El proverbio persa dijo:

"No hieras a la mujer ni con el pétalo de una rosa".

Yo te digo:

"No la hieras ni con el pensamiento" (Amado Nervo).

 

Efemérides: 8 de marzo

La presencia de las mujeres en el mundo de la política es cada vez más frecuente desde que consiguen la ciudadanía plena con el derecho al voto en 1931.

Las fotos dedicadas a la actividad política femenina pertenecen al período en que son elegidas las primeras representantes: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. A partir de entonces, todos los partidos y sindicatos se esforzarán por captar a las mujeres jóvenes para su causa.Mujer votando, 1933

Las elecciones de 1933 nos proporcionan imágenes de nuevas diputadas como María Lejárraga, Matilde de la Torre, Dolores Ibarruri, Veneranda García Manzano, etc.

María Dolores Pérez Enciso (1908-1949)
Maestra, escritora, periodista y política republicana. Había nacido en Almería el 31 de marzo y fue la primogénita de tres hermanos (Francisco, muerto muy niño, y Guillermo) de Francisco Pérez Castro y de Dolores Enciso Amar.

La familia se trasladó, siendo ella niña, al destino de trabajo de su padre, aunque, por enfermedad de este, regresan de nuevo a la casa familiar almeriense. Viuda la madre, abre una tienda de quincalla para sostener a la familia.

En 1923, con quince años, María comienza su carrera de Magisterio en Almería, aunque poco después se traslada a Barcelona para cursar la carrera, que concluyó en 1927.

Estuvo vinculada a la Residencia de Estudiantes de Ríos Rosas, en el barrio de San Gervasio de dicha ciudad.

En palabras de Antonina Rodrigo: «un lugar apacible, con una valiosa biblioteca; en el buen tiempo, las tertulias se celebraban en el jardín junto al verdor y el rumor del agua». En aquel lugar, antes de finalizar sus estudios, tuvo la oportunidad de conocer a la gran poetisa chilena Gabriela Mistral.

Allí coincidió también con gran parte de la intelectualidad y de los visitantes extranjeros que por allí pasaban: Pierre Vilar, Gaillard... Allí, continúa Rodrigo, «se formó culturalmente María Enciso y se acrisoló su compromiso ético, con honda inquietud social, dedicada a la enseñanza en las escuelas públicas».

Muy joven aún, se casó con Francisco del Olmo y tuvo una hija: Rosa del Olmo Pérez. Sin embargo, el matrimonio fracasó y en 1932 se divorciaron.

Poco después se uniría sentimentalmente con Ramón Costa –izquierdista–. María también había iniciado su compromiso militante con el Partido Comunista, de tal forma que, durante la Guerra Civil actuó como delegada de la República supervisando el acomodo de los hijos de los republicanos en Bélgica.

Finalizada la guerra española, comienza otro nuevo horror: las tropas nazis invaden Europa y Dolores regresa a Francia; de allí a Liverpool, camino de un exilio que no tendrá billete de vuelta. Dolores se exilia con su hija en Colombia. Allí trabajó como periodista para ganarse la vida, aunque siguió cultivando la literatura. Fue redactora del semanario Sábado, colaborando también con El Tiempo y la Revista de las Indias de la capital colombiana.

En 1945 viajó a Cuba, residiendo ella y su hija los tres meses que pasaron en La Habana, en una residencia regentada por un matrimonio español exiliado (Eduardo Ortega y Gasset y Adela, su mujer). Colaboró con El Diario de la Marina y de allí pasaron a México.

De nuevo comienza su trabajo literario compaginándolo con trabajos de periodismo «rosa» (colaborando con la revista popular Paquita del Jueves). También colaboró con el revolucionario El Nacional, en el suplemento semanal.

Durante su estancia en México se produjo el reencuentro con su amiga Mercedes Rull, de origen almeriense como ella, a quien había conocido en La Habana. De ella recogió el testimonio Antonina Rodrigo para elaborar la biografía de Dolores Enciso.

Ella la asistió hasta su muerte, y de ella hace este retrato psicológico: «(...) era una persona extraordinaria, servicial, que ayudaba a todo el que podía». Según la amiga, Dolores vivió su exilio siempre con la nostalgia por su país, por su madre, que quedó sola en Almería. Su hermano Francisco había podido salir del campo de concentración francés gracias a su ayuda, y emigró, como ella, a América.

En 1949 ejerció como catedrático de Filosofía en Caracas (Venezuela). María murió tras una operación de apendicitis. Fue enterrada en al Panteón Español, de México. Dejó una hija de trece años.

