“Una vez, yo, Chuang-chou, soñé que era una mariposa, una mariposa que volaba, gozando de sí misma. No sabía que realmente era Chuang-chou. De repente, desperté y volví a ser realmente Chuang-chou. Pero no sé si yo soy quien soñaba que era una mariposa, o soy una mariposa soñando que soy Chuang-chou".

Al libro taoísta Zhuangzi se le conoce con el nombre de su autor, un famoso filósofo de la antigua China que vivió alrededor del siglo IV a.C. También se conoce como el “Nan hua zhen jing”, que literalmente significa el "Verdadero clásico de la florescencia (cultural) del sur", haciendo alusión a la idea tradicional de que Zhuangzi procedía del sur de China.

El texto es una amalgama de escritos de varias fuentes. Considerada como la obra más extensa del pensamiento taoísta, consta de treinta y tres capítulos. Tradicionalmente se cree que Zhuangzi escribió los primeros siete capítulos (los "capítulos internos") y sus estudiantes y pensadores afines fueron los responsables de escribir las otras partes (los capítulos "externos" y "misceláneos").

Los capítulos internos tienen una gran coherencia conceptual y gramatical. Se puede estar bastante seguro de que fueron escritos por la misma mano, aun si no fue la de Zhuangzi en persona. También hay que mencionar que Zhuangzi ha sido categorizado como taoísta por la tradición china, pero escribe relativamente poco acerca del Tao en los capítulos internos de la obra. Incluso A. C. Graham, de la Universidad de Londres, afirmó: "Zhuangzi nunca supo que era taoísta".

“El sonido del agua dice lo que pienso”.

En general, la filosofía de Zhuangzi opina que la vida es limitada y las cosas por saber son ilimitadas. Decía que el usar lo limitado para buscar lo ilimitado era una necedad. Nuestro lenguaje, cognición, etcétera, están condicionados por nuestra propia perspectiva y debemos tener cuidado al deducir que nuestras conclusiones son igualmente ciertas para todas las cosas.

Dice el Zhuangzi:
“Un corto entendimiento no se puede comparar con un gran entendimiento, ni un ser de corta vida con otro de prolongada existencia. ¿Cómo sabemos que es así? Un insecto que nace por la mañana y ya esa misma tarde muere, no sabe lo que es la luna; la cigarra, que no vive más de dos estaciones, ignora lo que es un año; son dos ejemplos de corta vida. Al sur de Chu, vive una tortuga prodigiosa para la que quinientos años son una primavera, y quinientos años un otoño; en la remota Antigüedad, había una gran cedrela para la que ocho mil años era una primavera, y otros tantos, un otoño. He ahí dos ejemplos de prolongada existencia. Aún en nuestros días Pengzu goza de tanta fama en el mundo por su longevidad que todos quieren compararse con él. ¿No es gran lástima?”.

El pensamiento de Zhuangzi también se puede considerar como un precursor del multiculturalismo y relatividad de los sistemas de valores.   

                         ZHUANG-ZI-B        Su filosofía, al igual que la taoísta, es inherentemente relativista. El conocimiento verdadero no es expresable con palabras, de modo que los filósofos chinos de la época no se preocupan en escribir largos textos describiendo con detalle lo que saben. Cada uno debe construir su propio conocimiento, aunque puede recibir “pinceladas” para acercarlo a lo que no se puede expresar explícitamente.

En los textos taoístas se percibe una forma de afrontar la realidad que es subjetiva: la “realidad” es lo que percibo –es mi realidad–. Son conscientes de que no podemos conocer ni comprender el universo en su totalidad, porque somos parte de él. Tratar de conocer el universo completamente es, para ellos, como saber de qué color está pintado un barril cuando estás dentro del barril.

“Tang y Ji también tuvieron una conversación de este tenor:
–Arriba y abajo y en las cuatro direcciones, ¿hay límites? –preguntó Tang a Ji.
–¡Más allá de lo ilimitado sigue sin haber límites! –respondió Ji.
Es decir, la filosofía taoísta no separa observador y observado, ni considera la realidad como algo separado del que la percibe.

El mismo concepto de tiempo se pone en entredicho. Zhuangzi le expresa lástima a un cráneo que ve tirado al lado del camino. Zhuangzi lamenta que el cráneo esté ya muerto, pero el cráneo le contesta: "¿Y cómo sabes que es malo estar muerto?".

El taoísmo mantiene que el hombre ha de someterse a la pauta que subyace en el universo, el Tao (camino), que no puede describirse con palabras ni concebirse con el pensamiento.

“Huei Tsé dijo a Chuang Tsé:
–¿Han estado los hombres, en su origen, exentos de pasiones?
–Por supuesto –replicó Chuang Tsé.
–Pero, si un hombre no tiene pasiones –arguyó Huei Tsé–, ¿qué es esto que lo hace un hombre?
–Tao –replicó Chuang Tsé– le da sus expresiones y Dios le da su forma. ¿Cómo puede entonces dejar de ser un hombre?
–Si es entonces un hombre –dijo Huei Tsé–, ¿cómo puede estar exento de pasiones?
–El bien y el mal (aprobación y desaprobación) –contestó Chuang Tsé– es lo que yo significo como pasiones. Por un hombre sin pasiones quiero dar a entender uno que no permite que los gustos y disgustos perturben su economía interna, sino que prefiere estar en línea con la naturaleza y no trata de mejorar (los materiales de) lo viviente.
–Pero ¿cómo puede un hombre vivir su vida corporal –preguntó Huei Tsé– si no trata de mejorar (lo que hay de material) en su vida?
–Tao le da su expresión –dijo Chuang Tsé–, y Dios le da su forma. Él no permitirá que los gustos y los disgustos perturben su economía interna. Porque ahora estás tú dedicando tu inteligencia a lo externo, desgastando tu espíritu vital. ¡Apóyate contra un árbol y canta; o siéntate contra una mesa y duerme! Dios te ha dado la forma, pero tu único pensamiento es lo duro y lo blando”.

Fuente: www.eltamiz.com; www.danieltubau.com; www.es.wikipedia.org; www.oshogulaab.com