.

Jugaba el rey, éramos todos tahures; estudia la reina, somos agora estudiantes» (A. Paz y Meliá, Opúsculos literarios de los siglos XIV a XVI, Madrid 1.892, 216).

El humanista valenciano, Luis Vives, recoge muy bien el espíritu culto de la corte castellana:

«La edad nuestra vio aquellas cuatro hijas de la reina doña Isabel que arriba nombré tener muy buenas letras.

De todas partes me cuentan en esta tierra, y esto con grandes loores y admiración, la reina doña Juana... haber respondido de presto en latín...

Lo mismo dicen los ingleses de su reina Doña Catalina de España... y también de las otras dos que murieron reinas de Portugal» (Instrucción de la mujer cristiana, Buenos Aires 1.940, 26-27).

Hay que aclarar que la cultura latina aprendida por los infantes debió mucho a las enseñanzas de los humanistas italianos Alejandro y Antonio Geraldino.

Pero la fama de la preceptora española fue tal, que mereció figurar junto a Antonio de Nebrija y otros ingenios en algún poema.

Tras haber sido consejera de la reina Isabel, y aprovechando también de su experiencia Cisneros y Carlos V, Beatriz Galindo se retiró de la corte a raíz de la muerte de su marido.

Desarrolló en su vida una notable actividad benéfica, fundando el Hospital de la Concepción, llamado después de La Latina, y dos conventos a los que entregó su hacienda y su vida.

En el barrio de Salamanca de Madrid, se levantó un inmueble en homenaje a "La Latina" que se bautizó como edificio Beatriz.

Hace tiempo se denomino La Latina a una parte del Madrid antiguo y castizo, donde Doña Beatriz hizo sus principales fundaciones y conventos.

Por: P. Correa Rodríguez.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1.991

Fuentes:
http://poesiadelmomento.com
http://centros2.pntic.mec.es
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"Una sonrisa sucede en un instante y algunas veces su recuerdo permanece para siempre". (Anónimo)