¡Efemérides!
Ángel de Saavedra Ramírez de Baquedano, Duque de Rivas, nació en Córdoba el 10 de mayo de 1791 y murió en Madrid el 22 de junio de 1865.
Hijo de Juan Martín de Saavedra y Martínez y de Doña María Dominga Ramírez de Baquedano y Quiñónez, marquesa de Andía y Villasinda, ambos grandes de España.
Fue el Duque de Rivas uno de los poetas más genuinamente españoles de su época.
En su producción literaria siempre domina un ferviente y desinteresado amor a la tierra en que nació.
Ángel de Saavedra, duque de Rivas, es una figura indispensable en la literatura del XIX.
El momento de transición que le tocó vivir hizo que participara de dos sensibilidades muy diferentes que tienen su reflejo en obras tan dispares como el "Don Álvaro" y los "Romances Históricos".
Con "Don Álvaro" inició una revolución en el teatro al plasmar en él las ideas románticas captadas en su exilio; y, con los "Romances Históricos", revalorizó el romance castellano y exaltó los valores de la España tradicional.
Estudió primero Letras, francés y elementos de Historia y Geografía bajo la dirección del canónigo Tostin, que vino de Francia huyendo de la Revolución de 1789.
Como consecuencia de una epidemia de fiebre amarilla su familia se vio obligada a trasladarse a Madrid, donde continuó su educación esmerada con Bordés, otro emigrado francés.
Al morir su padre, entró en el seminario de Nobles donde se le despiertan, al mismo tiempo, la vocación literaria y la pictórica y de su paso por él, queda constancia con toda claridad de sus sentimientos, vocación y aptitudes: acendrado patriotismo, luminoso entendimiento, prodigiosa memoria, férrea voluntad y devoción al arte.
A su vocación literaria, que entonces se tradujo en versiones poéticas de los clásicos latinos y en algunas composiciones originales, se unía su afición por el dibujo y la pintura.
A los 16 años ingresó de alférez sin despacho en el cuerpo de la Guardia Real.
Allí hace amistad con otros jóvenes de aficiones literarias, junto con los que editará una revista en la que Saavedra publicó sus primeros poemas.
Al estallar la guerra de la Independencia, participa en la batalla de Talavera, y su bautismo de fuego tuvo lugar en Sepúlveda; tomó parte en las batallas de Tudela, Uclés y Talavera, y quedó gravemente herido en el campo de batalla la víspera de la acción de Ocaña.
Un soldado le recogió al notar que aún vivía. Fue trasladado primero a Baeza y después a Córdoba donde finalizó su recuperación, aunque durante mucho tiempo se resintió de las once heridas recibidas en campaña.
Es trasladado a Cádiz en 1810, destinado al Estado Mayor General, dirigiendo el periódico del cuerpo y resumiendo los partes oficiales.
Sus aficiones como escritor y dibujante le granjearon la amistad de escritores de la talla de Martínez de la Rosa, Arriaza, Quintana, Juan Nicasio Gallego, conde de Haro y posteriormente duque de Frías; Cristóbal de Breña; etc.
A esta época juvenil corresponde, entre otras, el poema "El paso honroso", que narra las proezas de Suero de Quiñónez en el puente de Orbigo.
Asistió a las Cortes de Cádiz (1812), haciendo ostentación en "El Redactor General" de sus ideas liberales.
¡En 1819 lo encontramos ya en Córdoba!
En estos años ha escrito varios poemas, muchos de ellos de corte neoclásico, imitación de Meléndez Valdés, Quintana e, incluso, Garcilaso y Quevedo:
"A la declaración de España contra los franceses", "A la victoria de Bailén" (1808), "A la victoria de Arapiles", Cádiz, libre de sitio (1812), etc.
A consecuencia de su mal estado de salud por sus heridas, se retiró del servicio militar con el grado de teniente coronel, marchando a Sevilla donde publicó su primer tomo de Poesías (1814) del género pastoril, que es reeditado y ampliado en 1820.
En él aparecen, entre otros, poemas amorosos dedicados a una joven, "Olimpia", y percibe en su obra un cierto sentimiento prerromántico.
También el teatro atrae a Ángel de Saavedra desde época temprana.
Escribió cinco tragedias: "Aliatar", "Doña Blanca", "Maleck-Adhel", "Ataulfo" y "El duque de Aquitania", todas ellas de gusto francés.
Su primera obra, "Ataúlfo", una tragedia que fue prohibida por la censura, es de 1814.
Dos años más tarde estrena "Aliatar", que tuvo un gran éxito en Sevilla.
A ésta le siguen "Doña Blanca" (1817), "El duque Aquitania" (1818), "Malek Adhel" (1819).
Todas ellas son tragedias de corte neoclásico, en las que se respetan las unidades clásicas y se observa la influencia de autores como Quintana, Alfieri y Mme. Cottin.
Tras un breve viaje a París, hace amistad con Alcalá Galiano, que le empuja a actividades políticas.
Sale elegido diputado por Córdoba en 1821, aunque continúa sus actividades literarias.
De 1822 es su mejor tragedia, "Lanuza", obra en la que predomina un fuerte sentimiento patriótico muy acorde con los tiempos en que se estrena.
Ostentó el cargo de diputado y secretario de las Cortes, en las que votó la incapacidad de Fernando VII (1823).
El exilio
Condenado a muerte por haber votado a favor de la incapacidad del rey Fernando VII en 1823, se ve obligado a refugiarse en Gibraltar y salir más tarde para Inglaterra, donde permanecerá unos meses.
Durante la travesía de Gibraltar a Londres compone "Super flumina Babylonia" y "A las estrellas", breves poemas líricos, y en Londres, "El desterrado", un poema largo en el que puede apreciarse ya la sensibilidad romántica y que, al parecer, gozó de gran popularidad entre los emigrados liberales en Inglaterra.
En Londres, ciudad en la que coincidió con otros emigrados liberales como Alcalá Galiano y José Joaquín de Mora, Ángel de Saavedra se ganaba la vida dando lecciones de español.
El año de 1824 se vio obligado a regresar a Gibraltar por ser nocivo para su salud el clima inglés.
En 1825 contrajo matrimonio, y con su esposa marchó a Italia donde por su calidad de emigrado español fue mal visto por las autoridades y aun le fue prohibido permanecer en los Estados Pontificios.
En estas circunstancias embarcó hacia Malta donde le brindaron una franca acogida, permaneciendo en esta isla más tiempo del que en un principio se había propuesto. Permanecerá ahí alrededor de cinco años.
Allí comienza su amistad con John Hoockam Freere, antiguo embajador inglés en España, buen conocedor de la lengua y la literatura españolas.
Al parecer, el embajador hizo conocer a Rivas la obra de Shakespeare, Lord Byron y Walter Scott y le reconcilió con la literatura antigua española.
Le regaló una colección antigua de las Obras Completas de Lope de Vega y algunas crónicas de reyes castellanos y le estimuló a escribir de manera más personal, orientándole hacia el Romanticismo definitivamente.
En esta isla, donde nacen tres de sus nueve hijos, Rivas se dedica a leer, escribir y pintar.
Concluyó su poema "Florinda" y escribió la tragedia "Arias Gonzalo" (1828), la comedia "Tanto vales cuanto tienes" (1840) y "El faro de Malta" (1834), que destaca por su claro romanticismo, y una parte de "El moro expósito" (1829 a 1833), que terminaría en París, a donde se dirige en 1830.
Y también abrió una escuela de pintura en Orleáns.
En Tours parece que escribió la primera versión de "Don Álvaro o la fuerza del sino".
En 1833 muerto Fernando VII, la amnistía decretada por la reina gobernadora permitió al poeta entrar en España el 1 de enero de 1834.
Hasta esa época la vida de Ángel de Saavedra fue un calvario de infinitas amarguras.
Sus poesías eran vistas con interés por los eruditos pero no merecían ningún éxito popular.
Su obra pictórica pasaba por completo inadvertida, y sus tragedias, fueron como mucho, aplaudidas con poco entusiasmo.
En 1833 escribió "El moro expósito" en Tours.
El poema apareció en París en 1834 y fue el anuncio de la buena nueva del romanticismo que al año siguiente triunfaba en el teatro con su famoso "Don Álvaro o la fuerza del sino" (1835).
Por el fallecimiento de su hermano mayor heredó el ducado de Rivas.
Fue ministro de Gobernación con Istúriz en 1836.
Al año siguiente acusado de reaccionario, se vio obligado a huir a Lisboa y Gibraltar.
Esta emigración duró poco más de un año. En 1837 fue elegido senador por la provincia de Córdoba.
En 1838 en Sevilla escribió las tres comedias de capa y espada:
"La morisca de Alajuar" (1841), "Solaces de un prisionero" y "El crisol de la lealtad" (1843); el sainete "El parador de Bailén"; el drama "El desengaño de un sueño" (1844), su obra teatral más notable después del "Don Álvaro", y sus "Romances históricos", publicados en Madrid en 1841.
Al ser declarada mayor de edad Isabel II, el duque de Rivas, marchó a Nápoles con el cargo de ministro plenipotenciario de España.
En 1846 regresó a España para felicitar a Isabel II por su casamiento.
Volvió a Nápoles donde escribió "La historia de la sublevación de Nápoles, capitaneada por Massaniello", que se publicó en Madrid en 1847-48.
En los últimos tiempos escribió:
"El crepúsculo de la tarde"; "La azucena milagrosa"; "Maldonado"; "El aniversario".
Murió en palacio, siendo director de la Academia española. Había ingresado en ella como miembro honorario en octubre de 1834.
Fue también el Duque de Rivas elocuente orador y hombre de cordial trato.
Caballero del Toisón de Oro, fue número de la Academia de Historia y poseyó la gran cruz de Carlos III.
Fue enterrado en Rivas, junto al Jarama, antiguo señorío de su familia.
En 1914 se trasladaron sus restos desde la capilla del Cristo de Rivas al cementerio de San Isidro, en Madrid.
Fuentes:
http://www.acropoliscordoba.org/cordoba
http://www.e-libro.net
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"La ignorancia de bien y del mal es lo que más perturba la vida humana" (Cicerón).