Tener el corazón partido o morir de amor no son sólo imágenes poéticas, propias también de la sabiduría popular (“se le ha roto el corazón”) sino una realidad fisiológica.
La investigación se realizó entre 1.999 y 2.003 con 19 personas, de las que 18 eran mujeres, hospitalizadas por problemas cardíacos tras vivir episodios emocionales intensos como la muerte de un familiar, un accidente, una biopsia o un aniversario. Todas sufrían dolor en el pecho y debilitamiento general.
El estudio puso de manifiesto la influencia de los episodios emocionales sobre el corazón de personas sin antecedentes coronarios, así como su recuperación en pocos días sin dejar lesiones físicas. En la mayoría de los casos de ataques cardíacos hay daños crónicos observables debidos a un estrechamiento de las arterias y por la calcificación de las mismas.
Pero en los casos estudiados por Illan Wittstein, especialista cardíaco en la Universidad John Hopkins en Baltimore (EE.UU.), la situación era diferente: Se trataba de personas con el corazón sano. Un gran estado de excitación provocó un debilitamiento agudo del músculo coronario.
La mayoría de las personas afectadas por el síndrome del corazón partido son mujeres. Aunque no se sabe cómo el estrés emocional desencadena estos procesos, la realidad es que provoca una extraordinaria secreción de las hormonas relacionadas con el estrés, afectando así al normal funcionamiento del músculo cardiaco.
Quizás no sean tan frecuentes los episodios de debilidad coronaria debido a graves situaciones de estrés, pero es un fenómeno digno a tener en cuenta, para prevenirlo, para evitar especulaciones sobre lesiones coronarias y entender, en cualquier caso la gran influencia de las emociones sobre los estados de salud.
Fuente:http://archiv.tagesspiegel.de/archiv http://www.tendencias21.net/
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