Ellos pudieron haber sembrado vida en la Tierra.

"La ciencia siempre se equivoca.

Nunca resuelve un problema sin crear otros diez" (George Bernard Shaw).

 

La vida en la Tierra pudo haber comenzado con la ayuda de pequeñísimas esferas huecas que se formaron en las gélidas profundidades del espacio, según sugiere un nuevo estudio.

El análisis de las burbujas de carbono encontradas en un meteorito muestran que no son contaminantes de la Tierra y que deben de haberse formado a temperaturas muy cercanas al cero absoluto.

Las burbujas, denominadas glóbulos, fueron descubiertas en el 2002 en unos trozos de meteorito que había caído sobre la superficie helada del lago Tagish, en la Columbia Británica, Canadá, en el 2000.

Aunque el meteorito es del tipo frágil denominado condrita carbonácea, muchos de sus trozos han sido conservados maravillosamente bien, ya que fueron recolectados tan solo una semana después de haber caído en la Tierra, por lo cual no dispusieron de mucho tiempo para envejecer.

Los investigadores se entusiasmaron al encontrar los glóbulos porque podrían haber provisto de los materiales crudos orgánicos necesarios para la vida, al igual que de bolsas protectoras para fomentar organismos primigenios.
GLOBULOS DE CARBONO IPero, a pesar de la prístina naturaleza de los fragmentos de los meteoritos, no había prueba de que los glóbulos estuvieran presentes desde su origen en el meteorito y de que no fuesen un resultado de contaminación terrestre.

Ahora bien, el análisis de los isótopos atómicos nos muestra que los glóbulos no podrían haber procedido de la Tierra y que deben de haberse formado en condiciones extremadamente frías, posiblemente aun antes de que se formase el propio Sol.

La investigación estuvo a cargo de Keiko Nakamura-Messenger, del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas, US.

Nube de gas helada
Los glóbulos están enriquecidos por formas pesadas de hidrógeno y nitrógeno, denominadas deuterio y nitrógeno 15 respectivamente, lo cual descarta su formación en la Tierra.

Las cantidades relativas de estos isótopos es una característica de una formación en un ambiente muy helado: entre los 10 y 20 grados Kelvin, por encima del cero absoluto.

Esto significa que los glóbulos pueden ser anteriores a nuestro Sol, ya que temperaturas como estas debieron de prevalecer en la helada nube de gas a partir de la cual nuestro Sol se formó y tuvo su ignición.

GLOBULOS DE CARBONO IIAlternativamente, los glóbulos podrían haberse formado después del Sol, pero con los planetas aún en fase de formación.

Las temperaturas correctas también pudieron haber existido en los extremos lejanos del sistema solar, donde los cometas se cree que se forman.

No deja de ser intrigante que se sabe que los cometas contienen partículas de material orgánico de más o menos el mismo tamaño, aunque la forma de estas partículas es desconocida.

Estructuras parecidas a membranas
De cualquier modo, los glóbulos son extremadamente fríos, dice el miembro del equipo Scott Messenger, también del Centro Espacial Johnson.

"Estamos observando las estructuras originales de objetos orgánicos que se formaron mucho antes de que se formase la Tierra", le dijo a New Scientist.

El equipo integrado por Nakamura-Messenger dice que los glóbulos podrían haber sido importantes para el origen de la vida al proporcionar las materias primas y las estructuras tipo membrana que se requerían.
Algunos científicos piensan que la presencia de algún tipo de contenedor que pudiera separar la química interna de un organismo del resto del medio ambiente era un paso crucial en la evolución de la vida.

"Es algo evocador de las estructuras de tipo membranoso", concuerda Larry Nittler, en el Instituto Carnegie de Washington en Washington DC, US.

En cuanto a si estas estructuras podrían haber propiciado la formación de vida en la Tierra, "creo que es algo muy especulativo decirlo a estas alturas", comentó.

Revista de referencia: Science (vol. 314, p. 1439)

Fuente:
http://www.astroseti.org
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(Paracelso).

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