En su obra literaria, Dolores deja traslucir su reivindicación de la libertad y su interés por mantener viva la memoria histórica. Entre sus obras: "Europa fugitiva".

Celia Viñas (1915-1954)
Catedrática de Lengua y Literatura, escritora y poeta. Muy vinculada a la ciudad de Almería por su docencia.

Nació en Palamós, el día 16 de junio de 1915, aunque su infancia y su adolescencia transcurren en la isla de Mallorca. En la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona cursa sus estudios superiores y allí toma contacto con una actividad con la que siempre estaría vinculada: el teatro.

Durante sus años de estudiante participó activamente en todos los foros en los que la poesía y la literatura están presentes. Tras licenciarse, trabajó como becaria en el CSI y asistió a cursos en el Instituto Italiano de Cultura.

En el año 1943 consigue su cátedra de Lengua y Literatura española con el número uno. Su destino es Almería, ciudad que ya no abandonará hasta su prematura muerte en 1954.

Siendo profesora en dicha ciudad comienza a colaborar con una de sus alumnas, Tadea Fuentes, quien después estudiaría en la universidad de Granada Filosofía y Letras, como Celia.

Como apuntamos al principio, el amor por el teatro lo llevó Celia como una segunda piel. Maestra y alumna trabajaron juntas en varios proyectos: leyeron textos de autores dramáticos contemporáneos y representaron varias piezas teatrales.

Nos referiremos a una pieza en particular, elaborada por ambas, que titularon Plaza de la Virgen del Mar, acabada en 1949 y representada por ambas en el teatro Apolo de Almería, el 24 de abril del mismo año.

Era una comedia de títeres y hombres en tres actos, cuya acción se desarrollaba en la plaza de una pequeña ciudad (de ahí el título).

La autora recrea la plaza pueblerina, «un rincón del tiempo parado como un reloj», como afirman sus protagonistas, y la convierte en un micromundo en el que se adivinan ciertos aires de existencialismo en algunos de sus personajes (entre los que se encuentra un personaje femenino encarnado en una profesora de instituto).

En el estilo descriptivo, Celia se anticipó al tipo de escritura que utilizará Cela, por ejemplo, al escribir La colmena. Celia comparó el éxito de esta obra con las Bodas de sangre del granadino Federico García Lorca.

No tuvo menos elogios para con Tadea, a la que comparó con Margarita Xirgú. Con sus alumnos del Instituto de Almería montó varias piezas del teatro clásico español, y también de autores extranjeros, como O´Neill y Baty.

Pero su actividad intelectual no se queda en las tablas. También escribe y publica libros de poemas: Trigo del corazón, publicado en 1943, Palabra sin voz, publicada diez años después.

Ese mismo año, rememorando sus orígenes catalanes, escribe el poemario Del foc y la cendra, en catalán. La producción de la autora, a partir de esas fechas, está inspirada por la espiritualidad y, en algunas ocasiones, religiosa. Sus artículos sobre literatura fueron publicados en diversas revistas.

Murió en Almería el 21 de junio de 1954. No había cumplido aún cuarenta años. Dejó dos novelas inéditas.
Por: Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga.

Fidela Campiña Ontiveros (1894-1983)
Situación en el plano de TíjolaFidela Campiña nace en Tíjola, Almería, un 28 de enero de 1894. En su partida de nacimiento reza el nombre de Fidela, Ana y Josefa Campiña Ontiveros. Sus padres eran naturales de Lúcar. Antonio Campiña Caparrós era empleado del Ayuntamiento de Tíjola, desempeñando la función de recaudador de impuestos.

Dice Francisco Hernández Girbal, en su artículo aparecido en la revista Ritmo, que a los 6 años comenzó los estudios de solfeo y piano en el conservatorio de Madrid con el profesor José Tragó, y los de canto con el prestigioso maestro Tabuyo, obteniendo en 1913 el Diploma de Honor.

Hizo su presentación en el Teatro Real de Madrid como Margarita en la ópera de Arrigo Boito Mefistófeles. Tan grande fue su éxito que cantó a continuación la Elsa de Lohengrin.

A partir de entonces viajó por las principales ciudades del arte. En Europa: Madrid, Barcelona, Roma, París, Londres, Montecarlo, Holanda y Milán. En América cantó en los siguientes países: Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil, Argentina, Estados Unidos, Méjico y Cuba.

El Correo Musical Argentino de Buenos Aires, en diciembre de 1982, publicaba: “sus grabaciones operísticas comprenden solo seis caras de disco registradas acústicamente para el sello Columbia a comienzos de la década del veinte. Ellos son: L´altra notte infondo all´mare, Ritorna vincitor, Cieli azzurri, Vissi d´arte, Suicidio y D´amor sull´alli rose.

