Zeus, el soberano de los dioses, era el dios del cielo y de los fenómenos atmosféricos; el que enviaba la lluvia, la nieve, el granizo y las tormentas. Su arma era el rayo, el símbolo de su poder sobre los dioses y los hombres.

Homero lo llama “acumulador de nubes”, “señor del rayo”, “el padre de dioses y hombres”… Era el protector de la ley y la justicia con otros epítetos, indicando las esferas sobre las que tenía jurisdicción: como defensor del hogar (Hercios), el corazón (Enhestaos), la propiedad (Tesios), la amistad (Philips), los juramentos (Horkios), la hospitalidad (Xenios) y la humanidad en general (Soter, Salvador).

Zeus fue el hijo más joven de Cronos y Rea. Sus cinco hermanos y hermanas mayores fueron devorados el día de su nacimiento por su padre, que sabía que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus propios hijos. Pero cuando nació Zeus, su madre, Rea, le entregó a su marido una piedra envuelta en ropa en lugar de su bebé. Cronos, sin notar nada, se tragó la piedra mientras Zeus fue trasladado, por su seguridad, a Creta, a una cueva en el monte Ida o en el monte Dicte. En ese lugar fue criado por la ninfa Adrasteia e Ida y fue alimentado con leche de la cabra Amaltea. Los Curetes vigilaban la cueva haciendo ruido con el sonido de sus lanzas y cascos mientras bailaban de modo que ningún sonido o lloro producido por Zeus pudiera llegar a los oídos de su padre.

Cuando Zeus creció, retó a su padre para arrebatarle el poder. Primero, ayudado por su abuela Gea (la Tierra) o por Metis, indujo a Cronos a regurgitar a los cinco hijos que había devorado. Estos lucharon al lado de Zeus en la guerra contra su padre y sus hermanos titanes.
Después de una violenta llamada que duró diez años, Zeus y sus hermanos y hermanas, ayudados por los cíclopes y los hecatónquiros, vencieron y destronaron a Cronos. Zeus fue entonces reconocido como rey de los dioses. Apresó a su padre y a los titanes y los envió a lo más profundo del Tártaro y dejó encargados a los hecatónquiros de su vigilancia.

Pero aún tuvo que librar otra gran batalla. Gea se contrarió al saber que sus hijos, los titanes, habían sido desterrados al Tártaro, e instó a los gigantes a luchar contra Zeus y el resto de dioses. En esta ocasión fue ayudado por Heracles. Gea, aún más enfadada, dio a luz al monstruo Tifón. Tras la victoria de Zeus, Gea aceptó la supremacía de su nieto.

Dividió el universo con sus hermanos echándolo a suerte, dominando los océanos Poseidón, el submundo Hades y los cielos Zeus. La antigua tierra (Gea) no podía ser reclamada y quedó bajo el dominio de los tres, lo que explica por qué Poseidón era el dios de los terremotos y Hades reclamaba a los mortales que morían.
En la Ilíada, Homero menciona que hubo una conspiración entre Poseidón, Hera y Atenea para encadenarlo, y la diosa de los océanos, Tetis, envió al hecatónquiro Briareo para liberarlo. La impresión que se refleja en la Ilíada de Homero es la de un Zeus que domina gracias a su gran fortaleza física.

Pero en la Odisea, Homero describe a un Zeus más diplomático. A medida que pasaba el tiempo era visto, más y más, como un dios que dominaba no por su fuerza sino por su sabiduría y justicia.
La esposa de Zeus era su hermana Hera. Con ella tuvo tres hijos: Ares, el dios de la guerra, Hebe, diosa de la juventud e Ilitia, diosa de los nacimientos. Se dice que su cuarto hijo, el dios-herrero Hefaistos, pudo haber nacido de Hera solamente. Pero tuvo una gran descendencia con otras diosas. Su primera esposa fue Metis. Pero como fue pronosticado que su segundo hijo lo destronaría, se tragó a Metis adelantándose al nacimiento del primero. Cuando llegó el momento del nacimiento de ese primer hijo, Hefaistos abrió la cabeza de su padre con un hacha y nació Atenea completamente armada.
 

Con Temis tuvo a las horas y las moiras, con Eurínome, las gracias, con Mnemosine, las musas y con Leto, a Apolo y Artemisa. Con Maya tuvo a Hermes, con Deméter a Perséfone, con Dione a Afrodita, aunque se cuenta que también pudo haber nacido del mar.
Muchas mujeres mortales fueron seducidas o forzadas por Zeus. Normalmente, se aparecía ante las mujeres mortales disfrazado para no ser descubierto por su esposa. Se apareció ante Leda con la forma de un cisne y con ella tuvo a Helena de Troya y a Polideuco, uno de los dióscuros. Dánae fue encerrada por su padre Acrisius, de modo que Zeus, para entrar en la celda, se filtró a través de una grieta en forma de lluvia de oro y de esa unión nació Perseo. Sedujo a Europa adoptando la forma de un hermoso toro blanco y se la llevó a Creta, donde nacieron Minos, Radamantis y Sarpedón.

