Apenas cuarenta y ocho horas después de haber finalizado el primer trasplante de cara en España, el cirujano Pedro Cavadas, del hospital La Fe de Valencia, ha dado a conocer más detalles.
"Es la primera ocasión en el mundo en que se trasplanta la lengua, la
mandíbula, junto con la parte inferior de la cara", ha señalado, tras mostrar su
indignación por las filtraciones de la identidad del donante.
Además del indudable éxito médico de la operación, varios temas éticos se
suscitan acerca de la preservación de la dignidad humana: el de los trasplantes
y el del cambio de personalidad que puede implicar, así como los valores éticos
que debe detentar cualquier médico.
"Es una rueda de prensa peculiar. Mi religión y la de cualquiera medianamente
razonable me impide hablar de un caso en evolución posoperatoria, en la que
pueden surgir muchas cosas", ha declarado Cavadas. Sin embargo, ha explicado que
se ha decidido a hablar pronto porque "se ha violado algo tan sagrado como la
intimidad del donante".
"No sé a quién hay que reñir, pero quien sea, que conjugue el verbo de no lo
volveré a hacer", ha dicho el cirujano valenciano, visiblemente molesto.
Actualmente, el paciente, que antes de la intervención llevaba una calidad de
vida "muy mala", se encuentra en planta custodiado".
Sin rostro por la radioterapia
Acompañado por el consejero de Sanidad, Manuel Cervera, el cirujano ha explicado
los detalles de la cirugía realizada hace dos días a un hombre de cuarenta y
tres años. "Es un trasplante muy especial, pues es la primera ocasión en el
mundo en que se trasplanta la lengua, la mandíbula, junto con la parte inferior
de la cara".
El paciente perdió la parte inferior del rostro, "desde las comisuras de la boca
hasta la base del cuello" (labio inferior, mandíbula y lengua), como
complicación de la radioterapia recibida para un tumor. Tras múltiples intentos
de reconstrucción, las técnicas empleadas no evolucionaron como se esperaban.
"El calvario duró once años y su única opción era el trasplante de cara,
mandíbula y lengua. Ahora, debería ser capaz de tragar, algo que no ha podido
hacer durante once años y por ello llevaba una sonda de alimentación; debería
recuperar la sensibilidad de la lengua, incluso parte del sentido del gusto en
uno de los lados; y debería recuperar la dignidad humana".
Queremos resaltar desde estas líneas especialmente la magnitud humana y ética de
este doctor, con entrevistas y fragmentos de diálogos realizados en distintos
medios.
El cirujano Cavadas cree que el único límite ético es que la persona recupere la
dignidad y calidad de vida
Valencia, 15 de febrero de 2009 (EFE).- El cirujano Pedro Cavadas, el primero en
el mundo que ha trasplantado los dos brazos a una mujer y que este año podría
hacer el primer trasplante de cara en España, considera que el único "límite
ético" es ser capaz de "aliviar el sufrimiento de una persona que te pide ayuda"
y que esta "recupere la dignidad y calidad de vida".
En los desayunos de la Agencia EFE en el Hotel Westin de Valencia, el pasado mes
de febrero, Cavadas ha reconocido que acepta los casos "casi imposibles" y que
"al final nadie quiere" porque estima que “merece la pena complicarme la vida y
aceptar retos, en algunos casos difíciles".
"Son casos en los que puedes decirle que su caso es muy complejo y en los libros
dice que no tiene solución, por lo cual el paciente se va y sigue con su poca
calidad de vida y su estado miserable para siempre, o complicarme la vida y
pelear por un caso difícil a cambio de que esa persona recupere la dignidad y la
calidad de vida", ha asegurado Cavadas.
Trabajador incansable, realiza al año alrededor de 1400 intervenciones
quirúrgicas, muchas de las cuales son casos que "prácticamente desechan" en
otros sitios, y este año se desplazará en tres ocasiones a África, donde desde
el 2004 tiene en marcha varios proyectos a través de la Fundación Pedro Cavadas.