Fue dirigida por Vigna, De Sabata, Jonel Perlea, Serafin, Votto, Walter etc. Cantó todo lo de Wagner, Verdi, Puccini, Giordano, Strauss y Mascagni. Y lo hizo junto a Tito Ruffo, Ricardo Stracciari, Parmiggiani, Boris Christoff, Guichandut, Giuseppe Anselmi, Miguel Fleta, Cecilia Gagliardi, Toti Dal Monte, Nazareno de Angelis, etc.

Tal era su temperamento que recibió el apodo de “la leonesa”, según cita el Correo Musical Argentino.

En Nueva York, y ante 100 000 espectadores, cantó Cavalleria en el recinto de la Exposición Mundial del año 1940. En la Escala de Milán cantó Tristán e Isolda, bajo la dirección del maestro Sabata y después Nerone, que dirigió Pietro Mascagni (1934).

Su última actuación fue en Trieste y lo hizo con la ópera El ocaso de los dioses (1948).

Fidela CampiñaLo cantó todo:

Mefistófeles, Aida, La africana, Salomé, Tristán e Isolda, Sigfrido, Sansón y Dalila, Turandot, Il Re de Lahore, La fanciulla de west, Nabuco, Caballería Rusticana, La Gioconda, Norma, La Dolores, La llama, Lohengrin, La Boheme, El holandés errante, Tannhauser, El ocaso de los dioses, La walkiria, El trovador, La morisca, Los hugonotes, Otelo, Tosca, Carmen, Las golondrinas, Nerone, Maruxa, Mendi Mendiyan, etc.

Sigue diciendo Hernández Girbal: “Tenía cuatro ases (características) que guardaba para las grandes ocasiones: voz amplia, dicción impecable, temperamento arrebatador y talento interpretativo”.

Pocas pudieron comparársele. La gran extensión de su voz y la perfección de su escuela de canto le permitieron desde los primeros años de su carrera interpretar, con asombrosa brillantez, partes de soprano lírico-dramática.

Volviendo a su voz, quiero dejar constancia de que en cierta ocasión estuvo en Tíjola, en pleno apogeo de su carrera artística, y cuentan que después de visitar la ermita de la patrona, cantó en la puerta de la misma y tal era su voz que se oía en el Muro, es decir, en el otro extremo del pueblo.

Se retiró a la edad de 54 años y falleció en Buenos Aires un 28 de diciembre de 1983, recibiendo sepultura en el cementerio de La Chacarita.
Por: Juan Enrique Jiménez Salas, Profesor C.E.I.P Sagrado Corazón de Tíjola. Almería

Francisca Paula de Jesús Gil Cano (1849-1913)
Paula de Jesús Gil Cano nació en Vera (Almería) el día 2 de febrero de 1849, en el seno de una familia humilde.

Desde su nacimiento, sufre la pobreza más extrema, tanto en el aspecto material como afectivo. Su padre abandonó a la familia al nacer esta niña, la menor de seis hermanos, y como la madre carecía de medios para poder sacar adelante a la familia, tuvo que ingresar a sus dos hijos pequeños en la Casa de Misericordia de la ciudad de Cartagena (Murcia).

Paula pasó su infancia y juventud junto a las Hijas de la Caridad, siendo educada, según la costumbre de la época, en los valores cristianos y formada en las tareas domésticas. Allí permaneció hasta los 30 años, colaborando estrechamente con las Hermanas de la Caridad y destacándose por su sencillez, caridad y humanidad.

De una valía moral y espiritual extraordinaria, la personalidad de esta mujer es rica en múltiples facetas: fuerte y firme, decidida y perseverante en los objetivos que se propone; activa, metódica, disciplinada y ordenada; dotada de una gran capacidad de trabajo; segura y transmitiendo siempre confianza a las personas de su entorno; alegre, espontánea; altruista y siempre dispuesta a prestar ayuda, enseñar y apoyar a las demás personas, sobre todo a los sectores desfavorecidos de la sociedad, a pesar de su precaria salud.

Esa entrega incondicional a sus semejantes, esa necesidad de volcar todas sus energías en el ser humano es más fuerte en ella que el gusto por desarrollar ideas o aprender, pues, aunque dotada de una inteligencia natural, es persona más preocupada por resolver problemas de la vida cotidiana que dada a especular o a moverse en el terreno de las abstracciones.