 Zeus y EuropaZeus y Europa. Mosaico del Imperio romano

Para acercarse a la ninfa Calisto, se apareció ante ella como Artemisa; entonces, volvió a su forma original y la forzó. De ese modo nació Arcas. Ante Alcmena apareció como su marido Amphitryon y más tarde dio luz a Hércules. Violó a Antíope con la forma de un sátiro y con ella tuvo a Anfión y Zeto.
Hera causó la muerte de su amante Sémele sugiriéndole a la joven que le pidiera a Zeus que se mostrara ante ella en toda su gloria divina. Zeus, aceptando su petición, se mostró ante ella como el gran dios de las tormentas y el rayo, reduciendo a Sémele a cenizas, pero su bebé Dionisos se pudo salvar. Para ocultarse de Zeus, Io se transformó en vaca, pero fue igualmente perseguida, y cuando regresó a su forma humana dio a luz a Épafo. Tuvo muchas más amantes e hijos, demasiado numerosos para poder ser mencionados todos. Aparte, también apreciaba la belleza masculina, como la de Ganímedes, que fue secuestrado de las manos de su padre para convertirse en el copero de los dioses.

Como dios de la ley y la justicia castigaba a los transgresores, de los cuales también hubo un gran número. Castigó al titán Prometeo creando a la primera mujer, Pandora, y encadenándolo a los montes del Cáucaso, donde un águila devoraba continuamente su hígado, por dar a la humanidad el fuego. El dios curandero Asclepios se vanagloriaba de devolver la vida a los muertos, por lo que Zeus lo fulminó con un rayo. Salmoneo, hijo de Eolo, se creyó igual que Zeus, por lo que Zeus lo envió a la parte más tenebrosa del Tártaro con un rayo. Al titán Atlas, que luchó contra él, lo condenó a sostener la bóveda celeste. Otros cuatro grandes “pecadores” pagaron eternamente por sus crímenes con su sufrimiento en el submundo: Tántalo fue condenado a la tortura eterna por ofrecer a los dioses como comida la carne de su hijo descuartizado; Ixión fue atado a una rueda ardiente por intentar violar a Hera; Sísifo fue obligado a empujar una enorme piedra por una ladera empinada que al llegar al final siempre rodaba hacía abajo y lo obligaba a volver a empezar por utilizar trucos y engaños con los que evadir la muerte; Titio, siendo inmortal, fue condenado al Tártaro, donde, atado en el suelo, dos buitres o serpientes comían eternamente su hígado por el intento de violación de Hera o Leto.

Zeus fue adorado desde tiempos muy antiguos y muchos de sus santuarios ya son nombrados en tabletas de Micenas Lineal B. Su oráculo más famoso se encontraba en Dódona, en Epiro y tiene la reputación de ser el más antiguo de Grecia. Tenía en su centro un roble sagrado. Cuando la Odisea fue escrita, las profecías eran realizadas por sacerdotes llamados Selloi, que yacían en el suelo y observaban el movimiento y susurros de las hojas y las ramas. Zeus era equivalente al dios romano Júpiter y estaba asociado con algunos otros dioses, como el egipcio Amón y el etrusco Tinia. Junto con Dioniso, Zeus absorbió el papel del dios jefe frigio Sabacio en la deidad conocida en Roma como Sabazius y es el equivalente al dios hindú Indra.

   Zeus con rayo y águilaZeus con águila y rayo, ánfora s. V a.C.

En arte, aparece como un hombre con barba y aspecto digno, sujetando un rayo o a veces un largo cetro. A veces aparece acompañado por un águila. El águila dorada era su pájaro sagrado, que, como él, era un símbolo de fuerza, coraje y justicia. Algunas de sus metamorfosis también son descritas: el toro, el cisne y la lluvia de oro. Su representación más famosa en la Antigüedad fue la colosal estatua creada por el escultor Fideas sobre el 435 a.C. Fue erigida en el templo de Olimpia. Fidias hizo el cuerpo en marfil y esculpió la túnica y ornamentos en oro. Aunque no ha llegado a nosotros, conocemos bastante sobre ella gracias a muchas descripciones escritas, y fue considerada como una de las siete maravillas del mundo.


Fuentes: http://es.wikipedia.org – dictionary of classical mithology, ed: Cassell

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