De “Racetrack Playa”.

En California, en la zona del Parque Nacional del Valle de la Muerte, en la parte septentrional de las montañas, se encuentra una zona en que, sorprendentemente, sus rocas se mueven...

 

solas, paseándose por su superficie.

Se trata de las rocas móviles de “Racetrack Playa” (en esta zona se denomina “playa” al lecho seco de un lago).

El movimiento de una gran roca que cruza una superficie árida yerma es casi imposible de creer.

No obstante, buenas fotografías pueden servir como evidencia para aquellos que no pueden viajar al Parque Nacional del Valle de la Muerte.

Las piedras viajeras del Valle de la Muerte
Estas rocas se encuentran sobre la arena mostrando largos rastros tras ellas. Por alguna razón, estas rocas se deslizan de un lado al otro del lecho del lago, marcando un surco en los sedimentos, debido a su desplazamiento.

¡Algunas de estas rocas pesan cientos de kilos!

Las piedras móviles de Racetrack Playa, por decirlo en pocas palabras, patinan.

Aparecen lejos de su posición anterior después de una tormenta, cuando hay viento y lluvia.

Pero saber exactamente cómo se mueven las piedras y por qué se desplazan unas distancias a veces enormes (medio kilómetro en algunos casos) ha sido motivo de bastante interés.

Las dos teorías que compiten o se combinan (según gustos) para explicar los garbeos de los pedruscos tienen que ver, una con barro, y la otra con hielo y barro.

LAS ROCAS IIMuchas personas se han aventurado a darle explicaciones un tanto extrañas y poco creíbles.

Entre las opiniones, se destaca la posibilidad de que los espíritus indios son los que mueven las rocas del más allá para avisarnos de los malos tiempos.

La verdad es que no conocemos exactamente cómo se mueven, a pesar de que se hayan emitido unas elegantes explicaciones.

Este descubrimiento tuvo lugar hace más de cien años, cuando un grupo de exploradores se percataron de este fenómeno y, en su día, lo atribuyeron al campo magnético de la Tierra.

El primer estudio serio no se realizaría hasta 1948, y fue llevado a cabo por los geólogos Jim McAllister y Allen Agnew.

Ellos mismos descartaron la teoría de que el movimiento se debiera al efecto de la gravedad.

Sobre la playa de Racetrack
“Racetrack Playa”, el escenario por el que las piedras van dando paseos, es una depresión notablemente plana; el desnivel en toda el área es de menos de cinco centímetros.

Tiene cuatro kilómetros de longitud de norte a sur y unos dos kilómetros de ancho.

Su superficie está cubierta de sedimentos casi siempre secos, formados, principalmente, por cieno y arcilla.

El clima es árido. La cantidad de lluvia apenas llega a los cinco litros anuales.

Sin embargo, cuando llueve, al mojarse las montañas que rodean “Racetrack Playa”, se producen una gran cantidad de torrenteras, que terminan formando un lago de poca profundidad.

Cuando la superficie de la playa se humedece, se convierte en un barro muy blando y resbaladizo.

Debido a su casi total horizontalidad, bastan apenas unos pocos milímetros de lluvia para que toda la "playa" quede cubierta por una fina película de agua.

Cuando el agua se mezcla con el polvo requemado de la playa, no hace falta un Galileo para darse cuenta de que se formará barro.

Este barro es extraordinariamente resbaladizo y, según todos los indicios, basta para que los fuertes vientos desplacen las piedras pocos o muchos metros, según, dejando los rastros que luego el sol seca y deja como evidencia durante unas pocas horas o (en el caso de las rocas más pesadas) hasta siete años.

Sin embargo, esta es solo una de las posibles hipótesis.

¿Son producidos los movimientos por animales?

Los rastros dejados por las rocas sugieren que su movimiento se produce en los momentos en que “Racetrack Playa” está cubierta por un barro muy blando.

La ausencia de huellas alrededor de los rastros de las rocas elimina la posibilidad de que cualquier animal o ser humano las haya empujado o ayudado en su movimiento.LAS ROCAS III

¿Son movidas por el viento?
Esta es la explicación favorita.

El viento predominante en “Racetrack Playa” se dirige de suroeste a nordeste.

La mayoría de los rastros de las rocas son paralelos a esta dirección.

Esta es la más clara evidencia de que el viento es el principal motor, o la explicación más simple para el movimiento de las rocas.

Es posible que las ráfagas de viento sean la causa inicial del movimiento.

Una vez que la roca ha comenzado a desplazarse, cualquier viento, aun de poca velocidad, puede mantener la roca en movimiento como en un trineo cruzando el blando y resbaladizo barrizal.

Un dato curioso es que las rocas, en muchas ocasiones, se mueven cuesta arriba.

Por muy pequeño que sea el desnivel, lo hay y, tratándose de piedras, algunas muy pesadas, es suficiente como para que necesiten una gran fuerza para vencer su inercia.

Algunas de las piedras pesan más de trescientos kilos.

