Este libro tiene concomitancias con todos los libros sagrados de la humanidad como la Biblia, el Corán, el Bhagavad Gita o el Libro del Dzyan.

En las tierras altas de Guatemala, los sabios mayas quichés redactaron en bellos símbolos de color rojo, negro y turquesa su libro sagrado, con relatos de cosmogonía, teología, antropogénesis, religión, moral e historia de su pueblo y con extraordinaria visión global de todo lo que concebían como humanidad y su gran casa: la Madre, el planeta Tierra.

Popol Vuh puede traducirse como “El libro del consejo” o “El libro de los antiguos” o “El libro de la sabiduría” (pop = juntar; popol = junta, reunión, casa común; Vuh = libro).

Este libro tiene concomitancias con todos los libros sagrados de la humanidad como la Biblia, el Corán, el Bhagavad Gita o el Libro del Dzyan.

Por tratarse del libro sagrado de un pueblo extinto en su naturaleza primordial y perdedor de la guerra que propicia la conquista española, ha sufrido el desprecio y la desacreditación, a causa de un análisis parcial y malicioso, que le considera como un relato mítico de un pueblo primitivo, con historias infantiles, producto de mentes prelógicas y salvajes, ignorando así el profundo sentido ético y trascendente que contiene.

Claves para interpretar el Popol Vuh

Hay que considerar las expresiones literarias de las civilizaciones antiguas bajo tres puntos de vista, que permiten un acercamiento más real al espíritu del pueblo que las creó.

1. Histórico. Comprende datos cronológicos exactos o aproximados, secuencias de hechos, fechas, dinastías reales y sacerdotales. Así el Popol Vuh describe las migraciones de los pueblos que ocuparon el territorio de Guatemala. También las sucesiones de los reyes y señores del Quiché hasta Don Juan Rojas, que gobernó hasta 1550, ya en época colonial.

2. Mítico. Comprende el pasado simbólico y heroico de estos pueblos. En este caso, todo lo relativo a la creación del universo, del hombre y de todas las criaturas.

3. Místico. Se refiere al mensaje moral de los libros sagrados. Nadie que conozca aun superficialmente la obra, puede negar el profundo mensaje moral que entraña.

Desde su primera publicación en 1857, el Popol Vuh revolucionó la mentalidad imperante acerca de los pueblos americanos. Se trata, ni más ni menos que del manuscrito más notable de la antigua literatura americana.

Con sus relatos míticos, históricos y su contenido moral y metafórico, sitúa a los pueblos mayas entre las más desarrolladas civilizaciones de la antigüedad.

El Popol Vuh no supone una historia fantástica y desarticulada, sino toda una cosmogonía vigente aún entre los actuales pueblos indígenas de Guatemala.

Corre parejo con otras reconocidas epopeyas y narraciones épicas consideradas patrimonio de la humanidad: “La odisea”, “La araucana” y el Mío Cid. Traducido en numerosos idiomas, actualmente se lee y estudia el Popol Vuh con el mayor interés antropológico y espiritual.

El Manuscrito Original

Poco después de la conquista, hacia 1550, un natural del Quiché que aprendió a leer y escribir con los religiosos españoles, escribió el Popol Vuh en lengua quiché, pero en caracteres latinos.

“El libro del consejo o de la sabiduría” fue escrito para suplir la falta de otro, muy antiguo, que se había perdido o escondido a los ojos de los españoles, y que contenía las tradiciones y hechos que el Popol Vuh que conocemos relata. Este libro también fue escondido por los quichés, y no fue hasta 150 años después que tenemos noticia de él.

A principios del siglo XVIII vivió en Chichicastenango Fray Francisco Ximénez, dominico estudioso y conocedor de las lenguas quiché, cachiquel y tzutuhil.

