San Juan de la Cruz, 1542-1591; la voz de la poesía misteriosa.

Poeta, con apenas 1000 versos expresando la explosión del "alma enamorada".

Reformista, que desde la fe sabía contemplar la belleza, los valores humanos y al hombre.

Místico, que esperaba y deseaba la muerte como liberación.

"La noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena, que recrea y enamora".

Aunque mística es sinónimo de misterio, es preferible llamar misteriosa, como hizo Lope de Vega, y no mística a la poesía.

Más, mucho más que místico, misterioso, se nos parece el sublime poeta y santo Juan de la Cruz.

A mí me parece mucho más santo que místico san Juan, como mucho más santa que mística, con serlo ambas cosas, santa Teresa. Aunque la santidad sea siempre misteriosa...

Volvamos los ojos, en este instante, a la lectura de Juan de la Cruz, misterioso santo, misterioso poeta.

La poesía religiosa de san Juan de la Cruz –¿religiosa y no mística?– religiosa cristiana, como la de Lope, como la de fray Luis, ¿no es sencillamente poesía y sencillamente misteriosa?

Poesía estremecida de misterio divino como aquellas otras de Jorge Manrique y Garcilaso; de Lope y Gil Vicente; de fray Luis y de Góngora; de Calderón y de Quevedo, y como la del romántico Bécquer.

Se ha dicho, creo que justamente, que solamente el verso becqueriano en nuestra lengua alcanza en su poético estremecimiento el verso de san Juan de la Cruz.

Arte de temblar llamamos a esta poesía, a la poesía.

¿Tiembla el misterio? Misterioso santo, misterioso poeta, nuestro san Juan, nos dejó dichas en sus estremecidas palabras aquel misterio tembloroso.

Si fue mística su motivación, su expresión nos parece sencillamente misteriosa; misterio de la fe y de la caridad –del amor–, y de la esperanza; misterio integrador o reintegrador del hombre...

"Noche oscura"

"En una noche oscura,
con ansia, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía
adonde me esperaba
quien bien yo me sabía
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo me regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire del almena,
cuando ya sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cabello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y dexéme,
dexando mi cuidado
entre las azucenas olvidado".

En casi toda la obra poética de San Juan de la Cruz, los elementos de poesía amatoria han sido divinizados.Famoso cedro bajo el cual S. Juan compuso parte de su obra.

Hablar "en cristiano", llama el pueblo español a esta figura: a esta luminosa y misteriosa oscuridad y claridad de la poesía.

Napoleón llamó dicen, a este habla o lenguaje religioso cristiano español, popularizado en España por su poetas: "Hablar con Dios".

¡Que es lo que el pueblo español afirma cuando quiere decir lo mejor de todo!

Aquella santidad despojada y desnuda de nuestro san Juan, tan armonosiamente perfecta, como la perfección de su poesía misteriosa, ¿provienen de su misticismo?

Esa santidad, esta poesía, tan hondas, tan claras y tan puras, ¿lo son por ese misticismo que se dice que las motiva y acompaña?

Todo es misterioso en Juan de la Cruz, misterioso santo, misterioso poeta, para quién la música callada viene a ser lo mismo que la soledad sonora, por el cantada junto a ella, sin separarla ni por un solo verso:

"La música callada, / la soledad sonora".

La imagen corresponde al famoso cedro bajo el cual S. Juan de la Cruz compuso gran parte de su obra.

Biografía san Juan de la Cruz (Juan de Yepes)

Su verdadero nombre era Juan de Yepes y Alvarez.

Nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros, pequeño pueblo abulense perteneciente a Castilla y León, una comunidad autónoma de España.

En su infancia sufrió privaciones de todo tipo, agravadas por la temprana muerte de su padre, cuando Juan tenía seis años.

A los nueve años, se trasladó con su madre al abulense pueblo de Medina del Campo...

Juan ingresa en el Colegio de la Doctrina de Medina del Campo, institución para niños pobres y huérfanos, donde aprende las primeras letras.

Pasado algún tiempo, se le inicia en el aprendizaje de diversos oficios, fracasando sucesivamente en todos.

Ante esta falta de aptitud para los trabajos manuales, entra de monaguillo en un convento.

En el Hospital de la Concepción, colabora como enfermero y dedica sus horas libres al estudio y, posteriormente, comienza sus estudios de humanidades a los 17 años, en el colegio de los jesuitas de Medina del Campo.

Juan decide abandonar el mundo y vestir el hábito de carmelita.

En el año 1563 toma los hábitos de la orden religiosa Carmelita, adoptando el nuevo nombre de fray Juan de san Matías.

En 1564, llega a la Universidad de Salamanca para estudiar teología. Terminados sus estudios y ordenado sacerdote en 1567, regresa al convento carmelita.

En el año 1567 es ordenado sacerdote, y adopta el nuevo y definitivo nombre de Juan de la Cruz.

Su ilustre paisana de Ávila, Teresa de Jesús, trabó gran amistad con él y le integró en el movimiento de la reforma carmelita que ella había iniciado.

En 1568 Juan de la Cruz fundó el primer convento de Carmelitas Descalzos, los cuales practicaban a ultranza la contemplación y la austeridad.

Unos años después, 1577, sus intentos reformistas de las órdenes monásticas, le llevaron a sufrir nueve meses de dura prisión en un convento de Toledo, acusado de apóstata.

No había hecho más que empezar el largo calvario de este frailecico pequeño, casi "medio fraile".

De su cautiverio en aquella cárcel-convento de Toledo, nace la composición de su obra cumbre: "Cántico espiritual".

En otras poesías se puede llegar a entrever en lenguaje subliminal, el relato que hace de su astuta y sorprendente huida en la madrugada del 15 de agosto de 1578, estando la fortaleza sobre un peligroso acantilado sobre el tajo profundo que ciñe a Toledo.

Para huir de la prisión conventual toledana, contó con las influencias que ejerció su paisana Teresa de Jesús, ante la duquesa de Alba.

En su huida dio en refugiarse en un convento de Jaén y continuó con la reforma carmelitana, fundando varios conventos por Andalucía.

En esta región llegó a ser nombrado Vicario Provincial de la orden de Carmelitas Descalzos; pero el buen Juan siguió con su obstinación de la reforma, lo que le llevó a enfrentamientos con la jerarquía religiosa y a sufrir nueva prisión en el convento de la Peñuela, en plena Sierra Morena (1577-1578), en donde culminó la escritura de sus principales obras literarias.

Por fin es excarcelado... y continúa su trabajo de reforma de la orden, viajando por los campos de Castilla y Andalucía, siendo obediente a las normas de su orden, pero independiente a la hora de emitir su criterio.

Juan fue elegido prior de varios conventos, y de 1585 a 1588 viaja por los pueblos de Andalucía como definidor y vicario provincial.

Su fama de santo va creciendo, pero su rebeldía, hizo que fuera enviado como simple fraile, a Peñuela, un solitario convento de Sierra Morena.

Juan se dispone a cumplir con el traslado que se le impone a América, el 14 de diciembre de 1591, muere a la edad de 49 años.

135 años después, es elevado a la categoría de santo, por la iglesia católica.

Este sublime poeta, rebelde y santo, comenzó su "cántico espiritual" en la cárcel (1578), y lo terminó en Granada entre 1582 y 1585.

"Noche oscura" debió ser redactado a principios de 1579, y "Llama de amor viva" fue escrito en Granada en 1584.

Murió en Ubeda, el 14 de diciembre de 1591.

La obra poética de san Juan de la Cruz está inspirada en un profundo sentimiento religioso.

A decir de algunos de sus biógrafos, su poesía en general tiene un estilo similar al bíblico \"Cantar de los cantares\" atribuido a Salomón.

Nuestro poeta era un gran conocedor de la "Biblia" y de la filosofía aristotélica y platónica; también su obra nos trae aromas de las "Églogas" del poeta toledano Garcilaso de la Vega, muy impregnadas de un cultismo italianizante.

El estilo poético que imprime a su célebre "Cántico", que algunos denominan "Cántico espiritual"), tiene un gran ritmo y musicalidad; compuesto a base de liras –estrofa ideada por Garcilaso– en las que mezcla y alterna versos heptasílabos y endecasílabos.

Toda la obra de san Juan de la Cruz está impregnada de un gran misticismo simbolista; también rezuma un típico estilo de la poesía bucólica y pastoril.

Hay quien afirma –aunque para nada lo comparto–, que su obra poética está cargada de una encriptada sensualidad e incluso de cierto erotismo.

Son parecidas apreciaciones a las que algunos estudiosos creen adivinar en los textos bíblicos ya mencionados.

Obra literaria:
Pocos poetas han sabido encerrar tanta calidad en tan corto número de versos como San Juan de la Cruz.

Apenas 15 poemas han bastado para colocarle a la cabeza de nuestros líricos.

Todo se reduce a:

–Dos composiciones en liras:
"Noche oscura" y "Cántico Espiritual".

–Uno en estrofas aliradas:
"Llama de amor viva".

–Dos en coplas:
"La Fonte" y "El Pastorcito".

–Cinco glosas:
"Entreme donde no supe", "Vivo sin vivir en mí", "Tras de una amoroso lance", "Sin arrimo y con arrimo", "Por toda la hermosura".

–Un par de romances:
"Sobre la Trinidad y la Encarnación", "Sobre el salmo Super Flumina".

–Dos letrilla:
"Del verbo divino", "Suma de la perfección".

–Unos aforismos místicos:
"Para venir a gustarlo todo".

Su labor creadora se demuestra lenta, concentradora. Siempre escribe versos inspirado por el calor de vivencias auténticas.

Poesía escrita con el máximo amor y respeto por el signo lingüístico que hace posible la comunicación del Misterio.

Sus grandes poemas son inseparables de sus experiencias místicas, pues han sido compuestas en esos momentos de arrebato.

Toda la poesía de san Juan es poesía de Amor.

Leídos con ojos estrictamente humanos, sus versos recogen todas las peripecias de la experiencia amorosa.

Acaso nadie ha dado una definición más bella de amor como él. Nunca se ha cantado el amor con tanta hondura y belleza:

"¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh, noche que juntaste Amado con amada,
amada en el Amado transformada!".

Sus obras en verso, además del "Cántico" ya citado y descrito, son:

"Noche oscura"

"Llama de amor viva"; y un conjunto de poemas menores entre los que destaca "El pastorcico".

En 1993, es proclamado Patrón de los poetas de Lengua española.

Fuentes:
http://www.los-poetas.com
http://www.analitica.com
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"Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor" (San Juan de la Cruz).

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