Cavadas, de cuarenta y tres años, tuvo que decantarse por la sanidad privada
porque cuando terminó la especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética
en el Hospital La Fe de Valencia no pudo conseguir una plaza, aunque confiesa
que la cirugía cosmética "no me gusta, no la practico y espero no hacerlo
jamás".
Ahora su fundación tiene un concierto con la Consellería de Sanidad para
intervenir a pacientes especialmente complejos en el sistema público. "Ha sido
un camino muy largo, dando un rodeo enorme para acabar prácticamente haciendo lo
mismo".
Este concierto con la Administración le permitió en 2006 realizar el primer
trasplante de ambas manos en el mundo a una mujer, en 2007 el segundo trasplante
bilateral de antebrazos y manos en España a un hombre, y en 2008 el primer
trasplante de ambos brazos en nuestro país.
Ahora prepara su siguiente reto, el primer trasplante de cara en España, una
intervención que, según asegura, se hará a lo largo de este año, y para la que
ya tiene tres candidatos, aunque espera algún donante.
"Las medicaciones no son ninguna broma y por eso los trasplantes se reservan
para situaciones desesperadas", ha señalado Cavadas, quien ha agregado que “el
riesgo de la medicación compensa el beneficio" si al paciente se le trasplantan
las dos manos o un segmento importante de la cara.
Cavadas ha indicado que se está investigando la creación de medicamentos menos
tóxicos y que permitan que el sistema inmune tolere el órgano trasplantado, algo
que podría conseguirse "en no muchos años", aunque de momento hay uno o dos
fármacos que son imprescindibles, pero tienen muchos inconvenientes.
"Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos", asegura Pedro Cavadas al ser
preguntado por las críticas que recibe de algunos detractores de las
intervenciones que realiza, y se pregunta qué les incomoda si lo que se hace
"son cosas inusuales para mejorar la calidad de vida de una persona".
A su juicio existe un "límite ético clarísimo, y es que no puedes dejar de hacer
algo que podrías hacer y que mejoraría el problema o aliviaría el sufrimiento a
una persona que te viene pidiendo ayuda. Con todo mi respeto, todo lo demás son
pamplinas".
A su juicio, la cirugía reconstructiva es una especialidad "maldita", ya que los
cirujanos que se dedican a ella, pocos "pero muy buenos", tienen la "tentación
de la cirugía cosmética, que es mucho más sencilla".
Cavadas ha avanzado que en los próximos meses su equipo trabajará en una técnica
quirúrgica que permite paliar algunos de los problemas de las paraplejias
traumáticas, y que se basa en el trabajo del médico italiano Giorgio Brunelli,
que ya tiene tres casos operados.
Además, considera un "terreno interesante" hacer trasplantes a niños que han
nacido sin extremidades por una enfermedad congénita, aunque no se ha hecho
ninguno de estas características, ya que existe una incertidumbre sobre el
resultado funcional que va a tener.
"Que nadie me diga dónde está el límite ético para salvar a mi hija"
La clínica del doctor Pedro Cavadas es un ir y venir de pacientes que buscan una
última solución casi a la desesperada.
–¿Ve límites éticos en este caso?
No es un problema ético. ¿Acaso no es ético devolverle a una persona la
dignidad? Hace años, si alguien tenía un cáncer era por voluntad de Dios y no se
podía interponer el hombre, no era ético tratarlo. Eso era un enfoque antes,
pero en el año 2009 es ridículo. La gente más sana y cómoda es la que más habla,
y le dice a quien está realmente jodido lo que es ético y lo que no. Si mi hija
tiene leucemia, que a nadie se le ocurra decirme hasta dónde puedo llegar o no
para salvarla. El único límite ético es el bienestar del paciente.
El único límite ético es el bienestar del paciente.
–¿Acuden muchos pacientes así de desesperados a su consulta?
–Muchos... Están hasta el moño o llevan mucho tiempo con problemas.
–Esperando un milagro...
–Sí, pero aquí no se viene a por milagros, sino a que les digan la verdad. Si su
problema tiene solución se les cuenta y, si no, también. La verdad unas veces es
divertida y otras no.
–¿Cómo es una jornada de trabajo suya?
–Muy mala para la salud (ríe). Se trata de jornadas largas. Dependiendo del día,
tengo quirófano por la mañana y por la tarde, o quirófano y consulta kilométrica
por las tardes.
No me rindo jamás. Si empiezas un caso, hay que terminarlo.
–No es de los que se rinde fácilmente.
–Ni fácilmente ni nunca. Es un principio básico: no rendirse ni retirarse jamás.
Lo que hay que pensar bien siempre es si empiezas un caso, porque entonces hay
que terminarlo.
–¿Responden las agresiones a médicos a la incomprensión del paciente?
–No creo. El problema es que cuando a alguien le dan algo gratuito no lo valora.
No digo que haya que cobrar por ello, pero la gente debe ser consciente de que
los servicios sanitarios no son gratis, aunque lo parezcan. Al final, se
desbordan y se acaba agrediendo a un médico.
Cooperar en África me devuelve a la esencia de la medicina
–¿Qué suponen para usted los viajes de cooperación a África?
–El contrapunto necesario. Sin eso es muy fácil olvidarte de la esencia de la
medicina, que es la dimensión humana, porque en Occidente estás rodeado de
tecnología y vanidad.
–¿Con qué asiduidad va?
–Acudo al norte de Kenia tres o cuatro veces al año para unas cincuenta
operaciones en una semana. Estuvimos en marzo y volveremos en agosto. (16 de
mayo de 2008)
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Por las manos del cirujano Pedro Cavadas (Valencia, 1965) ha pasado el primer
trasplante completo de brazos de España, el segundo del mundo. Antes, había
trasplantado manos y reconstruido penes y cráneos. Y ahora, ya se está
preparando para llevar a cabo el primer trasplante de cara en España para un
hombre joven al que le falta parte del rostro. La intervención, prevista para el
año próximo, sería el cuarto trasplante de cara del mundo.
Pregunta. Hay muy poca experiencia en el trasplante de cara. Dos en Francia y
uno en China. ¿Cómo prepara el suyo?
Respuesta. Ya hemos hecho la simulación quirúrgica con dos cadáveres, uno como
donante y el otro como receptor, en la facultad de Medicina del CEU de Valencia.
La realidad es que nadie tiene experiencia en trasplantes de cara. Los que más
tienen son los dos médicos franceses, pero con solo dos casos, eso no es tener
experiencia. Aunque no hay ninguna cirugía que se le parezca, guarda muchas
similitudes con las intervenciones de reconstrucción microquirúrgica que nuestro
equipo hace todos los días. El problema es que existen intervenciones en las que
alguien tiene que ser el primero en aplicarlas.
P. ¿Qué parte es la más difícil?
R. Todo es microcirugía, pero lo más complicado es sincronizar los tiempos entre
el equipo que prepara la cara del receptor, sus arterias, los nervios... y el
equipo que extrae la cara del donante, al que además se le ha de colocar una
mascarilla de silicona para minimizar el impacto estético por respeto a sus
familiares.
P. ¿A quién se aplica un trasplante de cara?
R. El candidato por excelencia es una persona con una pérdida muy importante en
una parte o toda la cara, y que no obtenga buenos resultados con las técnicas de
reconstrucción normales, las que utilizan tejido propio del paciente. También se
puede aplicar a personas con tumores benignos o malformaciones vasculares muy
desfigurantes, como la neurofibromatosis, la enfermedad del hombre elefante.
P. ¿Quién va a ser el primero a quien le trasplante una cara?
R. Tenemos un primer paciente, un hombre a quien le falta parte de la cara. No
puedo dar más datos. Una vez esté operado y trasplantado, él mismo decidirá si
quiere exponerse ante los medios de comunicación o no. Había otros dos
candidatos, una mujer y un hombre jóvenes, pero de momento no se les operará.