Seguramente llegó a ser de mucha confianza para los habitantes de esa región, porque ellos mismos le dieron a conocer el libro escondido. Ximénez lo transcribió en quiché, lo tradujo al castellano para que la gente de habla hispana pudiera entender la doctrina y tradiciones de los quichés y lo devolvió a sus dueños que nuevamente lo ocultaron. Pero quedó en sus manos la copia que él mismo había hecho y que se considera hoy en día el manuscrito original del Popol Vuh.

Ximénez afirma que existían muchos otros libros que contenían la doctrina maya, que no tenía un autor sino muchos, y que describían el saber del pueblo, tradiciones que siempre habían conocido y practicado, y como él mismo decía: “estando en el curato de Santo Tomás Chichicastenango, hallé que era la doctrina que primero mamaban con la leche y que todos ellos casi lo tienen de memoria y descubría que de aquestos libros tenían muchos entre sí…” Fray Francisco compuso varios libros, y el libro que nos ocupa estaba incluido en una versión junto con otros, cuyo título era “El arte de las tres lenguas. Un confesionario, un catecismo de indios y las historias del origen de los indios de esta provincia de Goatemala, traducidas de la lengua quiché a la castellana”.

Traducciones y Publicaciones

Algunos expertos afirman que no hay ninguna traducción que realmente haya respetado por completo el espíritu del Popol Vuh.

En 1728, el dominico Fray Francisco Ximénez hace la primera traducción que consta de 112 folios a dos columnas. A la muerte del párroco sus obras permanecieron en el convento y en 1830, con la supresión de las casas de religiosos, bajo el gobierno de Francisco Morazán, pasó a manos de la Biblioteca de la Universidad.

En 1853, viaja a Guatemala el Dr. Carl Scherzer. Encuentra en la biblioteca el volumen de Ximénez y hace sacar una copia para llevarse a Europa.

En 1855, el abate francés Charles Etienne Brasseur de Bourbourg viaja a Guatemala y se hace cargo del curato de Rabinal, donde aprende la lengua quiché. Allí llegó el manuscrito de Ximénez y lo tradujo del castellano al francés. Se llevó el original del Popol Vuh transcrito por Ximénez y a su muerte pasó a manos de Edwar Ayer, junto con otros documentos de la colección del abate.

En 1857 se publica en Viena la primera edición castellana del manuscrito, dirigida por Scherzer y de acuerdo a la copia que hizo sacar en Guatemala, durante su viaje.

En 1913, se publica en Leipzig, Alemania, una edición en lengua alemana a cargo de Noah Elieser Pohorrilles.

Y a partir de esa fecha, hasta el día de hoy, son innumerables las ediciones en diversos idiomas en todos los continentes.

Actualmente, y de manera insospechada, el manuscrito original de Fray Francisco Ximénez se encuentra en la Biblioteca de Newberry, en Chicago, Estados Unidos. Donde con previa cita, argumentando nuestro interés y con todas las normas de seguridad, se puede visitar el libro sagrado de nuestros antepasados mayas.

En la visita, luego de registrar con un guardia nuestra identidad, nos hacen pasar bajo la observación de dos guardias custodios, a una urna de cristal con la temperatura y humedad controladas, allí nos proveen de especiales guantes de terciopelo para tener la maravillosa oportunidad de hojear aquella joya literaria.

Si estuviéramos allí, el guardia curioso observaría nuestro éxtasis al contemplar el Popol Vuh y probablemente nos preguntaría, por qué tanto interés por aquel viejo manuscrito… el visitante centroamericano, con gran orgullo le respondería, “de qué otra manera podría contemplar la sabiduría de mis padres”.

 

Contenido del Popol Vulh

El Popol Vuh se divide en 4 partes:

  • I. Creación referida

 

Los Dioses crean el mundo.

Los Dioses crean a los animales, pero ya que no los alaban los condenan a comerse unos a otros.

Los Dioses crean a los seres de barro, los cuales son frágiles e inestables y no logran alabarlos.