A partir de la trágica riada que afectó a Murcia el 15 de octubre de 1879, comienza su labor de entrega a los demás, acudiendo a prestar ayuda y consagrándose, desde entonces, al cuidado de niñas y niños huérfanos. Para ello, y contando con la ayuda de algunas señoras de la ciudad, crea el asilo para niñas huérfanas.

Con la ayuda y el apoyo del padre franciscano Francisco Manuel Malo (OFM) funda el Instituto de Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción, extendiendo sus servicios desde este momento a toda clase de personas necesitadas.

Crea hogares, escuelas, hospitales, residencias para ancianos y personas marginales por toda la geografía nacional: Casa Madre en Murcia, Ondara, Valdepeñas, Almagro, Consuegra, Orihuela, Mora, Herencia y Madrid.

Su heroica labor a favor de quienes la necesitaban se manifestó, especialmente, en los contagiados del cólera morbo en Murcia (1885), a muchos de los cuales atendió personalmente en sus lechos de muerte. Varias hermanas perdieron su vida en esta labor de apoyo a las víctimas de la epidemia. De la misma forma actuaron en las inundaciones de Consuegra (Toledo) en 1891.

Tras una lucha constante tuvo la dicha de ver aprobadas sus Constituciones definitivamente el 14 de septiembre de 1903 por el Papa Pío X.

Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís crea su propia congregación. Sus hijas, las Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción han expandido su obra no solo por la geografía española sino también por toda Hispanoamérica y África.

Tras una vida entregada a los demás murió en la casa madre de Murcia el 18 de enero de 1913.

De lo anteriormente expuesto, se puede constatar que fue una gran mujer andaluza, humana, audaz, progresista, adelantada a su época, defensora a ultranza de la justicia social y preocupada por la educación y promoción de la mujer.

Su causa de canonización se inició en el obispado de Cartagena el 14 de noviembre de 1995 y en Roma el 24 de octubre de 1997, por lo que se está a la espera de su pronta beatificación y posterior canonización.
Por María Jesús Cazorla Núñez Profesora CEIP Reyes Católicos de Vera. Almería.

Dolores Rodríguez Sopeña (1848-1918)
Dolores Rodríguez Sopeña nació en Vélez Rubio, un día antes de que finalizara el año 1848.

Sus padres, Tomás Rodríguez Sopeña y Nicolasa Ortega Salomón, eran naturales de Madrid y de Peña del Campo (Palencia) respectivamente. Tuvo siete hermanos y ocupaba entre ellos el cuarto lugar por orden de nacimiento.

Debió de tener una altura de 1,63 metros, aproximadamente. El color de la piel, blanca. Los ojos castaños. El cabello también castaño.

Tuvo desde niña unos ojos enfermos, casi sin pestañas, pero no parece haber sufrido lo más mínimo por ello; al contrario, poseía el atractivo de una rica personalidad, producto de una inteligencia media-alta, gran intuición, lucidez mental e ingenio.

¡Era de carácter fuerte, genio vivo y voluntad muy firme!

Tenía decisión, intrepidez, valor, fortaleza de ánimo, fuerte sentido del deber, enorme capacidad de trabajo, constancia, dotes de organización, buen sentido y sociabilidad, que fue creciendo con los años, pues de niña y de joven era sumamente tímida.

Era una persona sincera, leal, franca, simpática, sencilla y de trato agradable. Mostraba una sensibilidad exquisita ante el sufrimiento y el dolor ajenos.

¡De joven era un poco melancólica!

Después no parece que volviera a experimentar este sentimiento, cuando tuvo grandes cosas en que ocuparse, cuando otras personas que la necesitaban fueron invadiendo prácticamente su vida.

No tenía carreras ni estudios especiales, sino la cultura general de una joven de familia media de su tiempo. Sí vivió en un hogar cultivado intelectualmente, pues su padre era juez.

En el terreno religioso, desde niña tuvo una fe enorme. Su padre y su madre fueron grandes creyentes, como lo atestiguan su vida y su muerte. Las creencias de la religión católica que le enseñaron fueron sus convicciones más profundas y crecieron con ella. Su fe alcanzó un alto grado de madurez y experiencia.

Toda su vida la dedicaría a los demás, a cuidar de que no faltara lo imprescindible a las personas que vivieran en su entorno.

Durante su infancia, recorrió con su familia varias localidades de las provincias almeriense y granadina. Con nueve años, y encontrándose con su familia en Ugíjar, comenzarían sus problemas con la vista.

