Siembra un pensamiento y cosecharás un acto; siembra un acto y cosecharás un hábito; siembra un hábito, y cosecharás un carácter; siembra un carácter, y cosecharás un destino.

El COMETA, EL ETERNO RETORNO: “¿Sueles contemplar el cielo en las noches de verano? Seguro que alguna vez has visto estrellas fugaces. Un cometa cruzó el cielo mientras un niño hacía pompas de jabón. Las bolas de colores volaban por el espacio, cuando el pequeño vio la gran bola de fuego con su fulgurante cola. Algunos decían que medía millones de kilómetros, otros que no era para tanto. Pero estaban de acuerdo en que muy pocos de ellos estarían vivos para ver al cometa pasar de nuevo.

El chico creció y se hizo maestro de escuela. Todo el mundo decía que sabía mucho. A sus alumnos les enseñaba Historia, Geografía y todo lo relacionado con los cuerpos celestes. Y siempre les decía: ‘Todo regresa. Si observáis a las personas, veréis que vuelven con otras ropas, incluso con otras caras, pero son las mismas’. Sus alumnos no sabían lo que quería decir con aquella frase, pero cuando les habló del cometa que se esperaba, el mismo que él había visto de pequeño, sí le entendieron. El cielo estuvo nublado y no se podía ver el cometa. El maestro estaba en su cuarto y recordaba cosas alegres y tristes de su infancia.

Añoraba las pompas de jabón. De pronto uno de los vecinos gritó: ‘¡Venid a ver el cometa!’ Pero para entonces el viejo maestro flotaba por el espacio, ya se había unido para siempre con los cuerpos celestes. La Naturaleza es sabia y nos recuerda que todo es cíclico. Por eso no hay que tener miedo de dejar este mundo”. -Basado en el cuento original de H. C. Andersen-

* * * * * AGRESIÓN: “Para manifestar su deseo de enseñar a otros la Verdad, un celoso discípulo le pregunto al Maestro su opinión al respecto. Y el Maestro le dijo: ‘Espera’. Un año tras otro, el discípulo volvía con la misma pregunta, y una y otra vez el Maestro le daba la misma respuesta: ‘Espera’. Al fin, un día le dijo al Maestro: ‘¿Cuando estaré en condiciones de enseñar?’ Y el Maestro le respondió: "Cuando tu impaciencia por enseñar haya desaparecido".

* * * * * INFLEXIBILIDAD: "¡Cielos, cómo has envejecido!, exclamó el Maestro después de conversar con un amigo de su infancia. ‘No puede uno evitar hacerse mayor, ¿no crees?’, le dijo el amigo. ‘No, claro que no se puede’, admitió el Maestro, pero sí puede evitar envejecer por dentro". * * * * * "El irresoluto está siempre a merced del último que le habla". -O. S. Marden-

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