Los Dioses crean a los primeros seres humanos de madera, éstos son imperfectos y carentes de sentimientos.

Los Dioses destruyen los primeros seres humanos, los cuales se convierten en monos.

Los Dioses Gemelos Hunahpú e Ixbalanqué destruyen al arrogante ser Vucub-Caquix, y luego a sus hijos Zipacná y Cabracán.

  • II. Historias de Hunahpú e Ixbalanqué

 

Xpiyacoc y Xmucane engendran dos hermanos.

HunHunahpú y Xbaquiyalo engendran a los "gemelos mono" HunBatz y HunChouen.

Xibalbá mata a los hermanos HunHunahpú y VucubHunahpú, colgando la cabeza de HunHunahpú en un árbol.

HunHunahpú y Xquic engendran a los "héroes gemelos" Hunahpú e Ixbalanqué (la cabeza de HuhHunahpu escupe a la mano de Xquic, embarazándola).

Nacen los héroes gemelos y viven con su madre y su abuela paterna Xmucane, compitiendo con sus medio hermanos HunBatz y HunChouen.

Los "Héroes Gemelos" derrotan a Xibalbá, tras pasar varias pruebas en la casa de la penumbra, los cuchillos, el frío, el jaguar, el fuego y los murciélagos.

  • III. Creación de los hombres de maíz. Descripción de comunidades

 

Los primeros cuatro hombres reales son creados: Balam-Quitzé,el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.

Las primeras cuatro mujeres son creadas.

Tribus descendientes. Hablan el mismo lenguaje y viajan a TulanZuiva.

El lenguaje de las tribus se confunde y éstas se dispersan.

Tohil es reconocido como un Dios y exige sacrifios humanos.

  • IV. Listado de generaciones

 

Tohil convence a los señores de la tierra a través de sus sacerdortes pero su dominio destruye el Quiché.

Genealogías de las tribus.

 

Los Elementos Sagrados del Popol Vuh.

En el Popol Vuh, al igual que los escritos sagrados de la antigüedad y la contemporaneidad humana contienen muchos elementos divinos.

A- El Cielo y la Tierra.

Que se puede traducir en lo permanente y lo transitorio. La Eternidad con la temporalidad. La vida y la Muerte. Lo Superior y lo inferior. Lo alto y lo bajo. La felicidad y el sufrimiento. En fin, el simbolismo atemporal y absoluto con el simbolismo temporal y espacial.

Para muchos investigadores mitológicos, la Ciudad Celeste y la Ciudad Terrestre. Que en le fondo simboliza la Espiritualidad y la terrenalidad. Lo Interno y lo externo. Lo Esotérico y lo exotérico, en la concepción teosófica integral. La Realidad Inmanifestada y la realidad manifestada. La Luz y la oscuridad. El Celeste Imperio y el terrestre Imperio para el pensamiento chino. La individualidad Divina y la Personalidad Humana. La Divinidad y la Humanidad. La fraternidad Divina y la fraternidad humana, ésta última que representa a la totalidad de la especie humana, cuyo principio se halla en el "Primer Padre" y cuyo fin está en lo Absoluto, más allá de todos estos símbolos y mitos de origen humano.

B- Genealogía Divina y Humana.

El ser humano tiene un gen divino. Tiene un elemento del cromosoma de la "Cèlula" de la Divinidad que condiciona la transmisión de los caracteres hereditarios de los Principios Superiores a la estructura de la entidad humana.

Esta reproducción divina en lo humano se puede abordar en dos vías: desde una visión de su origen divino cuando aparece, nace y crece en el mundo de la realidad terrestre espacial y temporal, llámese en esta Ciudad Terrestre; y, en la visión que la residencia y origen humano tiene en los "habitantes" o principios de la celestialidad y lo Absoluto, como los ancestros mediatos e inmediatos de la raza humana.