P. ¿Qué puede hacer que un paciente deje de ser candidato?
R. Que sea candidato desde el punto de vista anatómico no significa que sea un
candidato en toda regla. Puede desestimarse porque su personalidad no sea la
apropiada para la cirugía.
P. ¿Y cuál sería una personalidad no apropiada?
R. Hay muchas. Por ejemplo, que el paciente no tenga un concepto realista del
procedimiento y crea que el objetivo es restablecer la cara que tenía antes del
accidente. Con el trasplante se le pone una cara humana, pero es imposible
restablecer la cara de antes. También debe tener un equilibrio psicológico,
porque si una vez hecho el trasplante se desestabiliza, puede abandonar la
medicación para evitar el rechazo.
P. Pero es normal que se aspire a recuperar la cara.
R. Puede recordar la cara que tenía, pero la realidad es que ya no la tiene. El
objetivo es proporcionarle una cara en las mejores condiciones, que le permita
socializarse con normalidad.
P. ¿Y recuperar la identidad?
R. Los trasplantes de cara tienen muy poco que ver con la identidad. Eso viene
del cine y de la literatura, pero no es la situación médica. Tú eres tu
pensamiento, tus emociones... Te puedes poner una careta y no por eso cambia tu
identidad. En el caso de un paciente que ha perdido la cara, a quien la gente
identifica por su deformidad, no cambia su identidad, le damos unas facciones
que visualmente no resultan agresivas.
P. Para la familia del donante ¿es más difícil donar la cara que otros órganos?
R. Muchísimo más. Es más fácil donar órganos internos. La cara y las manos son
algo que has visto, que has tocado; son órganos cargados de emotividad.
P. ¿Se acaba pareciendo el receptor al donante?
R. Eso no es relevante. En el parcial, no. En el completo, que aún no se ha
hecho con pacientes, se ha visto en trabajos experimentales con cadáveres que el
resultado acaba siendo algo intermedio, pero el parecido no es sustancial.
P. ¿Por qué se ha especializado usted en misiones imposibles?
R. Vale la pena complicarse a cambio de mejorar la calidad de vida de las
personas.
P. Usted dice, con ironía, que tiene un club de fans, en referencia a quienes le
critican.
R. Sobre mí han dicho de todo. Pero ¿se imagina estar pendiente todo el rato de
lo que dicen los demás? Me da pereza pensar en ello. Como decía don Quijote:
"Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos". Antes buscaba confrontación, ahora me
da bastante igual. Solo me importa lo que digan las personas mayores y la gente
razonable y honesta.
P. Usted tiene una fundación. Cada verano va a Kenia y opera a personas que han
sufrido mutilaciones. ¿Cómo lleva el pasar de la cirugía altamente tecnificada a
la cirugía de campaña?
R. Es la noche y el día. Imagine cuántos amputados hay en Sierra Leona o en
Ruanda. Imagine lo que se podría hacer. Pero es impensable, porque además no se
les podría facilitar la medicación. Me irrita pensar que dos personas con el
mismo problema, por vivir en partes distintas, uno tiene acceso a un tratamiento
y otro nunca lo tendrá
1. Hola Pedro. Me gustaría saber si ha aprendido su técnica de otros médicos
(españoles o extranjeros) o si se considera usted un pionero y lo ha aprendido
todo por sí mismo.
–He aprendido muchas cosas de otra gente y sobre lo que he aprendido he
desarrollado algunas cosas. Después de mí, alguien desarrollará cosas con lo que
aprenda de mí. Así es como funciona la medicina.
5. Con todos mis respetos y admiración hacia su trabajo, ¿no se siente un poco
como el doctor Frankenstein? Hilando con la anterior pregunta, ¿dónde cree que
se encuentra el límite de los trasplantes e implantes? Si es una cuestión tan
solo de tecnología, podría llegar un día en que el mito de Frankenstein dejara
de serlo, ¿o no? Saludos.