Entonces la intervinieron practicándole la operación llamada en aquel tiempo “sedal”, que consistía en abrirle un canalillo por el cuello, introduciéndole un cordoncito de seda que atraía la supuración, desviándola de los ojos. Sin embargo, a lo largo de toda su vida sufrió este mal.

En 1866 se instala en Almería al ser nombrado su padre fiscal de la Audiencia.
Entonces comienza su labor de dedicación íntegra a los demás.

Recorre las cuevas de La Chanca con su amiga Araceli Núñez y, ante la adversidad y la penuria que encuentra, decide ayudar de alguna forma.

Así, cuando las obras de teatro que interpretaban no daban dinero suficiente para paliar las penas que hallaban, recurren incluso a disfrazarse de mendigas y pedir para poder mitigar el mal que tenían aquellas personas, según cuenta Florentino Castañeda en la revista Velezana.

Más tarde, trasladado su padre a Puerto Rico, la familia de Dolores fija su residencia allí, mientras ella permanece en Madrid, donde se recuerda y valora su trabajo en el Hospital de la Princesa y en la cárcel de mujeres. Viajará finalmente hasta ese país americano.

En todo este tiempo, Dolores ya ha iniciado su obra: abre centros de ayuda para los obreros, en Madrid y, luego, en toda España. Posteriormente, ella misma viaja por el mundo: Orán, París, Cuba, Chile, Buenos Aires, para acoger a las personas de las clases más desprotegidas.

Organiza un laicado comprometido en la promoción y evangelización del mundo del trabajo y funda una institución que continúa hoy su obra extendida por España, Italia e Hispanoamérica. Se cuentan hasta 199 viajes en cuatro años, a pesar de su enfermedad, pero alentada siempre por la miseria que encuentra y por el respaldo que le dan otras personas que la animan y la secundan.

El 10 de enero de 1918 falleció en Madrid con fama de santidad; entonces, quienes la acompañaban en su labor y los innumerables pobres a quienes alivió dijeron que había muerto la Madre de los Obreros.

Por todo el mundo quedaron sus centros para obreros, dentro de la institución que trabajaba bajo el nombre de Damas Catequistas.

Tres años antes de que falleciera se le concedería la Cruz de Alfonso X. Después se iniciarían los trámites para su elevación a los altares, y el 19 de junio de 1980, su Santidad el papa Juan Pablo II introduce su causa de beatificación.

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8 De marzo

¡Escuelas seguras para todas las niñas!

Dos nenas en el colegioEn todo el mundo las niñas sufren violencia en la escuela y su entorno a manos del profesorado, el personal del centro escolar u otros estudiantes.

Son agredidas de camino a la escuela o en los patios escolares.

Sufren amenazas de agresión sexual de otros estudiantes, son obligadas por los profesores a mantener relaciones sexuales...

Hay profesores que ofrecen notas más altas a cambio de dichos favores; e incluso, otras son violadas en la propia escuela, y otras son violadas en la sala de profesores.

Según estudios y encuestas, en Malawi, el 50 por ciento de las niñas escolarizadas afirmaba haber sido tocadas por profesores o compañeros con intención sexual.

En Estados Unidos, el 83 por ciento de las estudiantes de 12 a 16 años sufría alguna forma de acoso sexual.

En Tanzania, entre 2003 y 2006 se expulsó de las escuelas a más de 14.000 alumnas de educación primaria y secundaria porque se habían quedado embarazadas.

En Sudáfrica, una tercera parte de las violaciones de niñas ha sido cometida por profesores.Caminando hacia la escuela

En Jamaica, Togo, Nicaragua, Haití o México, la República Dominicana, Honduras, Guatemala, Panamá y otros países de Latinoamérica el acoso sexual está generalizado en la escuela.

La violencia hace que muchas niñas no lleguen a ir a la escuela, abandonen los estudios o no participen plenamente en la vida escolar.

Los efectos son dolor, miedo, baja autoestima, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y depresión.

El resultado es que innumerables niñas no llegan a ir a la escuela o abandonan sus estudios.

Todas las niñas tienen derecho a la educación en un entorno seguro, respetuoso y no discriminatorio.

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional lanza llamamiento mundial para poner fin a la violencia contra las niñas en las escuelas.

¡Actúa!

¡De todo corazón, gracias por no permitirlo!

Esteban Beltrán

Director – Amnistía Internacional

Sección Española

"La educación es la mejor manera de conseguir un futuro en el que los derechos humanos sean respetados en todo el mundo".

Fuente:
http://www.andalucia.cc/viva/mujer/aavalmer.html

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"Los grandes espíritus siempre encontraron la violenta oposición de las mentes mediocres" (Anónimo).