Es precisamente en esta visión genealógica en que la mayoría de los libros sagrados y mitológicos, al igual que el Popol Vuh se fundamenta su Génesis. Una Génesis de la naturaleza, del universo y la humanidad detallada de forma explicativa-narrativa y genealógica. Presentan los orígenes comunes de la Humanidad y todas las naciones. Lo mismo sucede en el Popol Vuh y lo explica desde la contextualidad e historicidad de su pensamiento socio-religioso.

La Civilización Maya-Quichè desciende de los Dioses y sus líderes políticos, sociales y religiosos son los más inmediatos de los ancestros de toda la Comunidad Social. De ahí que, se requiere de un medio que mantenga vivo, actualizado y vigorizante esa unión divina y humana.

Para González, los nombres genealógicos tienen un sentido numérico, lingüístico, astronómico, mágico, rítmico y cíclico En consecuencia, se convierten en modelos arquetípicos de la Comunidad Maya- Quichè y se desarrollan para ello, sistemas rituales "litúrgicos", mágicos-espirituales. Al igual, incluso, del pensamiento cristiano occidental y las prácticas no cristianas orientales.

C- Plan de la Divinidad.

Un Plan del Cielo, del firmamento, de la luz y el día se presenta en el Popol Vuh, al igual que en la Biblia, el Corán, y, el Avesta Zoroastriano. Este plan demanda ciertos requerimientos rituales y conductuales, tanto a nivel individual y colectivo. Un plan que exige la no alteración de las leyes de la naturaleza. Que crea la necesidad de elevar el nivel de conciencia del pueblo de esa Civilización. Un reconocimiento de su origen divino, la generación y multiplicación de las mejores y más altas acciones y actitudes éticas, legales y morales para garantizar el destino de su regreso con sus ancestros en el Universo Celeste.

Los rituales, conductas y conciencias persiguen imitar a los arquetipos yacentes en el Mundo Celestial, de acuerdo a los lineamientos del Plan Divino que configura los aspectos más auténticos de la Ciudad Perfecta, Absoluta y Unitaria. El Plan Divino provee a la Civilización Humana y, en este caso a la Maya-Quichè una armonía y un orden en todos los niveles de la existencia y un sentido perfecto a la Vida Humana y los contenidos de esa existencialidad terrestre.

La ejecución del Plan de la Divinidad y su seguimiento natural se concretiza en la raza humana, la cual se convierte en el factor de unidad de lo divino con lo terrestre, y la temporalidad y la eternidad. Esa es la razón fundamental de la misión humana, del Dharma de la Civilización, en ese momento histórico precolombino – y del momento actual – Esa genealogía que indica el origen general de la colectividad y que el cacique líder de la civilización Maya-Quichè, el Rey de las antiguas monarquías occidentales y orientales, el antiguo Faraón Egipcio y el actual sucesor de Pedro en la tierra, según el pensamiento cristiano occidental, representan de una manera simbólica y sintetizada la conexión de los espacios y genealogías de la Divinidad y la Humanidad.

D- La Ritualidad.

Como se ha explicado ampliamente, los Ritos que la Civilización Maya-Quichè practicaba era una forma de representar la vivencia, la actualidad y efectividad de los ancestros celestiales con los contemporáneos terrestres. Constituían la inspiración y la renovación del compromiso de la de la vida individual y colectiva del Pueblo.

La prorrogación de la autoridad y representatividad divina de los líderes actuales de ese momento histórico. Los sistemas rituales eran – y lo siguen siendo - la oxigenación y fortalecimiento del gen divino depositado en cada uno de los miembros de la Comunidad para seguir con la misión y sentido de los pueblos y las personas que lo integraban.

El Popol Vuh contiene prácticas que representan de manera oral según esos tiempos, las instrucciones seguidas para ejecutar las ceremonias Mayas-Quichès que se practicaban en distintos momentos, épocas y situaciones especiales.

 

Fuente: http://elheraldo.hn

Fuente: http://www.monografias.com/

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