–Límite tecnológico no hay. Los límites éticos los tiene que decidir el paciente
y no el público general. El único límite es el ser capaz de mejorar la calidad
de vida de los pacientes.
6. ¿No cree usted que podemos entrar en una carrera del "más difícil todavía"
sin pensar en el verdadero protagonista, que es el paciente? Muchas gracias y un
saludo desde Cádiz.
–No hay otro motivo para hacer cualquier acto médico que buscar la mejoría de un
paciente. La vanidad del cirujano no es un motivo para un tratamiento.
14. ¿Se le ha planteado alguna vez alguna duda ética a raíz de una operación?
–Siempre y cuando se mejore la calidad de vida de un paciente no hay
considerandos éticos. Las dudas éticas surgen solo cuando hay más motivos aparte
del beneficio del paciente.
21. Soy una gran admiradora y seguidora de sus proezas; felicidades por los
éxitos ya conseguidos. Me consta que tiene una fundación, y quisiera colaborar
con la misma. ¿Acepta recursos económicos sin más o por ser una fundación deben
tener una procedencia limitada? ¿Cómo podría gestionar mi colaboración? Gracias.
–La fundación acepta contribuciones económicas. En la página web de la fundación
puede encontrar los detalles. Gracias por su interés. www.pedrocavadas.com
32. ¿Qué objetivos tiene la fundación que sustenta?
–Por un lado, proporcionar cirugía reconstructiva a pacientes desfavorecidos de
países africanos. Además, damos formación a cirujanos locales para que
desarrollen esta cirugía en sus países.
23. Dr. Cavadas, me gustaría saber, cuando opera en África con su fundación, ¿
cuál es la experiencia que se trae a España de esas operaciones y de aquella
gente? Muchas gracias
–La experiencia humana de compartir un tiempo con quien no tiene nada y ser
capaz de ayudarles a cambio de nada no tiene precio.
26. Hola, fui un compañero de clase de su hermano, "Edi", que era un aventajado
para los estudios y muy inteligente. ¿Cree usted que el componente genético es
parte de su éxito? ¿O solo se basa en esfuerzo? Gracias por quedarse en
Valencia.
–Llevar buen equipamiento de serie ayuda. Probablemente, el 90% depende del
trabajo y del esfuerzo.
27. ¿Estaría a favor de realizar un trasplante por cuestiones estéticas?
–La pérdida completa del rostro es un problema bastante más importante que el
puramente estético. Es una persona sin posibilidad de relación social a la que
se puede restablecer una vida normal.
43. Dr. Cavadas, sigo con admiración, respeto y asombro todo su trabajo. ¿Podría
decirme si tiene pensado operar en África este verano, y qué operaciones en este
continente tiene programadas? Concha
–Vamos al norte de Kenia la segunda mitad de agosto. Nunca hemos estado en esa
zona e imagino que operaremos, sobre todo, secuelas de la guerra entre Somalia y
Etiopía.
61. ¿Por qué en actos protocolarios, cuando todo el mundo va con traje y
corbata, usted se viste de forma desenfadada? Hace poco, en una reunión con la
alcaldesa vestía un chaleco cuanto menos "peculiar".
–Procuro no disfrazarme de médico. Soy mayor e intento hacer lo que quiero.
62. Una vez leí que coleccionaba coches deportivos hasta que una vez se dio
cuenta de que no le daba ninguna satisfacción. ¿Cree usted que el materialismo
es algo negativo per se? Samonaa!
–En mi caso me di cuenta de que era absurdo conducir un carro de quinientos
caballos y me deshice de él y de muchas más cosas. Cada uno puede hacer lo que
quiera, pero no le encuentro sentido al consumismo.
Despedida
Agradezco todas las muestras de cariño y se las comunicaré a los miembros del
equipo. Son un equipo magnífico sin el cual no sería posible desarrollar el
trabajo que hacemos.
FUENTES:
http://www.elmundo.es/elmundosalud
http://www.hoymujer.com/reportajes
http://www.elpais.com/articulo/sociedad