El viento, como fuerza motriz, no parece suficiente para vencer semejante inercia, por muy resbaladizo que sea el barro, y, de hecho, algunos investigadores han apuntado otra posible razón para explicar tanta inquietud espacial: placas de hielo.

¿Son movidas por el hielo?
En 1955 George M. Stanley publicó una teoría que, aunque no muy conocida hasta mediados de los años noventa, trata de explicar el movimiento errático de las rocas.

La explicación es el hielo.

El escenario sería el siguiente: tras una tormenta, el agua se hiela en una fina placa en la que las piedras quedan atrapadas.

Las placas de hielo, que comienzan a deshelarse, "flotan" sobre una película acuosa, que lubrica el contacto con el barro, haciendo que, por empuje del viento, todo se desplace, incluso las rocas.

El hielo es el que resbala sobre el barro, llevando las piedras consigo, de modo que los rastros que dejan son asombrosamente paralelos.

Es una explicación plausible.

La situación de Racetrack Playa deja un precioso túnel de viento en la esquina sudoeste del área.

Si el viento impulsa las piedras, sus trayectorias deberían corresponder a la dirección de los vientos dominantes, como así revela un estudio.

A mediados de los noventa, un investigador y su equipo publicaron en Geology la corroboración de la teoría, basada en el seguimiento GPS de varias piedras, comprobando que, efectivamente, se movían tras ciertas tormentas.

Algunos investigadores han encontrado rastros de múltiples rocas que concuerdan bastante con esta teoría sobre su movimiento.

La situación de Racetrack Playa deja un precioso túnel de viento en la esquina sudoeste del área.

Si el viento impulsa las piedras, sus trayectorias deberían corresponder a la dirección de los vientos dominantes.LAS ROCAS IV

En el mapa se ven las trayectorias de unas cien piedras medidas con GPS.

El punto dudoso de todo este asunto es si el viento basta para impulsar las piedras, y esto no es tan fácil de medir como parece.

La teoría de las placas de hielo es muy atractiva, aunque no explica que muchas de las trayectorias de piedras adyacentes no tengan nada de paralelo.

Asimismo, el transporte de una gran lámina de hielo se esperaba que marcara la superficie de la playa de otra forma (estas marcas no se han encontrado).

Otros investigadores han experimentado con estacas, que quedarían afectadas por las láminas de hielo.

Las rocas se movieron sin molestar a las estacas, por lo que la explicación del transporte por láminas de hielo no es posible.

El viento es el motor favorito
Las mejores explicaciones involucran al viento como la fuente de energía que está tras el movimiento de las rocas.

La cuestión que queda es si se deslizarían recubiertas por una lámina de hielo o, simplemente, con una cara sobre la superficie del barro.

Quizás, cada uno de estos métodos sean los responsables de los movimientos de cada roca.

En el estudio de las trayectorias de las piedras se encontró un dato curioso: no parece haber correlación entre el tamaño y peso de la piedra o su composición con la longitud del rastro que deja.

Uno esperaría que las piedras más ligeras dejaran rastros más largos, o más erráticos, pero no.

Esto, en parte, lo explica la teoría de las placas del hielo, que retendrían piedras de distinto tamaño y peso en la misma placa.

Y para finalizar, exploremos otras posibilidades: un grupo de Mensa se acercó a "Racetrack Playa" y elaboraron otra curiosa teoría.

Cuando la tormenta se encuentra una roca, esta actúa a modo de rompevientos y hace que más agua se acumule cerca de la piedra.

Luego, deja de llover, la superficie se seca, pero la sombra que proyecta la roca hace que el suelo a su alrededor y debajo tarde más en secarse.

Y el suelo, embebido de agua, se hincha. Y se eleva ligeramente.

A su vez, esta elevación hace que las grietas que se forman al secarse y cuartearse el terreno sean más profundas.

A la siguiente tormenta, más agua de lo normal cae por estas grietas, el proceso se repite, y la elevación se convierte en una colinita.

Finalmente, la colinita es lo bastante alta como para que la piedra (quizá, ayudada por los serviciales vientos) resbale colinita abajo.

La razón del porqué del rastro de su movimiento sigue siendo un misterio.

¡Nadie las ha visto en movimiento!

El fenómeno de las rocas viajeras del Valle de la Muerte no es único; ha sido observado en otras planicies del mundo, aunque quizá el de "Racetrack Playa" sea el más conocido.

Gracias a Steve Geer, Stephan Hoerold, Skye Bajoul, Sartriano, John Alcorn and Mike Nortan por las grandes imágenes aquí usadas.

Fuentes:
http://www.otrasfronteras.com
http://unabrevehistoria.blogspot.com
* * * * *
"Para que el carácter de una persona nos revele cualidades verdaderamente excepcionales, tendremos que tener la buena suerte de poder observar sus hechos durante algún tiempo.

Si sus hechos carecen de egoísmo, si están orientados por una idea de generosidad sin par, si resulta indudable que no han buscado una recompensa, y si, por añadidura, han dejado en el mundo señales patentes... nos encontraremos, sin temor a equivocarnos, ante una personalidad inolvidable".

 

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra página web. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies.